sábado, 13 de marzo de 2010

EL TERREMOTO - TSUNAMI DEJO AL DESCUBIERTO UN CHILE DE CARTÓN, UN CHILE MENTIROSO. UN CHILE ARRIBISTA Y PROFUNDAMENTE SEGMENTADO.

Zona cero

Rebelión...13/03/2010


"Las escrituras lo habían anunciado…Cada seis ceremonias la tierra se estremecía con la lluvia de meteoritos que iluminaban las praderas...”

Fragmento de La Memoria de Piedra

No he dejado de mirar la televisión, escuchar las radios, leer los miles de correos que inundan la red. Es desolador lo que ocurre en Talca, Curicó –mi ciudad natal- el borde costero de la región del Maule, Concepción, Coronel –mi Patria política- Lota. Antiguos barrios yacen como en un campo de guerra. Con esas muertes mueren, no solo sus moradores, sino que parte de nuestra historia. El lumpen, el pueblo lumpen se apoderó de las calles e incendió las grandes multitiendas para distraer a las fuerzas del orden y saquear, palabra de moda. Bomberos debe usar el agua potable para apagar el fuego cuando la población no tiene agua. El terremoto mostró otro saqueo, el de las grandes inmobiliarias, cuyos orgullosos edificios se desmoronaron como maquetas de papel, sepultando el sueño del “departamento propio”.

Los bancos ofrecen créditos Express pero no nada dicen de los intereses usurarios. La telefonía, capitales privados, claro está, que tiene inundado al país con 17 millones de aparatos mostró su inoperancia. Sin embargo las cuentas llegan puntualmente y “la suspensión del servicio por no pago” idem. El Ministro de Defensa entra en dimes y diretes con la Armada. La población a lo largo y ancho del país busca desesperadamente a sus familiares. Son escenas de terror, desolación, miedo y desesperanza. Faltan camiones cisternas, equipos electrógenos, equipos de rescate, medios de comunicación, purificadores de agua. Sin embargo sobran submarinos, tanques, fragatas y aviones de guerra. Estamos armados hasta los dientes (y aún así no estamos seguros de ganar ninguna guerra) pero el enemigo no son nuestros vecinos…es nuestro miedo, ignorancia, soberbia. Es la pobreza y la mala educación. Tampoco lo es la naturaleza.

El terremoto-Tsunami dejó al descubierto un Chile de cartón, un Chile mentiroso. Un Chile arribista y profundamente segmentado. El mismo pueblo que participó y sufrió el reventón social, hasta hace unos pocos días atrás reía a mandíbula batiente con Coco Legrand, un humorista decadente que mostró que su humor actual es clasista, maletero, arribista y sobre todo racista. Los pueblos y dirigentes de los cuales se mofa: bolivianos, argentinos, peruanos, venezolanos, brasileños, provocando la risa ramplona de esa masa que horas más tarde viviría el infierno, fueron los primeros en ofrecernos su ayuda incondicional ante la tragedia. No se sabe con certeza si se rechazó esa ayuda. Chile con orgullo provinciano hace unos meses anunciaba Urbi et Orbi que ingresábamos a la OCDE, selecto club de los poderosos.

Sin embargo, al pasar de unas cuantas horas de la tragedia, humillados en obvia fragilidad entregamos la lista de útiles necesarios a la regente del imperio que visitó Chile como quien visita una de sus colonias: ¡70 teléfonos satelitales! Las empresas mineras se levan nuestro cobre y obtienen ganancias siderales y no tenemos ¡70 teléfonos satelitales! Duele la tragedia y duele cierto Chile que explotó. Duele aún más que en aras de “la unidad” se eluda el debate franco, sincero, futurista, sobre como –nosotros- las víctimas queremos a futuro morir. Escenas de saqueos, robos, pillajes, furia son impactantes. No justifico el pillaje, la “avivada del chileno” pero así como la madre tierra acumuló energía una masa que sufrió el Transantiago, los saqueos de las Administradoras de Fondos Previsionales y la colusión de las farmacias explotó. Vivíamos en un Chile que es una fachada. Nos hicieron creer en un Chile moderno del Bicentenario y teníamos un país de cartón.

Hoy tenemos que ayudar y ayudar y ayudar a los damnificados. Como siempre el pueblo debe rescatar al pueblo. ¡Pero tampoco olvidar! Mi relación histórica con la FFAA es dura y de dolor. Soy hijo y hermano de víctimas de la represión, ex abogado de presos políticos. Sin embargo no tengo traumas y complejos y fui partidario de que el ejército saliera a asegurar el orden público. Creo que más allá de resabios e ideologías que permanecen en las FFAA; éstas como institución tienen una inmejorable capacidad operativa para llevar alivio a la población dañada. Tema sensible lo admito. No desconozco que la dictadura también les pasó la cuenta y muestran grados preocupantes de desprofesionalización y anquilosados procedimientos. Si aplicamos la lógica de mirar a los vecinos como potenciales adversarios sus servicios de seguridad se hicieron unas pascuas conociendo nuestras debilidades estratégicas.

Entonces hay que comenzar a trabajar con las reglas de oro de los pueblos victoriosos: Pueblo más comunidad científica más FFAA es una trilogía de oro. Este terremoto no será el último. Vivimos en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico. El terremoto y Tsunami no sólo desnudó nuestra fragilidad frente a las fuerzas de la naturaleza. También desnudó una sociedad demolida por el consumismo y exitismo. Hemos visto profundos gestos de solidaridad y humanismo junto a las más repudiables escenas de ruindad. Alza de precios de productos vitales como el agua, medicamentos y leche.

ALEGATO FINAL: Los escritos de los antiguos cronistas, casi todos sacerdotes españoles que arribaron a estas tierras, registraron las leyendas de los pueblos originarios, sobre todo las del pueblo mapuche, para quienes los terremotos constituían manifestaciones de un desequilibrio cósmico originado por las malas acciones de los habitantes de la tierra, en especial las agresiones a la madre naturaleza. La restauración de este desequilibrio se lograba mediante ofrendas y ritos reparatorios a Dioses y espíritus de los antepasados.

Nuestra madre naturaleza está enfadada. Nos está enviando reiterados mensajes para que cuidemos de ella. Nos recuerda que somos parte de algo más grande que nosotros mismos, y que frente al poderoso estruendo de un movimiento telúrico no somos ¡nada! No puedo dejar de recordar en estas horas de incertidumbre las palabras del Gran Jefe Seattle “Lo que le ocurre a la Tierra también le ocurre a los hijos de la Tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos. La tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la Tierra.” Pase lo que pase, llegó la hora de volver a los orígenes.

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