sábado, 26 de febrero de 2011

La peor consecuencia posible de la crisis libia sería que EEUU encontrara una forma de intervenir
La caída en desgracia de Gadaffi

Black Agenda Report...26/02/2011

Muammar Gadafi fue una vez la pesadilla de Occidente, pero en la última década había buscado un “apaño” con el imperialismo. Desde el 11 de septiembre, “Gadafi ha parecido más preocupado por el fundamentalismo islámico…que por las maquinaciones europeas y estadounidenses.” Los servicios secretos de EEUU puede que hayan actuado o no contra Gadafi, pero con toda seguridad aprovecharán cualquier oportunidad.

“Gadafi claramente había alcanzado un acuerdo con EEUU y los hombres ricos de Europa.”

Muammar Gadafi saltó a la escena mundial cuando él y otros jóvenes oficiales echaron a patadas a un rey llamado Idris, quien le había cobrado a las corporaciones extranjeras los precios más bajos a nivel mundial por succionar la riqueza petrolera del país. Eso fue en 1969. Cuando tuve mi encuentro con Gadafi, 40 años más tarde, a finales de octubre de 2009, aún se llamaba a sí mismo un socialista y jurado enemigo del capitalismo, e impulsaba su Libro Verde como una guía universal a la justicia social. Pero Gadafi claramente había alcanzado un acuerdo con EEUU y los hombres ricos de Europa. Tipos de las corporaciones, blancos y asiáticos, se veían por todas partes en Trípoli, la capital, la cual se encontraba rebosante hasta los topes con proyectos de construcción llevados a cabo por extranjeros para corporaciones extranjeras. Libia y sus seis millones de habitantes se habían vuelto un “destino” de las corporaciones con todas las de la ley, y las fuerzas armadas de Gadafi estaban en colaboración constante con las fuerzas de choque de la maquina de guerra imperialista de EEUU. Gadafi podía decirles a sus visitantes en su enorme tienda de campaña personal en el campamento militar en la ciudad que seguía dedicado a la destrucción del “capitalismo,” pero Washington, Londres y París no parecían muy preocupados.

Desde el 11 de septiembre, Gadafi ha parecido más preocupado por los fundamentalistas islámicos como los de la vecina Argelia cuya supresión costó 200.000 vidas que con las maquinaciones estadounidenses y europeas. Ha coordinado maniobras militares con los estadounidenses en la región del Sahel en África del Norte, y trabajado estrechamente con la CIA para descubrir elementos del tipo de Al Qaeda. En 2008, Condoleezza Rice estuvo en Trípoli. “Estoy deseando escuchar la visión mundial del líder,” declaró. Gadafi ya había declarado su amor por la mujer a la que llamó “Leeza,” su “querida afroamericana” quien, dijo, “se reclina y le da órdenes a los líderes árabes.”

“La peor consecuencia posible de la crisis libia sería que EEUU encontrara una manera de intervenir.”

En 2009, el año que visité Libia con una delegación encabezada por la antigua congresista y candidata presidencial del Partido Verde Cynthia McKinney, Gadafi acababa de firmar un acuerdo “histórico” sobre cooperación militar y diplomática. El Comando para África de EEUU, AFRICOM, y Libia se comprometieron a trabajar juntos en temas de mantenimiento de la paz, seguridad marítima, contraterrorismo y seguridad y estabilidad africana.

Sin embargo, allí estaba Gadafi en televisión el martes, sin parecerse en nada al más bien sereno hombre mayor que me había encontrado en la gran tienda de campaña hacía 16 meses, bramando que estaba siendo asaltado por una combinación de EEUU y militantes islámicos. En ese sentido sus palabras sonaban mucho como las últimas declaraciones públicas del antiguo presidente egipcio Hosni Mubarak, antes de fuera sacado a empujones de escena. Gadafi menospreció a sus oponentes tachándolos de ignorantes ingratos que no sabían nada de las glorias del país, o se trataba de personas que simplemente estaban bajo los efectos de alucinógenos. Su hijo, Seif el Islam Gadafi, había amenazado previamente a los libios con la guerra civil. Ambos, padre e hijo parecían fuera de la realidad, fuera de control y obsoletos. Lo que significa que el pueblo libio está en peligro.

Pero no hay mayor peligro para la independencia y soberanía de la gente que el imperialismo de EEUU, que no tiene ningún respeto por los derechos de nadie. La peor consecuencia posible de la crisis libia sería que EEUU encontrara una forma de intervenir. Nada que Washington haga puede beneficiar de ninguna manera al pueblo libio, que debe resolver sus propios problemas.

Traducido para Rebelion por Mariola y Jesús María García Pedrajas

Fuente: http://www.blackagendareport.com/content/khadafi-outs

viernes, 25 de febrero de 2011

Qué tanto le interesan al FBI los archivos de Carlos Andrés Pérez?

Rebelión...25/02/2011


Los buitres del FBI vuelan por encima de los restos “históricos” del expresidente y mandatario destituido venezolano Carlos Andrés Pérez (CAP) desde su fallecimiento el 25 de diciembre pasado de un ataque cardíaco en Miami. ¿Qué tanto le interesa al FBI en los archivos de Carlos Andrés Pérez? ¿Serán documentos que se refieren a las conexiones particulares de CAP con los “servicios” norteamericanos? ¿O el informe secreto que su asesor de seguridad le redactó sobre la responsabilidad de Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila en la explosión en vuelo de un avión civil cubano?

El viernes 18 de febrero un juez de Miami ordenó congelar los bienes del fallecido expresidente en Estados Unidos “y Venezuela” (sic), tras denegar la petición de una de sus hijas solicitando que se la designara fiduciaria del patrimonio de su padre.

Además de orientar que el cadáver sea enterrado temporalmente “en un lugar neutral”, el magistrado Arthur Rothenberg nombró a un “interventor independiente” que se encargará de realizar un “inventario” del patrimonio de Pérez.

Carolina Pérez Rodríguez, hija de CAP y su esposa Blanca Rodríguez de Pérez, presentaron la solicitud de ser las administradoras de los bienes del difunto. Con respecto a documentos y archivos de Pérez, han solicitado su retorno a Venezuela porque “forman parte del legado histórico de todos los venezolanos”.

Juan Antúnez, su abogado, declaró que hay documentos que sus clientes, que viven en Venezuela” quieren preservar. “No va a ser entregado ese patrimonio al Gobierno de Venezuela, esto es para la esposa y su familia. Esto no se trata de dinero, sino de un legado histórico”, contestó al juez Rothenberg sorprendentemente preocupado por esta parte de la herencia.

Según un documento judicial, hay entre los documentos unos que,”fueron robados de la oficina de Pérez en la torre Las Delicias, en Caracas, después de que abandonó el país en 1999 y terminaron en EEUU” así como “actas de los Consejos de Ministros, informes y minutas de reuniones con quienes integraban los gabinetes de Pérez en el periodo entre 1974 y 1979 y entre 1979 y 1993”.

DE REPENTE APARECE LA MANO (PELUDA) DE LOS FEDERALES

El interés del FBI en estas “cajas de papeles” no se supo públicamente antes de que el mismo letrado denunció que la familia en Miami del ex mandatario “estuvo moviendo bienes” como “unas cajas con documentos”, con “intención de esconderlos”.

“Aquí nadie está tratando de ocultar nada. Esto no tiene nada que ver con el entierro”, protestó Cecilia Victoria Pérez Matos, una de las hijas del ex presidente venezolano en la Florida que parece manejar esta parte del caso.

Contradiciendo Antúnez, sostuvo que eran “unas cajas que mi padre ordenó que se sacaran de Venezuela”, añadiendo:

“Al FBI se le informó sobre el contenido” de las mismas y la oficina de investigaciones federal estadounidense “estuvo interesada en revisarlas”, explicó sin detallar.

No preciso como se manifestó el interés de la contrainteligencia norteamericana sobre estos papeles “históricos” y en que circunstancias oficiales del Buró Federal de Investigación pudieron revisar las cajas de archivos, evidentemente sensibles para Estados Unidos.

Tampoco explicó o aseguró que ningún documentó desapareció en el curso de este examen por agentes que no tienen fama de tener escrúpulos en materia de seguridad nacional.

“Nosotros movimos esas cajas para que el FBI tenga acceso a ellas”, indicó la mujer que no manifestó tener conocimiento exacto del tenor de los documentos.

Carlos Andrés Pérez y la CIA

Las relaciones de Carlos Andrés Pérez con la CIA se demostraron en muchas circunstancias. Gobernante controvertido, tenía un discurso liberal por una parte, y una mano de hierro por otra. Ministro del Interior bajo el mandatario Raúl Leoni, se lo comparaba a Pedro Estrade, el jefe de la “gestapo” del dictador Pérez Jiménez de siniestra fama.

Bajo su cobertura, se experimentaron en Venezuela los conceptos de los “desaparecidos” y de los “teatros de operación” que tanto aplicaron los agentes de la CIA cubanoamericanos que él mismo ubicó a todos los niveles de su policía secreta.

CAP fue quién hizo que asesinos de origen cubano tan repugnantes cómo Luis Posada Carriles alias Comisario Basilio, Ricardo “El Mono” Navarrete y Rafael Rivas tomaron un control absoluto de su maquinaria de muerte.

Situó a otro, Orlando García Vázquez, su hombre de confianza de siempre en estas materias, como su asesor personal de seguridad con todos los privilegios correspondientes.

Lo más interesante es que El Nuevo Herald de Miami, anunció el 26 de julio de 2005 la muerte en esta ciudad de García, bajo el titulo: “Muere testigo clave en el caso Posada” en un texto donde se contaba luego como esta “figura clave de la inteligencia venezolana durante décadas”, falleció el domingo 24 anterior en el Hospital de Veteranos de Miami, a los 78 años.

Entre las pocas personas conocidas que se aparecieron en la funeraria para rendir tributo a García Vázquez se encontró el propio CAP que, a pesar de encontrarse muy afectado meses antes por un derrame cerebral, hizo esta última visita a quién había sido durante varias décadas la cabeza de su mecanismo de seguridad.

Dos años más tarde, el martes 19 de junio, jueves 21 de junio, martes 26 de junio y martes 3 de julio de 2007, otro connotado agente de la CIA, Antonio Veciana, jefe terrorista, fundador de Alpha 66, iba a completar el retrato, en el curso de una fascinante serie de entrevistas en el programa radiofónico La noche Se Mueve, del periodista Edmundo García.

Veciana afirmó entonces que CAP le había contado como había insistido para que García conservará el silencio (“Calla la boca y no hables de este asunto“) sobre el caso del avion cubano procedente de Caracas destruido en pleno vuelo frente a Barbados en 1976. La tragedia que hizo 73 víctimas fatales, fue un atentado ordenado por los terroristas internacionales Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, ambos vinculados a la Agencia Central de Inteligencia por cuenta de la cual manejaban la red CORU, grupo terrorista con una interminable “hoja de ruta” de crímenes sangrientos.

“El gobierno de Estados Unidos tiene una copia del informe que

Orlando García hizo al presidente Carlos Andrés Pérez sobre que fue lo que sucedió”, dijo entonces, textualmente Veciana.

CAP nunca quiso revelar el contenido del informe secreto “para no hacerle daño a Posada” pero sí aseguró que “el gobierno” conservaba el informe, aseguró.

“Eso fue lo que él (CAP) me afirmó a mí”, dijo Veciana. “Me dijo: Yo no quiero perjudicar a nadie, a la edad que yo tengo, y menos a un hombre como Posada Carriles, que está muy enfermo”.

Posada Carriles anda hoy El Paso visitando tiendas del vecino “mall”, acompañado por el corresponsal de EFE, entre las suspensiones del juicio migratorio que enfrenta por mentiroso.

Orlando Bosch acaba de lanzar un libro de memorias y vive tranquilamente en su bungalow de Hialeah.

Varios de los cómplices de este dúo de asesinos gozan en Miami de su “jubilación”, incluso tres cómplices de Posada condenados en Panamá por terrorismo y luego indultados por una presidenta mafiosa.

Los secretos del informe de Orlando García sobre el crimen de Barbados son solo unos de los documentos de interés de EE.UU. en las cajas de archivos de CAP. ¿Qué contará el difunto sobre su relación con el aparato de inteligencia de Washington en relación con sus políticas y eventos tan trágicos como el Carachazo que dejo en la calle cientos de cadáveres? ¿Qué compartirá, a través de sus papeles, sobre los gobiernos corruptos de Venezuela sometidos a las órdenes de los funcionarios de “la Embajada”? ¿Qué material el FBI tiene tanto interés en expurgar, filtrar, desaparecer?

jueves, 24 de febrero de 2011

Las lecciones de las revoluciones egipcia y tunecina que Jordania no ha aprendido

Rebelión...24/02/2011

UNO Parece que los intelectuales y las élites opositoras, tanto en Jordania como en el mundo árabe en general, no han llegado a comprender las lecciones de las revoluciones egipcia y tunecina. Ese fracaso pone en evidencia la enorme brecha que separa a estas élites del verdadero «pueblo» al que siempre han ensalzado.

Por una parte, dichas élites nunca han elaborado o presentado teorías revolucionarias ni han proporcionado la clase de munición intelectual o análisis de la realidad que permite avivar y guiar una revolución popular, como fue el caso en la revolución francesa de 1789 o la revolución rusa de 1917.

Estas élites también fracasaron en la formación de estructuras organizativas que consiguieran conducir una situación popular de callada protesta y rabia interior hacia un estado de explosión abierta total. En Túnez y Egipto, la transformación del silencio en explosión fue en gran medida subjetiva y “espontánea”, mientras que las estructuras eran completamente subjetivas (1).

Esas élites fallaron también a la hora de predecir o incluso analizar el potencial popular, los mecanismos del movimiento, los límites de la tolerancia, el punto de ignición explosiva y los factores que condujeron al punto de no retorno, con los mártires caídos en la lucha contra la represión feroz del Estado.

Nadie predijo los eventos de Túnez. Cuando Mohammed Bu-Azizi se prendió fuego el 17 de diciembre de 2010, provocando las protestas de Sidi Bu-Zeid, ni siquiera el análisis más optimista pudo anticipar que las cosas se desarrollaran siguiendo un patrón tan acelerado y dramático. Los acontecimientos se encadenaron y condujeron a la huida del presidente dictador y la caída del régimen el 14 de enero de 2011, en menos de un mes. Otro tanto puede decirse de la progresión de Egipto a partir de las protestas del 25 de enero hasta la revolución en toda regla que comenzó el 28 del mismo mes, y que condujo al derrocamiento del régimen egipcio el 11 de febrero, también en menos de un mes.

El principal impulso que algunas élites de Túnez y Egipto proporcionaron fue alzar la voz a favor de la necesidad de un cambio completo y global, basado en la desaparición de los regímenes gobernantes, una voz que calificó a estos regímenes (con todas sus figuras, pilares, instituciones y productos) de ilegítimos. Por lo tanto, en ambos países, hubo una oposición interna prohibida y una oposición en el exilio. Mientras que la oposición oficialmente aprobada hablaba de «reforma», esta oposición radical insistía en «el cambio de régimen y el derrocamiento del tirano.» Esta insistencia es lo que puede haber significado un preludio para que las personas perdieran sus temores y se transformaran en algún momento crítico en una masa dispuesta a oponerse abiertamente a toda la pirámide del régimen, de la cabeza (presidente o jefe de Estado) a la base (partido en el poder, camarilla dirigente o instituciones gubernamentales).

DOS Las lecciones de Túnez y Egipto se pueden resumir en los siguientes nueve puntos:

1.- El pueblo árabe no está «muerto» como se pensaba, agobiado bajo el peso de muchos siglos sin grandes revoluciones populares. Una larga tradición de sumisión ha sido rota por las masivas revueltas civiles. Esto también disipó la supuesta maldición de una historia árabe carente de revueltas populares.

2.- Llegado un punto de ruptura dado, el pueblo, incluso en ausencia de una fuerza previa de conducción intelectual, puede derrocar totalmente un régimen en el poder.

3.- El pueblo está muy por delante y es políticamente mucho más progresista que los intelectuales y los dos tipos de oposición: la oficial y la «alternativa» (más radical).

4.- El pueblo no es un depósito de capital político de nadie, especialmente de aquellos que aseguran representarlo.

5.- La ampliación de las divisiones de clase entre la clase dominante y sus aliados empresariales, por un lado, y la masa de la población por el otro, con toda la injusticia, la opresión, la pobreza, el desempleo, la corrupción y la violación de los derechos imperantes, son el principal motor de la revolución.

6.- Un discurso revolucionario está en contradicción total con uno reformista. Este hecho básico es casi siempre ignorado por las élites intelectuales y la oposición. Donde hay reforma no habrá revolución, porque la reforma está diseñada para desinflar la ira y el descontento social abierto. La reforma sirve para tapar los agujeros dejados por la corrupción, la explotación y la subordinación. Cualquier intento de lograr un acuerdo social a través de «reformas» y «participación en el gobierno» significa prolongar la vida útil de regímenes corruptos, y mantener su status quo. La falta de influencia de las principales corrientes reformistas (como la Hermandad Musulmana) en la calle tunecina puede haber desempeñado un papel importante en la maduración de las protestas que condujeron a una rápida culminación. Otro tanto puede afirmarse también de la revolución egipcia, que comenzó y progresó en espacios al margen de la Hermandad Musulmana y su influencia.

7.- Hasta el momento, las esferas culturales árabes se han mostrado incapaces de producir teorías capaces de predecir, catalizar o analizar el movimiento popular, y los intelectuales árabes sólo han sido capaces de seguir dicho movimiento y analizarlo post factum. Los intelectuales árabes son escandalosamente dependientes de sus gobiernos, y deberían cambiar de bando.

8.- El éxito de los movimientos revolucionarios masivos no surge de precursores divisionistas (religiosos, étnicos, regionales o sectarios), sino que emana de una matriz de demandas que unen y superan todas las divisiones.

9.- La función principal de los intelectuales y las élites de la oposición es romper las barreras del miedo, abiertamente denunciar la corrupción, la tiranía y la subordinación, y del lado de las opciones que en última instancia, ampliar la clase se divide.

TRES En Jordania, nadie parece haber aprendido las lecciones de Túnez y Egipto. La oposición oficial (los partidos de oposición legalizada y las asociaciones profesionales) siguen buscando débil opciones reformistas que constituyen una continuación del fallido curso que se inició en 1989 (el año que marca el final de la ley marcial en Jordania y el inicio de la llamada « era democrática»). Esta oposición (que se asemeja a todas las oposiciones oficiales en todo el mundo árabe) ha sido objeto de críticas sustanciales e incisivas en las últimas dos décadas y no hay necesidad de extendernos aquí sobre esta cuestión.

La oposición «alternativa» que se ha presentado como la única capaz de llenar el vacío político no es mucho mejor: a) tiene un carácter aislacionista que excluye a Cisjordania; b) se basa en una identidad post colonial que no goza de consenso interno, y c) se hace eco de la propaganda las autoridades políticas («Jordania, lo primero» y «Todos somos Jordania», dos eslóganes publicitarios patrocinados por el régimen en aras de la creación de una «identidad nacional jordana»).

Resulta revelador que esta «oposición alternativa» mantenga estrechos vínculos con la «vieja guardia», una de las dos «alas» del régimen jordano, que fue parcialmente marginado cuando el joven rey Abdullah II ascendió al trono e introdujo un nueva «ala» en la clase gobernante (conocida en Jordania como “los neoliberales” ). De hecho, la «vieja guardia» no son es «neoliberal», ya que fueron sus miembros quienes iniciaron la aplicación de las reformas del FMI, dieron el impulso a las privatizaciones y a la retirada del Estado de sus funciones sociales.

CUATRO Influenciados por las protestas en Túnez, que estaban en su apogeo, el primer «Día de la Ira» en Jordania (convocado por la «oposición alternativa») fue el viernes 14 de enero 2011, con una reunión modesta de unas 500 personas. La oposición oficial boicoteó la participación en este evento, pero a medida que la revolución de Túnez aumentaba, su sumaron en gran número masivo de la siguiente, el viernes 21 de enero 2011, elevando el número a 10.000. En el tercer viernes (28 de enero) el número de personas presentes disminuyó, y el cuarto viernes (4 de febrero), la manifestación se dividió en dos partes: una, convocada en el centro de la ciudad, el lugar de costumbre; la otra, a varios kilómetros de distancia junto a la sede del Primer Ministro. Las divisiones probablemente aumentarán debido a la presencia del elemento «aislacionista» en el interior de las fuerzas de oposición, y la concentración de este elemento en la primera demanda reformista presentada por la «oposición alternativa» (y más tarde adoptada por la oposición oficial): la dimisión del primer ministro, Sameer al-Rifai (despedido más tarde, tal como se esperaba) y la formación de un gobierno de «unidad nacional».

CINCO ¿Cuáles son los componentes de esta «oposición alternativa»?

Sus elementos principales son: el Movimiento de Izquierda Social, de Jordania, la Iniciativa Nacional de Jordania, la Corriente Nacional Progresista, el Comité Nacional de Veteranos de Guerra, la Asociación de Escritores de Jordania, la Corriente Nacionalista Progresista, junto a otros grupos muy pequeños, tales como la Unión de Jóvenes Democráticos , la Sociedad de la Filosofía, el Foro de Pensamiento Socialista, la Asamblea de la Juventud Circasiana y la Asociación contra el Sionismo y el Racismo.

Todos estos grupos (excepto la Corriente Nacional Progresista, el Comité Nacional de Veteranos de Guerra y la Corriente Nacionalista Progresista) forman el denominado Movimiento del Pueblo Jordano. Todos los grupos (sin excepción) forman «Campaña Jordana por el Cambio – Jayeen y están estrechamente aliados políticamente y a escala de la coordinación.

Una breve ojeada a algunas observaciones sobre estos grupos nos dará una idea más clara de lo que realmente representan: Nahed Hatter, el actual líder de la Corriente Nacional Progresista, anterior líder del Movimiento de Izquierda Social de Jordania y una de las principales figuras de la «oposición alternativa», escribió un artículo en el que reveló que había celebrado varias «largas reuniones de intercambio de ideas» con el director de la Dirección General de Inteligencia (5). También escribió un artículo en el diario libanés Al-Akhbar en defensa de dicho director después de dejar su cargo, en los que lo calificó, en ambos, de «uno de los símbolos del Movimiento Nacional Jordano» (6). Omar Shaheen, líder actual del Movimiento de Izquierda Social de Jordania, escribió diciendo que esas reuniones se produjeron con el consentimiento y la bendición del movimiento (7). Por otra parte, Hattar y el Movimiento citado fueron de los primeros que promovieron la teorización legitimadora de la identidad aislacionista post colonial, base de un eventual movimiento de liberación nacional(8).

Esta visión es compartida por la Iniciativa Nacional de Jordania (9), que pide en su literatura publicada (10) la cristalización de una «identidad jordana plena y completa», y hace un llamamiento a la formación de un movimiento ciudadano jordano separado del movimiento nacional palestino, que consideraría «la sociedad jordana» y «la sociedad palestina» como entidades aisladas que comparten intereses comunes. La primera versión en la página web de la Iniciativa Nacional de Jordania estaba presidida por los símbolos de «Primero, Jordania» y «Todos somos jordanos».

La Asociación de Escritores de Jordania es uno de los mayores receptores de fondos gubernamentales a través del Ministerio de Cultura y el Municipio de Amman, y la mayoría de sus dirigentes y personalidades están empleados en el aparato cultural y los medios de comunicación del gobierno o reciben una serie de beneficios de dichas entidades.

El líder de la Corriente Nacionalista Progresista participó en las recientes elecciones parlamentarias, ampliamente boicoteadas por considerarlas una continuación de la fragmentación del tejido social de Jordania en clanes, familias y regiones. Se estimaba que las elecciones y la ley electoral constituían un golpe definitivo a cualquier posibilidad de una verdadera reforma (11).

Otro aspecto importante de estos grupos es que constituyen direcciones diferentes de un mismo grupo de personas. Se puede decir con seguridad que la Iniciativa Nacional de Jordania, la Asociación de Escritores de Jordania, el Foro de Pensamiento Socialista, la Sociedad Filosófica y la Asamblea de Jóvenes Circasianos son sólo diferentes caras de un mismo grupo de individuos, organizados básicamente en la Iniciativa Nacional de Jordania, la Unión de la Juventud Democrática y el Movimiento de Izquierda Social de Jordania.

Nadie ha hecho nada, seriamente, por la integración de los habitantes de los campamentos de refugiados palestinos en la iniciativa de los «días de la ira.» La única vez que participó uno de dichos campamentos –el de al-Baq’a–, a escala modesta, fue con ocasión del primer «Día de la Ira” no fue tenido en cuenta en la convocatoria hecha pública por la Iniciativa Nacional de Jordania (12). Algunas organizaciones de la coalición Jayeen consideran a los palestinos como reservas del neoliberalismo y los ubican en un conflicto de clase con los jordanos orientales.

SEIS Como se mencionó anteriormente, los principales problemas de esta oposición se concentran principalmente en su objetivo principal, que presentó y también fue aprobado más tarde por la oposición oficial: la eliminación de gobierno Sameer al-Rifai y la formación de un gobierno de «unidad nacional».

Se sabe que en Jordania los ministros son meros «ejecutivos», y no personas facultadas para elaborar políticas y estrategias. Exigir un cambio ministerial no dará resultados a escala estratégica, y muchos lo consideran un intento sutil de aquellos que exigen el cambio para sustituir a las personas que piden derrocar. Nadie discute la legitimidad de la autoridad política en Jordania. De hecho, lo que sucede es lo contrario: tanto la oposición oficial como la alternativa consideran al jefe de la autoridad política como una especie de sabio moderador, a pesar del hecho de que según la Constitución es de hecho la cabeza de las tres ramas del poder. Ambas oposiciones piden «un cambio en las políticas, no un cambio de régimen» (13): La Hermandad Musulmana afirmó que «los islamistas jordanos pedían una reforma, no un cambio total. Reconocemos la legitimidad del régimen”(14), mientras que la Campaña de Jordania por el cambio (Jayeen), que incluye a todos los grupos de oposición alternativa declaraba que “el Rey es la única constante en la política de Jordania” y subrayaba su inmunidad constitucional (15).

Así, sucedió lo que se era de esperar: el gobierno de al-Rifa'i fue destituido, y se nombró primer ministro a una figura de la vieja guardia, Ma'rouf al-Bajit, ex general y ex embajador en Israel. También como se esperaba, hubo una sensación general de alivio en ambos círculos de oposición. La Comisión Nacional de Veteranos de Guerra y la dirección de la Corriente Nacional Progresista dieron claramente la bienvenida al nuevo primer ministro (16). El portavoz de la Campaña de Jordania por el Cambio (Jayeen) describió la medida como «un paso en la dirección correcta» (17), mientras que al-Mahdi Sa'afin (un líder joven de Jayeen y la Izquierda Social de Jordania), declaró que « Campaña de Jordania por el Cambio dará al nuevo primer ministro la oportunidad de ejecutar el programa de reformas” (18). En el ámbito oficial de oposición «desaparecieron los anteriores eslóganes que pedían la dimisión del Gobierno» (19), junto con la sentada de los islamistas y otros partidos legalizados, y todos ellos optaron por conceder al gobierno de al-Bakheet un «período de prueba» ( 20).

¿Piensan los participantes en los “Días de la Ira” que la destitución de un ministro o un primer ministro, o la aplicación de algún tipo de cambio gubernamental, será suficiente para producir un cambio económico, social y político en el país? ¿No recuerdan la gran campaña contra el ex ministro de Planificación Basem Awadallah, un funcionario designado como la razón única y principal del colapso económico y la corrupción en Jordania? Awadallah fue despedido, pero nada cambió, la situación económica siguió empeorando y los precios continuaron su ascenso hacia las nubes. Más tarde, Sameer al-Rifai, el joven recién llegado al gobierno proveniente del mundo de la empresa, fue demonizado como responsable de décadas de corrupción. Su salida fue presentada, igual que la de Awadallah, como la solución mágica de todos los males. No hay que olvidar que estos procesos de demonización indican la tendencia aislacionista de la oposición alternativa. A pesar de la presencia de una gran variedad de influentes «neoliberales», los seleccionados para la demonización son casi siempre de origen palestino, y son ajenos a los clanes grandes o familias del Este del país. Recientemente, en una campaña sin precedentes, la reina Rania (de origen palestino) fue blanco de las cifras del clan como símbolo de la corrupción y se la comparó con Laila Tarabulsi, la esposa del derrocado dictador tunecino Ben Ali (21).

Si se les permite formar un gobierno, ¿piensan en la oposición alternativa que se puede transformar el país de la dependencia a la soberanía y la independencia, a pesar del hecho de que Jordania depende en gran medida de la ayuda extranjera y puede ser tan fácil de estrangular como la Franja de Gaza?

En el marco de las fórmulas actuales, quien se una al gobierno con un programa «nacional» tendrá sólo dos opciones por delante: dimitir o «aceptar la realidad». La realidad del estado post colonial y la identidad resultante se basa en la subordinación, la corrupción y la funcionalidad. Formar parte de un gobierno, o sumarse a él, es el primer paso para unirse a una elite política cuyas reglas y mecanismos han sido establecidos por la autoridad política y a las que es imposible escapar.

No debemos olvidar que la autoridad política durante el reinado del difunto rey Hussein tuvo como característica única la de absorber la oposición. Incluso llegó a asimilar a personas que organizaron golpes de Estado contra el rey, transformándolos en ministros, embajadores e incluso directores de los servicios secretos. La absorción de la oposición constituyó un pilar importante que desapareció con el nuevo reinado de nuevo, orientado hacia los jóvenes empresarios leales únicamente a los beneficios y desvinculados de cualquier anclaje regional o de clan. En consecuencia, la autoridad política en Jordania creó una identidad de clase, mientras que la oposición está ahora trabajando para diluir la división de clases, tratando de unirse a la estructura del régimen y presionar a favor de la vieja guardia y las personalidades de antaño que pretenden, una vez más, vincular la elite gobernante a los componentes tradicionales de la sociedad. Con ello se ocultará la estructura de clases emergente y se liberarán las tensiones de clase, prolongando los ciclos de corrupción y subordinación. La demanda de un gobierno de «unidad nacional» refleja aún más el deseo de los excluidos de la estructura de poder de recuperar sus posiciones dentro de ésta y obtener su parte del pastel. Pero, en ningún caso refleja un deseo de «cambio total», que pudiera fermentar si permanecían fuera de la estructura de poder.

SIETE En conclusión, la «oposición alternativa» carece del requisito básico de ser independiente de la autoridad política, y ha adoptado un discurso aislacionista en materia de identidad y del alcance de la liberación. Con ello se transforma este discurso en otro que diluye cualquier intento real de maduración de un conflicto de clases.

Sin embargo, alguien prestó atención a las lecciones de Túnez y Egipto: a saber, la autoridad política. Se reintrodujeron las subvenciones de productos básicos anteriormente suprimidas (22), se anunció un aumento del salario mensual de los trabajadores del sector público (23), y se permitió que figuras de la oposición apareciesen en el canal de televisión de propiedad estatal (24). Por otra parte, no prohibieron las manifestaciones del «Día de la Ira» manifestaciones ni exigieron un permiso para que llevase a cabo (25). Tampoco hubo presencia policial durante las manifestaciones y , de hecho, algunos policías distribuyeron zumos y agua entre los manifestantes (26).

El régimen de Jordania ha aprovechado las lecciones de Túnez y Egipto. Pero, la oposición no lo ha hecho.

Traducción S. Seguí

Hisham Bustani es articulista y activista marxista residente en Amman. Se lo puede contactar en hbustani2@yahoo.com. El autor desea dar las gracias a Bill Templer por su ayuda en la revisión de este artículo.

  1. Subjetivo significa aquí que las « condiciones de maduración » eran internas (a las masas populares), no externas (producidas por las élites intelectuales).
  2. La masa social de Jordania está compuesta por dos grandes grupos: la mitad de la población (3 millones) es de origen palestino. Las autoridades políticas han tenido un especial cuidado en dividir los “jordanos orientales” (de origen jordano) de los « palestinos» (de origen palestino, « occidental »). En el plano del deporte popular, hay dos equipos de fútbol de primera división que representan esta división oficial.
  3. La división territorial de Bilad al-Sham (ahora Siria, Líbano, Palestina, Jordania) fue llevada a cabo por las potencias coloniales, Francia e Inglaterra. Antes de esta división, la región era un espacio socioeconómico unificado. Los « estados » resultantes y las correspondientes « identidades nacionales » fueron diseñados de modo que no tuvieran ningún potencial de liberación y estuvieran despojados de toda independencia real. En este sentido, véase: Hisham Bustani, The Deleted Memory: ‘Inventing’ Palestine and ‘Discovering’ Lebanon,http://www.nodo50.org/csca/agenda05/misc/bustani_2-09-05.html, y Joseph Massad, Colonial Effects: The Making of National Identity in Jordan, Nueva York: Columbia University Press, 2001.
  4. Curtis Ryan, ‘We Are All Jordan’…But Who is We?, Middle East Report Online, http://merip.org/mero/mero071310.html, y Marc Lynch, No Jordan Option, Middle East Report Online, http://www.merip.org/mero/mero062104.html.
  5. Nahed Hattar, Farewell to al-Thahabi: A Strategic Mind that Leads the Intelligence and Changes its Picture (en árabe), www.allofjo.net, 29/12/2008. Archivado por el autor (este artículo ha sido retirado del sitio web).
  6. Nahed Hattar, A Jordanian Phenomenon: The Director of Intelligence as a Citizen and a Political Activist (en árabe), Al-Akhbar (Líbano), 3/2/2009.
  7. Omar Shaheen, What Brought Nahed Hattar and the Director of the Intelligence Together (en árabe), www.joleft.net, 31/12/2008. Archivado por el autor (este artículo ha sido retirado del sitio web).
  8. Hisham Bustani, The Isolationist Illusions of the Jordanian Social Left (en árabe), Kan’an e-Bulliten, número 1583, 2/7/2008,http://www.kanaanonline.org/articles/01583.pdf
  9. Es preciso distinguir aquí, en interés del lector extranjero, entre los términos « nacional » (en árabe ‘watani’), relacionado con las identidades nacionales de los actuales Estados árabes creados por las potencias coloniales, y “nacionalista” (en árabe ‘qawmi’), término relativo a una identidad panárabe anterior al periodo colonial.
  10. The Jordanian National Initiative, Theoretical Basis: Studies and Articles (en árabe), Amman, 2009.
  11. Jillian Schwedler y Josh Sowalsky, Jordan’s Boycott and Tomato Woes, Foreign Policy, 7/11/ 2010, http://mideast.foreignpolicy.com/posts/2010/11/07/Jordania_s_boycott_and_tomato_woes.
  12. Véase http://www.almubadara-jo.org/2010-05-04-05-32-03/129-2011-01-12-21-54-33.html.
  13. Oaraib al-Rintawi, Change and the Three Stratas of the Regime (en árabe), diario ad-Distur (Jordania), 2/2/2011.
  14. Hadeel Ghabboun, Islamists Call for a Change of Government (en árabe), diario Al-Ghad (Jordania), 1/2/2011.
  15. Ruba Karasneh, ‘Jayeen’ holds Marches Next Friday in Amman (en árabe), diario al-Arab al-Yawm (Jordania), 2/2/2011.
  16. Abdel Nasser al-Zo’bi, “Will the Assigned PM Fulfill the Requests and Aspirations of the Jordanian Popular Groups » (en árabe), 2/2/2011,http://www.allofjo.net/index.php?option=com_content&view=article&id=8429
  17. Muhammad al-Najjar, The Assigning of al-Bakheet Between Acceptance and Refusal (en árabe), al-Jazeera Net, 1/2/2011,http://www.aljazeera.net/NR/exeres/88A32052-ECDD-4E38-876C-5F63E8F94D72.htm
  18. Hadeel Gabboun, Marches Demand Total Reform (en árabe), diario Al-Ghad , 5/2/2011.
  19. Ibid.
  20. Majed Toubeh, The Royal Meeting with the Leaders of the Islamic Movement Marks a Period of Political Openness that Increases the Opposition’s Optimism (en árabe), diario Al-Ghad , 7/2/2011.
  21. http://www.guardian.co.uk/world/2011/feb/15/bedouin-accuse-Jordania-queen-corruption.
  22. Jumana Gneimat, Playing in Extra Time (en árabe), diario Al-Ghad , 23/1/2011.
  23. Mahmud Tarawneh, Twenty Dinar Raise by the End of this Month (en árabe), diario al-Ghad, 23/1/2011.
  24. Ahmad abu-Khalil, On the Appearance of the Minister and the Sheikh (en árabe), diario al-Arab al-Yawm 22/1/2011.
  25. Jumana Gneimat, ibid.
  26. Diarios Al-Ghad 17/1/2011 y 29/1/2011, y Al-Arab al-Yawm 22/1/2011.

miércoles, 23 de febrero de 2011

El sionismo estadounidense frente al movimiento egipcio por la democracia

Rebelión...23/02/2011

Uno de los aspectos menos analizados del movimiento por la democracia en Egipto, en relación con las políticas de EEUU frente al mismo, es el papel de la influyente Configuración del Poder Sionista (ZPC, por sus siglas en inglés), incluida su principal organización rectora –la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Estadounidenses Judías (CPMAJO, por sus siglas en inglés)-, los miembros del Comité para Oriente Medio del Congreso, los funcionarios que ocupan puestos estratégicos en los burós para Oriente Medio del gobierno de Obama, así como importantes editores, publicistas y periodistas que juegan un papel fundamental en prestigiosos periódicos y populares revistas semanales. Este ensayo se basa en una investigación sobre la cuestión llevada a cabo en el Daily Alert (boletín propagandístico de CPMAJO), el New York Times y elWashington Post entre el 25 de enero y el 17 de febrero de 2011.

Desde el principio mismo del movimiento egipcio a favor de la democracia, la ZPC puso en tela de juicio la legitimidad de sus demandas contra la dictadura tratando de hacer especial hincapié en la “amenaza islámica”. Especialmente, los ultra sionistas Washington Post, Wall Street Journal yDaily Alert insistían una y otra vez en la “amenaza” de una “toma del poder islámica” por parte de los Hermanos Musulmanes, aunque una cifra abrumadora de expertos y periodistas, no-sionistas, en Egipto hubieran ya manifestado que la inmensa mayoría de los manifestantes no pertenecían a movimiento político alguno y que propugnaban mayoritariamente una república democrática laica (véase el Financial Times de los días 26 de enero y 17 de febrero de 2011).

Una vez fracasada la estratagema de su propaganda inicial, la ZPC desarrolló varias nuevas líneas de propaganda: la más importante fue una defensa sostenida de la dictadura de Mubarak como baluarte de la “seguridad” de Israel y guardián de los llamados “Acuerdos de Paz” de 1979. Es decir, la ZPC presionó a la administración estadounidense, a través de diversas audiencias en el Congreso, la prensa y el AIPAC para que apoyara a Mubarak como garante clave y colaborador de la supremacía de Israel en el Oriente Medio, aunque eso significara que el régimen de Obama tuviera que oponerse abiertamente al movimiento por la libertad de millones de egipcios. Los periodistas y funcionarios israelíes y sus homólogos sionistas en EEUU estuvieron dispuestos a admitir que aunque el régimen de Mubarak era una tiranía corrupta y sangrienta, había que apoyarlo porque un gobierno democrático en El Cairo podría acabar con décadas de colaboración egipcia con la brutal colonización israelí de Palestina.

Cuando quedó patente que el apoyo incondicional a Mubarak ya no era una posición viable y que el gobierno de Obama estaba haciendo un llamamiento al movimiento democrático para que “dialogara” y negociara con el dictador, la ZPC pidió cautela a la hora de apoyar tal “diálogo” y seguridades de que el mismo no provocara cambios abruptos en el tratado entre los israelíes y Mubarak. La ZPC y sus escribas del Washington Postpresentaron al “Vicepresidente” designado a dedo por Mubarak, Omar Suleiman, un infame torturador y colaborador desde hacía bastante tiempo del Mossad de Israel, como el interlocutor legítimo para el diálogo, a pesar de que el movimiento por la democracia, de forma unánime, le había rechazado ya.

Como los manifestantes seguían creciendo en número e iban ocupando las principales plazas públicas de todo el país más allá de la primera semana, Israel y la ZPC promovieron una posible solución alternativa para mantener a Mubarak en el poder durante un período de “transición” de nueve meses. Cogidos por sorpresa por la veloz expansión del movimiento egipcio por la democracia, los bien dispuestos cómplices de Israel en la administración y en los medios estadounidenses concedieron que no estaría mal que la dictadura llegara a su final… siempre que se llevara a cabo de forma apropiada; es decir, excluyendo o minimizando el papel de los Hermanos Musulmanes y maximizando el papel del alto mando del ejército y de los servicios de inteligencia, favorables a Israel, en calidad de supervisores de la “transición”. La ZPC rechazó despectivamente al independiente movimiento egipcio y a sus líderes y trató de socavar el movimiento popular egipcio inflando el papel de los mejor organizados “Hermanos Musulmanes” y advirtiendo acerca de una futura “toma del poder” islamista.

El principal funcionario sionista en la Administración Obama y hombre clave del AIPAC [siglas en inglés del Comité de Asuntos Públicos EEUU-Israel, el lobby pro-Israel en EEUU], el Vicesecretario de Estado, James Steinberg, viajó a Israel para asegurar al régimen de Netanyahu/Lieberman que EEUU estaba en contacto con el alto mando del ejército egipcio y sectores de la oposición civil (El Baradei) y que el apoyo de Washington al movimiento democrático estaba condicionado a que dieran todo tipo de seguridades de que no iban a cambiar el Tratado israelo-egipcio.

Cuando finalmente se le obligó a Mubarak a dimitir y a pasar el poder a una junta militar, la ZPC felicitó a los golpistas, apoyó su desmovilización del movimiento y, lo más importante, celebró el refrendo de los generales egipcio al “Acuerdo de Paz de 1979”. A partir de ahí, la maquinaria de la propaganda israelí empezó a criticar duramente a Mubarak y a representar el golpe militar como un paso positivo hacia una “transición pacífica y ordenada”. Por “ordenada”, los think tanks sionistas entienden un “cambio de régimen” que no altere en nada el asedio contra Gaza, el envío regular de fuel a Israel o la tórrida colaboración entre Tel Aviv y El Cairo. Los sionistas estadounidenses e israelíes rechazaron que se celebraran elecciones de inmediato y promovieron un prolongado proceso por el que el ejército egipcio, la Administración estadounidense y la ZPC podrían nombrar a dedo a los miembros de las “comisiones electorales y constitucionales transitorias” comprometidas con la continuación de la política de Mubarak de sumisión incondicional a Israel. Por “pacífica”, los diplomáticos a favor de Israel en la Administración Obama querían significar limpiar las calles de las masas de manifestantes y activistas a favor de la democracia a fin de que el pequeño círculo del ejército, y algunas reminiscencias civiles de Mubarak, pudieran controlar las decisiones a puerta cerrada. Por “transición”, los círculos de propagandistas sionistas, los políticos israelíes y estadounidenses y los generales egipcios entienden que nada va a cambiar salvo el rostro de Mubarak.

Mientras Israel y el grueso de los escribas y propagandistas israelíes en EEUU se oponían o cuestionaban los movimientos por la democracia y en contra de los gobernantes favorables a Israel en Oriente Medio, se dedicaban también a apoyar y difundir la actuación de los movimientos sociales contrarios al régimen iraní. En todos los medios impresos y electrónicos, los periodistas a favor de Israel resaltaban la naturaleza brutal y represiva del régimen iraní, pidiendo el cambio del régimen y exagerando el espectro de una confrontación militar en caso de que los barcos de guerra iraníes atravesaran el Canal de Suez, un derecho de Irán en virtud del derecho marítimo internacional. En un intento reduccionista, en todas las discusiones y debates sobre la política estadounidense en relación con los enormes y crecientes movimientos de masas a favor de la democracia por todo el mundo árabe se citaban la seguridad israelí, la amenaza del “Islam radical” y a Irán.

Los mismos prominentes escribas sionistas estadounidenses que al principio defendieron el apoyo estadounidense al dictatorial régimen de Mubarak, y después alentaron la toma del poder por el ejército en El Cairo, se han convertido en patrocinadores de los demócratas anti-régimen en Irán. Aunque esto no resulta incompatible: la cuestión importante para los sionistas estadounidenses es cómo podrían afectar los movimientos a favor de la democracia en las políticas coloniales israelíes en Palestina y en la expansión del poder de Israel por Oriente Medio. Es decir, que tanto en el Congreso como en la Casa Blanca, la ZPC no está precisamente preocupada por fomentar la democracia a través de la política exterior estadounidense sino tan sólo en utilizar la diplomacia y el apalancamiento militar de EEUU al servicio de Israel.

Lo que resulta más sorprendente en los giros y cambios de Obama en sus políticas respecto a las luchas populares de masas en Egipto es cuán estrechamente repite y pone en marcha las posiciones políticas de la Configuración del Poder Sionista en EEUU que están claramente presentadas en el órgano de propaganda de las “52 organizaciones”, el Daily Alert.

Versión original en inglés:

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=PET20110220&articleId=23297

martes, 22 de febrero de 2011

Alí Amar, periodista marroquí autor de “Mohamed VI, el gran malentendido”, se pregunta: ¿Occidente es demasiado indulgente con el rey de Marruecos?
Mohamed VI sometido al detector de dictadores

SlateAfrique...22/02/2011

¿Occidente es demasiado indulgente con un monarca feudal que cultiva una imagen de rey moderno, en un momento en que las calles árabes arden?

Hombre de entre 70 y 80 años, con una media de continuidad en el poder de 30 años, una carrera en el ejército, un heredero esperando para sucederle, un régimen de partido único, una oposición mermada, un clan depredador de las riquezas del país; este es el retrato robot del dictador árabe en el imaginario occidental, en el que encajan Ben Alí, Mubarak o Gadafi.

Desde que el señor de Cartago puso pies en polvorosa y que el rais vacila ante las embestidas del pueblo cairota, los más sagaces comentaristas de las calles árabes rivalizan en análisis destinados a explicar que a partir de ahora el reino absoluto de los potentados árabes ya no garantiza la sacrosanta “estabilidad” de los países sujetos a su poder jupiterino.

En el extremo septentrional de ese mundo que no sabe lo qué es la democracia, existe a los ojos de Occidente un “reino aceptable” del que casi no se habla tras las revueltas de Túnez y El Cairo: Marruecos. Las explicaciones de ceguera ante el régimen policial de Ben Alí y ante el cinismo geoestratégico que convierte en funámbulos diplomáticos a las cancillerías occidentales de Próximo Oriente no alcanzan a este país considerado a parte. ¿Por qué? ¿Está justificado?

Para saberlo solo hay que pasar a Mohamed VI por el “detector de dictadores”.

¿Es Mohamed VI un autócrata como los demás?

Mohamed VI tiene a su favor que es relativamente joven (47 años) y que subió al trono hace doce años, tras 38 de reinado absoluto de Hassan II, rey autócrata a la antigua. El absolutismo del régimen se ha regenerado, pasando de una monarquía claramente represiva a una “hipermonarquía”. Esta se afana en garantizar una continuidad de sus instituciones, con una concentración desigual de los poderes político y económico y todo ello refinando su imagen de déspota ilustrado –y sin duda menos caricaturesco que muchos tiranos árabes. Sin embargo, el poder sumamente personalista del rey se apoya casi de forma exclusiva en los hombres de palacio.

Los más conocidos, dos de sus amigos de la infancia, fagocitan raciones enteras de poder. Fouad Alí El Himma en política y Mohamed Mounir Majidi en el mundo de los negocios. Hoy, el Gabinete Real, centro neurálgico del poder de Mohamed VI, que dirige bajo cuerda la administración, tiene más poder que todas las instituciones representativas juntas –impidiendo así la redistribución de la riqueza y todo ello a pesar del inicio de grandes obras de infraestructura y de iniciativas en lo social, que deberían subsanar el enorme retraso del país en materia de desarrollo humano, terreno en el que Marruecos sigue vegetando en los últimos puestos de las clasificaciones mundiales.

La eliminación de las prerrogativas del gobierno y el deterioro de los partidos políticos explican en gran parte la indiferencia de los marroquíes hacia las urnas.

¿Cómo se explica su popularidad?

Mohamed VI ha sabido sacar partido de la imagen revulsiva de su padre en materia de derechos humanos –sin renegar de lo esencial de su herencia. Aunque su empatía con los necesitados no parece fingida, sí que es sabiamente orquestada por un culto a la personalidad exacerbado y una propaganda de otros tiempos. Los marroquíes temen también casi de forma inconsciente la fitna, un caos social y de identidad que surgiría del desmoronamiento de la Corona, que les une culturalmente. En este sentido, el rey es muy popular. Y así lo demuestra un reciente sondeo inédito cuya publicación, en el colmo de la irracionalidad, se ha prohibido. Porque en el reino de Marruecos, la libertad de expresión termina en las puertas del Palacio.

Pero, en el fondo, ¿es un demócrata?

El régimen marroquí es –en teoría– una monarquía constitucional. Pero solo hay que leer su Constitución para darse cuenta de que no es en absoluto democrático. El principio de separación de poderes no está reconocido. El propio rey define su régimen como una “monarquía ejecutiva”, que une su estatuto sagrado de Comendador de los creyentes con el temporal de jefe de Estado. El multipartidismo existe desde que se logró la independencia del país, pero el Parlamento se limita a hacer de caja de resonancia de las decisiones de Palacio, especialmente cuando se trata de aprobar el presupuesto de la Corte Real o el del aparato de seguridad. Las elecciones se manipulan siempre de mala manera y el poder del Primer Ministro se limita a figurar.

Criticar la política del monarca o la de su Gabinete, sacar a la luz la depredación económica de la clase dirigente (y la del mismo rey), denunciar la práctica de torturas por las fuerzas del orden, reprobar la justicia expeditiva o la corrupción rampante son actos que se consideran subversivos para justificar los castigos que se infligen a las voces discordantes acusadas de nihilismo.

En la práctica, nadie puede cuestionar lo que el Palacio y su gobierno definen como los “principios inmutables de la nación”, es decir, el carácter sagrado del trono –incluidas sus decisiones de gobierno – el islam como religión del Estado, la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental y la sacralización del aparato de seguridad. En cuanto a la esfera privada del rey, permanece inviolable incluso cuando interfiere en la política del Estado.

¿Dirige un Estado represivo?

Tras la desaparición de Hassan II, demócratas y reformadores apostaron por una aceleración de la tendencia que creían garantizada con un poder renovado. La opinión internacional quiso creer también que la estabilidad del país iría acompañada de una moderación del régimen y de una gradual transición democrática.

No fue así: la libertad de prensa, indicio esencial de tal promesa, ha sido a menudo maltratada, y la censura se impuso rápidamente. Los escasos bastiones de la prensa de investigación están en vías de desaparición. Salvo raras excepciones, prevalece el reino de la complacencia y de la censura.

Aunque se han dado garantías sobre el estatuto de la mujer, que más bien se asemeja al “feminismo de Estado” tunecino, las libertades individuales –incluida la de culto– están lejos de haberse alcanzado. Además, el proceso de reconciliación no se ha llevado hasta el final (la verdad sobre las exacciones cometidas en el reinado de Hassan II solo se ha desvelado a medias, sin que se haya acusado a algunos responsables todavía en el poder) y Marruecos sigue encarcelando a los opositores políticos que se cuentan entre los militantes de derechos humanos, así como los independentistas saharauis y los islamistas.

Las ONG locales, los movimientos asociativos y contestatarios, la prensa, las redes sociales y algunos partidos políticos canalizan las frustraciones, incluso sirven de coartada y de válvula de escape social. Los accesos de fiebre recurrentes en Marruecos desde hace algunos años demuestran que la hogra, ese sentimiento de injusticia constante que se experimenta en todo el Magreb, puede incitar a la revuelta.

¿Cuenta con la indulgencia de Occidente?

Más allá de los intereses estratégicos con Occidente y con Francia en particular, y al igual que otros regímenes árabes, Mohamed VI juega a fondo la baza del peligro islamista y de un cierto voluntarismo económico y social para justificar las escorias feudales de su régimen. Con París, los lazos políticos son casi incestuosos. Europa ha concedido a Marruecos el Estatuto Avanzado, un privilegio que solo comparte con Israel en el sur del Mediterráneo. El trono es también uno de los aliados incondicionales de Estados Unidos en su guerra contra el terror, hasta el punto de haber aceptado como Mubarak, por ejemplo (cosa que se olvida muy a menudo), participar en el programa de tortura deslocalizada de Bush Jr.

En este contexto de realpolitik, la esperanza de ver por fin uno de los países árabes más idóneos encaminarse hacia la democracia –como lo hicieron España después de Franco, Portugal después de Salazar, Grecia después de los Coroneles o algunos países de América Latina tras las dictaduras militares– ha sido vana.

Traducido por Rocío Anguiano

Fuente: http://www.slateafrique.com/345/mohammed-vi-maroc-dictateur-occident