sábado, 20 de agosto de 2011

Ratzinger en Madrid


Rebelión...20/08/2011


Joseph Ratzinger aterrizó el jueves en Madrid y fue aclamado por los centenares de miles de “peregrinos” que, junto con el calor de temporada, asfixian estos días la capital española, paralizada por la “Jornada Mundial de la Juventud”. El 265º titular del trono de Pedro fue recibido por los reyes de España y el presidente del Gobierno en el aeropuerto. También por los principales líderes del derechista Partido Popular, quienes se arrodillaron para besar su anillo pontificio.

Benedicto XVI trajo consigo el programa de la jerarquía vaticana: la condena del aborto, los preservativos y el divorcio, la anulación de los derechos de los colectivos homosexuales, la exigencia de una muerte “natural” (es decir, sin cuidados paliativos que atenúen el dolor), la sumisión de la mujer y su retorno al “hogar”, el fin de las investigaciones con células madre, el combate contra el laicismo y la sumisión del Estado democrático a las posiciones de la jerarquía… Un camino que conduce a Arabia Saudí, Irán o Afganistán.

En un viaje faraónico, financiado por el gran capital español y por los poderes públicos de un país con casi cinco millones de desempleados e inmerso en una gravísima crisis económica, acaparado por sectores ultras como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo o los “kikos”, Ratzinger ha llegado a uno de los lugares cuya evolución más preocupa al Vaticano. El país que construyó su identidad histórica reaccionaria a partir del falso mito de la Reconquista y los Reyes Católicos, que impulsó (a sangre y fuego) la evangelización (y el saqueo) del “Nuevo Mundo”, que lideró la Contrarreforma y cuya Iglesia consagró como “cruzada” la sublevación fascista de 1936 se aleja hoy, de manera irreversible, de sus dogmas: ya se celebran anualmente más matrimonios civiles que católicos, sólo un 10% de los jóvenes se definen como católicos practicantes, la edad media de los párrocos sobrepasa los 60 años, los seminarios y conventos están vacíos y necesitan “importar” vocaciones de los países del Tercer Mundo (de ahí la Feria Vocacional con casi 80 casetas instalada estos días en el parque del Retiro, junto a 200 confesionarios portátiles)…

Ante los jefes de la jerarquía católica autóctona (encabezados por el cardenal de Madrid, el inefable Antonio María Rouco Varela), que en los últimos años han llegado incluso a encabezar manifestaciones para rechazar la ampliación de los derechos civiles, Ratzinger convocó a una nueva “evangelización”. Sin duda, sabe de lo que habla.

En 1981, cuando era cardenal de Munich (Alemania), Juan Pablo II le llamó a Roma y le designó prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la antigua Inquisición. En un tiempo en el que la Teología de la Liberación recuperaba el mensaje original de Jesús y lo extendía entre los pueblos oprimidos de América Latina, desde Nicaragua y El Salvador a Chile, Brasil o Argentina, Ratzinger se convirtió en el puño de acero que utilizó Juan Pablo II para perseguir a sus principales representantes, como Leonardo Boff, a quien en 1985 procesó y condenó a un año de silencio y le destituyó de todas sus funciones en el campo religioso. El Vaticano, convertido en Estado por la gracia de Mussolini, nunca ha albergado dudas sobre dónde está su lugar.

Son muchas las voces que desde la Iglesia de base (sacerdotes, teólogos, laicos…) se han alzado contra el formato y los contenidos de la visita papal a Madrid, como se puede ver en www.asinovengas.es, incluso que rechazan los abusivos privilegios de la Iglesia católica en un estado que se define constitucionalmente como “aconfesional”. Estos sectores cristianos, cuyo trabajo se enfoca hacia la justicia social, la igualdad y la libertad y no hacia la obsesión con el sexo, apuestan por una iglesia plural y participativa en un estado que para ser auténticamente democrático debiera ser laico.

Como ha escrito Juan Arias en El País: “El gran pecado del Vaticano, de esa Iglesia oficial que no acaba de liberarse del poder temporal que no le corresponde, es su miedo a que los hombres sean felices, porque es la felicidad, y no la angustia ni el sufrimiento, lo que terminará por hacer libres a las mujeres y a los hombres. De ese pecado debería no solo confesarse, sino pedir perdón a toda la humanidad”.

viernes, 19 de agosto de 2011

El asesinato como política exterior


williampfaff.com...19/08/2011

Después de la Segunda Guerra Mundial, ante la probabilidad de una invasión soviética de Europa Occidental, se hicieron planes para resistir a esta supuesta invasión. En el proyecto participaron personas vinculadas a los equipos "Jedburgh" de EE.UU., Gran Bretaña y otros aliados -de apoyo a la resistencia europea, antes del desembarco de Normandía-, al Ejecutivo de Operaciones Especiales de Gran Bretaña y a la OSS (Oficina de Servicios Estratégicos de EE.UU.) en Asia.

Ahora sabemos que esa invasión nunca representó un riesgo real, ni mientras vivía Stalin ni después de su muerte en 1953, pero la amenaza preocupaba a los gobiernos occidentales. Antes de la creación de la OTAN, se desarrolló en Europa una red rudimentaria de retaguardia para proveer el núcleo de la resistencia ante una supuesta invasión.

A cargo de ello estuvo la Oficina de Coordinación Política, bajo el mando del Departamento de Estado, predecesora de la CIA, y el departamento de Inteligencia M19 de Gran Bretaña, que había organizado redes clandestinas durante la guerra. La parte de responsabilidad a cargo de EE.UU. fue transferida más tarde al Departamento de Defensa. La operación fue llamada "Gladio" (en italiano, espada romana corta) y permaneció secreta hasta 1990, cuando por su corrupción en Italia y en otros países, adquirió un carácter político conspirativo de derecha.

Las fuerzas armadas de EE.UU., históricamente hostiles a las unidades "especiales" o "de élite", fueron persuadidas en 1952 para desarrollar una fuerza, que en tiempos de guerra, apoyaría a esas redes de retaguardia lanzando en paracaídas unidades pequeñas ("equipos A") de soldados estadounidenses que les proveerían asistencia militar, armas, entrenamiento táctico y servicios médicos. Estos fueron los "boinas verdes" que componían el 10o Grupo de Fuerzas Especiales en Fort Bragg. Después de las revueltas de trabajadores de Alemania del Este en 1953, la unidad se fragmentó y una parte fue enviada a Alemania, dejando el resto en Fort Bragg, convirtiéndose en el 77 Grupo de Fuerzas Especiales, como elemento de apoyo y entrenamiento del décimo Grupo. Éste, luego, sirvió de base para la creación de las Unidades de Reserva del Ejército, una de ellas localizada en la ciudad de Nueva York, donde yo vivía.

En esa época yo era un joven y muy romántico veterano del ejército de EE.UU. (Guerra de Corea), que ansiaba ser un héroe, sin que mi plan tuviera éxito. Continuaba bajo la influencia de demasiadas lecturas de T. E. Lawrence ("de Arabia"), y este desprendimiento de Fuerzas Especiales de Reserva del Ejército era justo lo que yo había estado esperando.

Firmé, y pasé un par de vacaciones de verano en Fort Bragg, y los fines de semana del resto del año asistiendo a poco estimulantes sesiones de entrenamiento en un arsenal de Nueva Jersey. Luego, me dije que era hora de madurar, que no era un héroe en potencia, y que había cosas más interesantes para hacer con mi vida; y renuncié al Ejército de Reserva.

Estoy escribiendo esta nota porque quiero describir las Fuerzas Especiales durante esos años. Nos percibíamos como potenciales liberadores de una Europa conquistada por los soviéticos, para apoyar a la guerrilla de resistencia europea. (Eso cambiaría con el envío de tropas a Vietnam en la década del sesenta, cuando las Fuerzas Especiales fueron enviadas a cazar y matar guerrilleros.) Estábamos regidos por las leyes de guerra, y se suponía -aunque más no fuera por nuestra propia protección bajo las Convención de Ginebra- que operábamos en uniforme militar con identificación militar.

Hemos recorrido un largo camino desde entonces, tanto las Fuerzas Especiales del Ejército como la visión de EE.UU. sobre su misión en el mundo. Hoy las Fuerzas Especiales se han agrupado con la Fuerza Delta del Ejército, los Rangers (infantería liviana especializada), los "Seals" de la Marina, y las unidades de Operaciones Especiales de los Marines, más algunas unidades de la fuerza aérea, en algo llamado Comando de Operaciones Especiales de EE.UU., que según el periódico Washington Post se desplegaron el año pasado en 75 países (más de la mitad de las naciones del mundo), y se planea que operen en 120 países hacia finales de año.

Según lo reportado por Nick Turse (un editor del sito web TomDispatch.com y autor del libro The Case for a Withdrawal from Afganistan [Verso Books]) los objetivos actuales del Comando de Operaciones Especiales incluyen redadas antiterroristas, exploración de largo alcance, análisis de inteligencia, entrenamiento de tropas extranjeras y operaciones contra la proliferación de armas de destrucción masiva.

También ejecuta asesinatos. Según John Nagl, ex consejero del General David Petraeus, el Comando incluye una subunidad clandestina que opera bajo el mando de la Casa Blanca, que es "casi una máquina de matar antiterrorista a escala industrial". Esta unidad estuvo a cargo del asesinato de Osama bin Laden.

Nada de esto será una novedad para cualquiera que siga de cerca la política de EE.UU. Lo planteo para cuestionar un proyecto y una política de estas características, no solo simplemente por razones morales, como individuo y ciudadano, sino también por razones políticas y militares.

El programa de dominación de seguridad global que EE.UU. lleva adelante desde 2003 expresa el militarismo, la crueldad y la falta de respeto por las leyes internacionales que ahora caracteriza al Pentágono. La falta de resistencia de la clase política de EE.UU. ha permitido que la nación tenga la identidad que en el siglo XIX tuvo Prusia -una nación dominada por su ejército-. Contra este peligro alertó Dwight Eisenhower.

Como muchos de nosotros hemos sostenido, la dominación global es una política sin posibilidades de triunfo. El mundo no puede ser dominado por un solo Estado. Al tratar de hacerlo, EE.UU. se destruirá a sí mismo. La historia pone en evidencia las razones. El peligro estaba allí en 1960 cuando Dwight Eisenhower dejó el gobierno, y en 1963 cuando Lyndon Johnson asumió la presidencia y supo lo que estaba haciendo EE.UU. en el Caribe. Refiriéndose al gobierno de Kennedy y a la CIA, exclamó: "¡han dirigido una maldita organización mafiosa allí!" [Nota de la traductora: en inglés, "Murder Incorporated", que era el nombre de la mafia organizada de Nueva York, formada principalmente por gánsters italianos y judíos.] (cita deTaking Charge, las cintas grababas de Johnson en la Casa Blanca, Simon & Schuster 1998, editado por Michael R. Beschloss).

Una política global de asesinatos de todos aquellos percibidos como enemigos de EE.UU. crea, motiva y aumenta la cantidad y la determinación de esos enemigos de una manera sin fin. Es un ataque a la fuerza más poderosa de la historia moderna, el nacionalismo, compuesto por religión y cultura y que integra la identidad moral y el sentido de destino de los pueblos. Al atacarlo, EE.UU. se ha colocado en el lado de los perdedores de la historia.

Traducido por Silvia Arana para Rebelión

jueves, 18 de agosto de 2011

Ex jefe de contraterrorismo de EE.UU. acusa a altos funcionarios de la CIA de encubrimiento antes del 11-S


Thruthout...18/08/2011

Como solo falta un mes para el décimo aniversario del 11-S, las fallas de la inteligencia que condujeron a los ataques terroristas a las Torres Gemelas y el Pentágono han comenzado a atraer nuevos análisis de antiguos funcionarios del contraterrorismo, que han cuestionado la veracidad de varias investigaciones del gobierno que concluyeron quiénes sabían qué y cuándo.

Por cierto, un informe exclusivo [3] publicado por Truthout, basado en documentos obtenidos gracias a la Ley de Libertad de la Información y una entrevista con un ex alto funcionario del contraterrorismo mostró que altos funcionarios del gobierno ordenaron a una unidad poco conocida de la inteligencia militar, sin conocimiento de varios organismos investigadores que estudiaban los ataques terroristas, que dejara de rastrear los movimientos de Osama bin Laden y de al-Qaida antes del 11-S.

Y ahora, en una sorprendente nueva entrevista que será emitida [4] esta noche por una estación afiliada a PBS en Colorado, el ex jefe de contraterrorismo, Richard Clarke, dirige explosivas afirmaciones contra tres altos ex funcionarios de la CIA –George Tenet, Cofer Black y Richard Blee– acusándolos de ocultar a sabiendas información a la Casa Blanca de Bush y Clinton, el FBI, Inmigración y los departamentos de Estado y Defensa sobre dos de los secuestradores del 11-S que habían entrado a EE.UU. más de un año antes de los ataques.

Clarke también acusó a los antiguos funcionarios de la CIA de involucrarse en un encubrimiento al no revelar al Congreso y a la Comisión del 11-S detalles cruciales sobre los dos secuestradores.

Tenet, Black y Blee han “logrado superar un comité conjunto de investigación de la Cámara y la Comisión del 11-S y esto nunca se ha hecho público”, dijo Clarke en la entrevista. Una copia anticipada se ha suministrado a Truthout. “Se salieron con la suya”.

Clarke, quien ahora dirige la firma de seguridad Good Harbor Consulting [5], fue el principal consejero de contraterrorismo de los gobiernos Clinton y Bush. Testificó a las mil maravillas ante la Comisión del 11-S que investigó los ataques terroristas diciendo que “vuestro gobierno os defraudó”.

En octubre de 2009, Clarke habló con John Duffy y Ray Nowosielski, quienes han estado trabajando en un documental sobre Blee y el secreto que rodea su papel en las fallas de seguridad que llevaron al 11-S, que debe transmitirse en el décimo aniversario de los ataques.

Duffy y Nowosielski, cuyo anterior documental Press For Truth [6], siguió a cuatro viudas del 11-S mientras presionaban a la Casa Blanca de Bush para que convocara una comisión independiente para investigar los ataques, también han lanzado un nuevo sitio de transparencia en la web, SecrecyKills.com [7], que comenzará esta noche con una campaña para desenmascarar aún más a Blee.

Clarke reconoce que no posee ninguna evidencia que respalde sus afirmaciones sobre los antiguos funcionarios de la CIA. No respondió a preguntas sobre si todavía insistía en los comentarios que hizo sobre Tenet, Black y Blee hace casi dos años. Pero Nowosielski dijo a Truthout que habló con Clarke la semana pasada para informarle de que Tenet, Black y Blee habían emitido una declaración conjunta con fuertes críticas a sus acusaciones, y Clarke dijo a Nowosielski que no ha cambiado su posición.

Clarke afirma en la entrevista de 13 minutos que Tenet, ex director de la CIA, Black, quien dirigió el Centro Contraterrorista de la agencia, y Blee [8], ayudante principal de Tenet quien dirigió la Estación de Temas Bin Laden de la CIA, también conocida como Estación Alec, cuya verdadera identidad se reveló [9] hace dos años, son responsables de quep gobierno no haya capturado a Nawaf al-Hazmi y a Khalid al-Mihdhar, quienes secuestraron el Vuelo 77 de American Airlines con otros tres terroristas y lanzaron el avión directamente contra el Pentágono matando a 189 personas.

"George Tenet siguió toda la información sobre al-Qaida en detalle microscópico”, dijo

Clarke a Duffy y Nowosielski. “Leía los informes de inteligencia en bruto antes que lo hicieran los analistas del centro de contraterrorismo y tomaba el teléfono y me llamaba a las 7:30 de la mañana para hablar de ellos”.

Pero Tenet, quien recibió la Medalla de la Libertad de George W. Bush en 2004, no compartió lo que Clarke dice que sabía sobre el caso al-Hazmi y al-Mihdhar.

A principios de enero del año 2000, los analistas de la CIA fueron informados por la Agencia Nacional de Seguridad de que al-Hamzi y al-Mihdhar se dirigían a una reunión con otros asociados de al-Qaida en Malasia, en una viaje organizado por el centro de operaciones de Osama bin Laden en Yemen. La CIA vigiló la reunión y obtuvo fotografías de los hombres de los servicios de inteligencia malasios.

Desde Malasia, al-Hazmi, al-Mihdhar y Khallad bin Attash, el presunto cerebro del atentado contra el USS Cole, viajaron a Tailandia, según informó la CIA en un cable enviado a la Estación Alec. La CIA había afirmado, dice el informe de la Comisión del 11-S, que había perdido el rastro de los tres hombres después de que llegaron a un aeropuerto en Tailandia.

Al-Hazmi y al-Mihdhar tomaron después un vuelo hacia Los Angeles, llegaron a la ciudad el 15 de enero de 2000, y después se encontraron con el profesor de inglés retirado Abdussattar Shaikh, quien trabajaba en secreto como informante del FBI [10].

Aún así, y a pesar de saber que al-Mihdhar tenía una visa de entrada múltiple a EE.UU., la CIA no informó al FBI y al Departamento de Estado para que fuera incluido en la lista de vigilancia de terroristas. Notablemente, Mihdhar se fue del sur de California a Yemen a finales de 2000 y, utilizando un nuevo pasaporte, volvió a EE.UU. sin que lo detectaran el 4 de julio de 2001.

Clarke sugiere que si la CIA hubiera compartido con él, el FBI y otros, la información sobre al-Hazmi y al-Mihdhar, tal vez habría sido posible frustrar el ataque al Pentágono.

Como señaló en su libro: Your Government Failed You: Breaking the Cycle of National Security Disasters (Vuestro gobierno os defraudó: rompiendo el ciclo de desastres de seguridad nacional) [11], la Comisión del 11-S nunca expuso la justificación del hecho que la CIA no haya compartido información crucial de inteligencia sobre al-Hazmi y al-Mihdhar con otros funcionarios y agencias gubernamentales.

“Por hastiado y cínico que me sienta sobre las fallas del gobierno, todavía pienso que este caso es asombroso e inexplicable”, escribió Clarke. “El informe de la Comisión del 11-S no nos dice mucho sobre cómo o por qué sucedió y sus explicaciones, aunque podrían ser correctas, ponen a prueba la credulidad y dejan muchas preguntas sin respuesta”.

Pero el FBI también conlleva una cierta responsabilidad por el fracaso de los servicios de inteligencia. Un agente asignado a la Estación Alec descubrió en enero de 2000 que al-Mihdhar tenía una visa estadounidense, y redactó un memorando [12] con la intención de alertar a la Unidad Bin Laden del FBI. Pero un oficial de la CIA le prohibió que lo enviara. Además, el agente del FBI a cargo del caso de Shaikh sabía [10] que dos saudíes se habían mudado a su apartamento en San Diego en el año 2000, pero nunca se dieron la molestia de averiguar las identidades de los individuos. Si el agente del caso lo hubiera hecho, habría descubierto que los invitados de su informante eran al-Hazmi y al-Mihdhar.

“Incumplimiento del deber de comunicar”

Uno de los funcionarios de la CIA que había estado monitoreando la reunión de Malasia era una joven analista de al-Qaida llamada Jennifer Matthews, quien había estado trabajando en la Estación de Temas Bin Laden desde sus comienzos en 1996. Otra analista, quien trabajaba estrechamente con Matthews era una mujer pelirroja que, en los últimos años, ha estado en el centro de un escándalo relacionado con la tortura e información equivocada de un detenido por lo menos. Desde entonces la ascendieron y sigue trabajando para la CIA en temas relacionados con al-Qaida. Un portavoz de la agencia solicitó que Truthout no publique su nombre porque su identidad es confidencial.

En su libro recientemente publicado Triple Agent (Agente triple) [13], el periodista del Washington Post Joby Warrick escribió que el ex inspector general de la CIA John Helgerson investigó “traspiés de la CIA que habían permitido que” al-Hazmi y al-Mihdhar “entraran a EE.UU. sin que los detectasen".

“Helgerson concluyó que el Centro de Contraterrorismo de la CIA no había reaccionado ante una serie de advertencias por cable en el año 2000 sobre” al-Hazmi y al-Mihdhar “quienes después formaron parte de la conspiración del 11 de septiembre…” escribió Warrick. “Los cables fueron vistos hasta por sesenta empleados de la CIA, sin embargo los nombres de los dos agentes nunca se transmitieron al FBI, que podría haber asignado agentes para rastrearlos o haberlos compartido con el Departamento de Estado, que podría haber marcado sus nombres en su lista de vigilancia. En teoría, el arresto de uno u otro podría haber conducido a los investigadores a los otros secuestradores y al posterior descubrimiento de la conspiración del 11-S.

“El informe de Helgerson nombró a ejecutivos que cargaban con la mayor responsabilidad por no garantizar que información vital se entregara al FBI. El informe, nunca publicado en su integridad, también recomendó que se considerara a algunos de los ejecutivos para posible acción disciplinaria… Jennifer Matthews estaba en esa lista.”

Matthews, quien según Warrick dirigía la búsqueda por parte de la agencia del primer detenido de alto valor, Abu Zubaydah, y quien también estuvo presente en la prisión oculta de la CIA en Tailandia cuando Zubaydah fue sometido a waterboarding [asfixia artificial] después que fue capturado en marzo de 2002, fue uno de siete agentes de la CIA muertos en Khost, Afganistán, en un atentado suicida de diciembre de 2009 contra la Base de Operación Avanzada Chapman, cuyo jefe era ella.

“Una decisión a alto nivel”

Aunque el informe de Helgerson recomendó que se castigara a Matthews, Clarke no cree que ella o las docenas de otros analistas de la CIA sean responsables en última instancia de no informar el gobierno de EE.UU. durante 18 meses de que al-Hazmi y al-Mihdhar estaban en EE.UU.

“No es como yo pensé originalmente, que fue ese solitario analista de la CIA quien recibió esa información y de alguna manera no reconoció su significado”, dijo Clarke durante la entrevista. “No, cincuenta -50- miembros de la CIA lo sabían. Entre los cincuenta empleados de la CIA que sabían que esos sujetos estaban en el país estaba el director de la CIA.”

Aún así, Clarke dijo que su posición como Coordinador Nacional de Seguridad e Información significaba que él debería haber recibido información de la CIA sobre al-Hazmi y al-Mihdhar, y explica que “a menos que alguien haya intervenido para impedir la distribución automática normal yo la habría recibido automáticamente”.

“Para mí, es inexplicable hasta hoy por qué, si yo tenía todos los demás detalles sobre todo lo relacionado con el terrorismo, que el director del centro de contraterrorismo no me haya dicho que las otras 48 personas de la CIA que lo sabían nunca me lo hayan mencionado o a cualquiera de mi personal en un período de 12 meses… Por lo tanto concluimos que hubo una decisión a alto nivel dentro de la CIA que ordenó a la gente que no compartiera esa información,” dijo Clarke.

¿Alto, a qué nivel?

“Yo pienso que la decisión tiene haber sido tomada por el director”, dijo Clarke. “Tenéis que comprender mi relación con [Tenet], éramos amigos cercanos, me llamaba varias veces al día, compartíamos las informaciones más triviales, no fue por falta de intercambio de información, [la CIA] nos dijo todo, excepto esto”

¿Trató la CIA de “voltear” a los secuestradores?

Por lo tanto, ¿qué pasó? ¿Por qué no compartió su información sobre al-Hazmi y al-Mihdbar con Clarke y otros funcionarios del gobierno? Clarke cree que la CIA puede haber tratado de “voltear” a al-Hazmi y al-Mihdhar, pero finalmente fracasó.

Es una afirmación que apareció en el innovador libro de Lawrence Wright The Looming Tower: Al-Qaeda and The Road to 9/11 [14]. Wright, quien entrevistó a Clarke para su libro, dijo que un equipo de investigadores del FBI y fiscales federales conocido como Squad I-49 [15] llegó a creer que la CIA “protegía a Mihdhar y Hazmi porque esperaba poder reclutarlos”.

“La CIA estaba desesperada por conseguir una fuente dentro de al-Qaida; había fracasado completamente en la penetración del círculo íntimo o incluso en introducir un colaborador dispuesto en los campos de entrenamiento, que en gran parte estaban abiertos a cualquiera que se presentara”, escribió Wright. “Mihdhar y Hazmi deben haber parecido oportunidades atractivas, sin embargo, una vez que entraron a EE.UU. eran territorio del FBI. La CIA no tenía autoridad legal para operar dentro del país… También es posible, como sospechan algunos investigadores del FBI, que la CIA haya estado colaborando con los servicios de inteligencia saudíes a fin de soslayar esa restricción… Son las únicas teorías sobre la falta de comunicación de información de la CIA al buró… Tal vez la agencia decidió que la inteligencia saudí tendría una mejor probabilidad de reclutar a esos hombres que los estadounidenses. Eso además no dejaría las huellas de la CIA en la operación.”

“Es el punto de vista de algunos investigadores muy amargados del FBI, que se preguntan por qué nunca los informaron de la existencia de agentes de al-Qaida en EE.UU. Mihdhar y Hazmi llegaron diecinueve meses antes del 11-S. El FBI tenía toda la autoridad necesaria para investigarlos y averiguar lo que se proponían, pero como la CIA no divulgó la presencia de dos miembros activos de al-Qaida, los secuestradores pudieron desarrollar su conspiración hasta que fue demasiado tarde para detenerlos.”

La Comisión del 11-S no pudo corroborar afirmaciones de que la CIA trató de reclutar a al-Hazmi y a al-Mihdhar y Clarke nunca reveló esta teoría durante su testimonio ya que fue una conclusión a la que dice que llegó solo años más tarde.

“Imprudentes y profundamente erróneos”

Como respuesta a las acusaciones de Clarke, Tenet, Black y Blee entregaron la semana pasada una declaración conjunta a Duffy y Nowosielski al enterarse de la programación de la transmisión de la entrevista de Clarke. Los ex funcionarios de la CIA reprendieron a su antiguo colega, señalando que sus comentarios eran “imprudentes y profundamente erróneos”. La inclusión de Blee en la declaración conjunta marca la primera vez que ha hablado en público sobre los eventos que condujeron al 11-S.

“Clarke comienza con la suposición de que se le privó intencionalmente de importante información sobre el viaje de futuros secuestradores a EE.UU. a comienzos del año 2000”, dijeron los ex funcionarios de la CIA. “No fue así. Especula descabelladamente con que tiene que haber sido el director de la CIA quien podría haber ordenado que se retuviera la información. No hubo una orden semejante. De hecho, los antecedentes muestran que el director y otros altos funcionarios de la CIA no conocieron la información hasta después del 11-S.”

“A principios de 2000, una serie de personas subordinadas (incluidos agentes del FBI destacados en la CIA) vieron información sobre viajes de personas que posteriormente se convirtieron en secuestradores, pero la importancia de los datos no fue adecuadamente reconocida en aquel entonces… Basándose en su falsa noción de que la información fue intencionalmente retenida, el señor Clarke sigue especulando –y admite que se basa en nada fuera de su imaginación– que la CIA podría haber estado tratando de reclutar a esos dos futuros secuestradores como agentes. Esto, como gran parte de lo que el señor Clarke dijo en su entrevista, carece totalmente de fundamento. Testificamos bajo juramente sobre lo que hicimos, lo que sabíamos y lo que no sabíamos. Mantenemos ese testimonio.”

“Habríamos encontrado a esos idiotas”

Pero Clarke dice que ya en julio de 2001 –dos meses antes de los ataques terroristas– cuando Tenet y Blee convocaron una reunión urgente con el presidente Bush en la Casa Blanca, tuvieron una oportunidad de revelar que al-Hazmi y al-Mihdhar estaban en algún sitio en EE.UU., pero no revelaron lo que sabían.

La CIA esperó hasta finales de agosto para informar a agentes de nivel inferior del FBI de que al-Hazmi y al-Mihdhar estaban en EE.UU. y que probablemente planificaban un ataque en su país. Sin embargo, la CIA siguió ocultando la información a altos funcionarios del FBI y del gobierno de Bush una semana antes de los ataques.

Clarke dijo que existe “una respuesta muy obvia” a la pregunta de por qué la CIA siguió reteniendo inteligencia sobre los dos secuestradores, el 4 de septiembre de 2001 en una reunión a la que asistieron Clarke y otros altos funcionarios del gobierno de Bush: fue para proteger a la agencia contra un análisis minucioso.

“Sé cómo funcionan estas cosas. He estado trabajando en eso durante 30 años,” dijo Clarke. “No me pueden atropellar al respecto. Si anuncian el 4 de septiembre en la reunión de directores que esos sujetos están en EE.UU. y se lo dijeron al FBI hace algunas semanas, voy a decir ‘esperad, ¡un momento!’ ¿Hace cuánto tiempo que lo sabéis? ¿Por qué no habéis informado al respecto en las reuniones de amenazas diarias? ¿Por qué no está en la matriz diaria de amenazas? Habríamos iniciado una investigación ese mismo día de la mala conducta y el abuso de autoridad de la CIA y por eso no fuimos informados.”

Clarke agregó que incluso si la CIA hubiera dado a conocer lo que sabía sobre al-Hazmi y al-Mihdhar recién el 4 de septiembre de 2001, él cree que el FBI podría haber capturado a los hombres y desbaratado sus planes de ataque al Pentágono.

“Habríamos realizado una redada enorme”, dijo Clarke. “La habríamos realizado públicamente. Habríamos encontrado a esos idiotas. No me cabe la menor duda. Incluso si nos quedaba solo una semana.”

El colaborador de Truthout Jeffrey Kaye contribuyó a este informe.

Enlaces:

[1] http://www.truth-out.org/print/4999

[2] http://www.truth-out.org/printmail/4999

[3] http://www.truth-out.org/new-documents-claim-intelligence-bin-laden-al-qaeda-targets-withheld-congress-911-probe/1307986777

[4] http://cpt12.org/

[5] http://www.goodharbor.net/

[6] http://www.911pressfortruth.com/

[7] http://www.secrecykills.com

[8] http://www.historycommons.org/entity.jsp?entity=rich_b._1

[9] http://hcgroups.wordpress.com/2009/09/11/identity-of-cia-officer-responsible-for-pre-911-failures-tora-bora-escape-rendition-to-torture-revealed/

[10] http://www.cbsnews.com/stories/2002/09/09/attack/main521223.shtml

[11] http://www.amazon.com/Your-Government-Failed-You-Disasters/dp/B003JTHSR2/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1313006263&sr=8-1

[12] http://www.historycommons.org/context.jsp?item=a010400ciamislead#a010400ciamislead

[13] http://www.amazon.com/Triple-Agent-al-Qaeda-Mole-Infiltrated/dp/0385534183/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1313006239&sr=8-1

[14] http://www.amazon.com/Looming-Tower-Al-Qaeda-Road-11/dp/1400030846/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1313073430&sr=8-1

[15] http://www.historycommons.org/entity.jsp?entity=i-49_1

[16] http://creativecommons.org/licenses/by-nc/3.0/us/

[17] http://www.truth-out.org/printmail

[18] http://www.truth-out.org/content/jason-leopold

[19] http://org2.democracyinaction.org/o/6694/p/salsa/web/common/public/signup?signup_page_KEY=2160

[20] https://members.truth-out.org/donate

[21] http://www.truth-out.org/?q=new-documents-claim-intelligence-bin-laden-al-qaeda-targets-withheld-congress-911-probe/1307986777

Jason Leopold es periodista de investigación y editor jefe adjunto de Truthout. Es autor del éxito de ventas de Los Angeles Times, News Junkie, una memoria.

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

miércoles, 17 de agosto de 2011

La OTAN utiliza la táctica empleada por Israel en Qana para la masacre de civiles en Majer, Libia


Information Clearing House...17/08/2011

Cada refugiado palestino musulmán y cristiano en el Líbano, y cada ciudadano libanés cuyos familiares o seres queridos fueron masacrados durante las dos matanzas de Israel en Qana, en su país, recuerda su dolor ante las indescriptibles pérdidas sufridas ayer por sus hermanas y hermanos libios en Majer, Libia. Las masacres perpetradas con armas estadounidenses el 18 de abril de 1996 (106 muertos, incluidos 33 niños, y 116 heridos) y el 30 de julio de 2006 (28 muertos, 18 niños, 13 desaparecidos, 43 heridos) son muy parecidas a las que la OTAN causó esta semana en Libia.

La masacre de Majer fue perpetrada de nuevo con armas estadounidenses, financiadas una vez más por los contribuyentes de EE.UU. sin su conocimiento o aprobación y contra cualquier valor humanitario compartido por toda la gente de buena voluntad.

Ubicada a unos 30 kilómetros al este de la antigua ciudad romana de Leptis Magna, a 10 kilómetros al sur de Zliten y cerca de la costa sur de Libia, Majer era una pintoresca aldea conocida por la excelente calidad de sus dátiles. La gente del lugar afirma que produce el mejor tarbuni (jugo de dátiles) de Libia.

Familiares, testigos presenciales y funcionarios del gobierno libio afirman que los ataques aéreos de la OTAN mataron a 85 personas, incluidos 33 niños, 32 mujeres y 20 hombres. Los periodistas y visitantes vieron 30 cuerpos en una morgue local, entre ellos una madre y dos niños. Funcionarios y residentes explicaron que aproximadamente 50 cuerpos se llevaron a otros sitios para ser enterrados por sus familias y que la mayoría de los heridos fueron enviados urgentemente a hospitales de Trípoli.

En Majer, la OTAN bombardeó tres complejos residenciales y los visitantes examinaron un total de cinco casas destruidas por las bombas. No había evidencia de armas en las casas de la granja, solo colchones, ropa y libros esparcidos por el área. Una joven de 15 años gravemente herida, Salwa Ageil Al Ajoud, había escrito su nombre en un cuaderno de notas hallado en medio de los escombros. Posteriormente la visitaron en el hospital, y declaró, como habían hecho otros testigos en Qana, que no había ninguna presencia militar alguna en las casas que bombardearon.

La OTAN utilizó la misma táctica que la que utilizó Israel durante las dos masacres de Qana. Después de las primeras tres bombas arrojadas cerca de las 11 de la noche del lunes, muchos residentes del área corrieron a las casas bombardeadas para tratar de salvar a sus seres queridos. Y entonces la OTAN volvió a atacar con más bombas, matando a 85 libios.

Los cuerpos terriblemente quemados y mutilados de dos niños llamados Adil Moayed Gafes y Aynan Gafees fueron sacados de los escombros por familiares profundamente consternados. Un señor angustiado repitió las palabras: “No hay Dios sino Al-lah, y un mártir es amado por Al-Lah”, y otros se le unieron.

Parado sobre un montón de escombros el portavoz del gobierno libio, Moussa Ibrahim, declaró con evidente dolor: “Es un crimen que va más allá de toda imaginación. ¡Todo lo que hay aquí es civil!”

Según funcionarios libios entrevistados anoche en el Hotel Rixos aquí en Trípoli, la OTAN atacó Majer “para tratar de ayudar a que los combatientes rebeldes entraran en la ciudad controlada por el gobierno desde el sur mientras profundiza su participación, comando militar y control de una de las partes en lo que se ha convertido en una guerra civil con la esperanza de obtener de sus preferidos establecidos en Libia oriental los contratos de reconstrucción por miles de millones de dólares y acuerdos preferenciales por el petróleo”.

En lo que podría ser una página de la oficina de medios del ejército israelí, Carmen Romero, portavoz adjunta de la OTAN, y el coronel Roland Lavoie, portavoz militar de la Operación “Protector Unificado”, dijeron el 9 de agosto en una conferencia de prensa conjunta de Bruselas y Nápoles que “la aldea bombardeada contenía un área de montaje militar y que la OTAN no ha tenido hasta la fecha evidencia de alguna víctima civil, pero que la OTAN siempre toma medidas extraordinarias para proteger la seguridad de los civiles”.

Es previsible que, a medida que la evidencia de la masacre de Majer se haga pública, la OTAN se vea presionada a explicar la matanza de aún más civiles libios, probablemente dentro de las próximas 48 horas, y anuncie “una investigación interna” de los eventos de Majer mientras afirma anticipadamente, como hacen regularmente los israelíes, que su bombardeo se dirigía solo contra “objetivos militares legítimos”.

Como en Qana, el inventario de armas estadounidenses que se han suministrado a la OTAN, disponibles para utilizarlas en Libia desde el 29 de marzo de 2011, a veces indiscriminadamente, a fin de “proteger civiles”, incluye lo siguiente (pero hay más):

Bombarderos B-2 stealth de la 509 Ala de Bombardeo de la base Whiteman de la Fuerza Aérea, F-15 actualmente basados en el 492 Escuadrón de Cazabombarderos y del 494 Escuadrón de Cazabombarderos en la RAF, Lakenheath, Gran Bretaña, aviones de “supresión de defensa”ºF-16CJ basados en el 480 Escuadrón de Cazabombarderos en la Base Aérea Spangdahlem, Alemania, aviones EC-130 del Comando de operaciones psicológicas del Ala 193 de Operaciones Especiales de la Guardia Nacional Aérea Pensilvania, Middletown, Pensilvania, KC-135 del Ala 100 de Reabastecimiento Aéreo actualmente basada en Mildenhall, Gran Bretaña y del Ala 92 de Reabastecimiento Aéreo, Fairchild AFB, WA, 130J recientemente basados en el 37 Escuadrón Aerotransportado en la Base Aérea Ramstein, Alemania, y cazas de ataque A-10, y aviones artillados AC-130. Los ataques de la OTAN contra Libia comenzaron con el bombardeo de presunto equipamiento de defensa antiaérea utilizando 110 Tomahawk estadounidenses y misiles crucero tácticos Tomahawk. También fueron lanzados ataques de bombardeo utilizando tres bombarderos Spirit B-2 estadounidenses, con 45 Municiones de Ataque Directo Conjunto (JDAM) contra bases aéreas libias. También dispararon Tomahawks desde barcos británicos en el área.

Barcos de la Armada de EE.UU. utilizados por la OTAN para “proteger civiles libios” incluyen:

Destructores de la clase Arleigh Burke de misiles teleguiados, USS Stout (DDG 55) y USS Barry (DDG 52), submarinos USS Providence (SSN 719), USS Scranton (SSN 756) y USS Florida (SSGN 728), barcos anfibios de la Armada USS Kearsarge (LHD 3) y USS Ponce (LPD 15) barco de comando USS Mount Whitney (LCC/JCC 20), barcos de apoyo Lewis y Clark, Robert E. Peary y Kanawha, cazabombarderos AV-8B Harrier, helicópteros CH-53 Super Stallion y aviones MV-22 Osprey de rotor basculante a bordo del Kearsarge y del Ponce, aviones cisterna KC-130J a partir de la Base Aérea Sigonella, Italia, aviones de ataque electrónico VAQ-132 EA-18G Growler basados en Whidbey Island, WA y a partir de la Base Aérea Aviano, Italia. Los aviones mencionados fueron desviados de Iraq a pedido de la OTAN “para ayudar a proteger civiles libios”. Además, cazasubmarinos P-3 Orion y aviones de ataque electrónico EP-3 Aries.

Aparte de las armas enumeradas anteriormente, más de 50 tipos de bombas y misiles estadounidenses están almacenadas para su uso por la OTAN “para proteger a los civiles en Libia” y su uso hasta la fecha es ilegal según el derecho estadounidense e internacional, porque ha llevado a la muerte, mutilación o heridas de aproximadamente 7.800 civiles libios entre el 29 de marzo y el 9 de agosto de 2011.

Un estudio de los sitios bombardeados por la OTAN, inspecciones en el terreno, los números de serie catalogados de munición no estallada, el examen de fragmentos de bombas y misiles en blancos civiles en Libia occidental, y consultas con fuentes militares libias, confirman lo que han supuesto dos miembros del personal del Comité de Servicios Armados del Senado de EE.UU. y abogados internacionales: Que la OTAN, como sus aliados israelíes en Qana, Líbano, cometieron crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Majer, Libia, el 8 de agosto de 2011.

Específicamente, se acusa a la OTAN de haber cometido los siguientes crímenes contra el pueblo de Libia según un consenso de reuniones con un número creciente de abogados internacional y defensores de los derechos humanos visitantes, que han llegado aquí de Europa, Asia, Suramérica y Norteamérica.

El derecho internacional aplicable incluye, pero no sólo, el Artículo 3 del Estatuto del Tribunal Penal Internacional de La Haya, que declara claramente que un criterio para la acusación de crímenes de guerra es: “Ataque o bombardeo, por cualesquiera medios, contra ciudades, pueblos, aldeas, edificios o casas indefensos”.

El ataque continuo de la OTAN a objetivos civiles para propósitos militares, un escenario que la OTAN califica injustificada y cruelmente de “daño colateral”, corresponde exactamente a esta cláusula y sería la piedra angular de un caso para acusar a esa organización de crímenes de guerra.

Violación de la Cuarta Convención de Ginebra, Artículo 3 (a): “A este respecto, se prohíben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que atañe a las personas arriba mencionadas: a) Los atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los suplicios”

Hay causas de acción similares que se interpusieron contra funcionarios israelíes por parte de abogados estadounidenses en el Centro por Derechos Constitucionales basado en Nueva York en: Ali Saadallah BELHAS, et al., Plaintiffs, v. Moshe YA`ALON, Defendant (466 F.Supp.2d 127 (2006), un caso que informó a la comunidad legal internacional y al público sobre la necesidad de despojar de inmunidad soberana a delincuentes internacionales y permitir juicios en tribunales interiores así como internacionales.

La masacre de la OTAN en Majer requiere juicios según el derecho internacional que logren lo mismo.

Franklin Lamb realiza investigación en Libia. Para contactos: fplamb@gmail.com . Es autor de The Price We Pay: A Quarter-Century of Israel’s Use of American Weapons Against Civilians in Lebanon.

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

martes, 16 de agosto de 2011

El negro amanecer de Occidente sobre Libia


Le Grand Soir...16/08/2011

La intervención occidental de 2011 en Libia ilustra, hasta la caricatura, al mismo tiempo el imperialismo humanitario que pueden demostrar las democracias y la ceguera más o menos voluntaria de los grandes medios de comunicación democráticos con respecto a las segundas intenciones geoestratégicas, sin embargo fáciles de detectar, de las potencias occidentales. Mientras redactamos estas líneas las informaciones todavía son parciales y hay que cuidarse de expresar un juicio definitivo sobre los sucesos que se desarrollan. Pero ya se puede, a grandes rasgos y con base en elementos reales que se han hecho públicos, presentar una visión de los hechos radicalmente diferente de la que nos sirven los protagonistas occidentales y sus voceros mediáticos.

Todo empezó en 2006 cuando Gadafi ahogó en sangre [14 manifestantes muertos] una revuelta islamista en Bengasi, con la bendición de los occidentales que trabajaban desde 2007 para hacer del dirigente libio un hombre respetable. Unos años después, en febrero de 2011 tuvo lugar, también en Bengasi, una manifestación de los familiares de los presos «políticos» de la revuelta de 2006, que exigían su liberación. En esta ocasión las escaramuzas entre los manifestantes y las fuerzas del orden causaron una decena de muertos. A partir de ahí todo se encadena de maravilla para los occidentales, que van a entrar en escena para impulsar el desarrollo de los acontecimientos en su beneficio después de «sufrir» las revueltas árabes de Túnez y Egipto que derrocaron a sus amigos autócratas (1).

Enseguida nos presentaron ante las cámaras algunas ralas «multitudes» de rebeldes que, curiosamente, reunían a más soldados e islamistas que llamaban a la guerra civil que a estudiantes pacíficos que reclamaban, como vimos en Túnez y Egipto, la democracia con sus teléfonos móviles en las manos. Con unos cientos de personas crearon un espejismo para anunciar un levantamiento general que no existía. El levantamiento se circunscribe a una o dos ciudades [principalmente Bengasi y Derna, ambas situadas en Cirenaica] famosas por su insumisión al poder central y su proximidad a los movimientos islamistas más extremistas de la región (2). Al-Yazira, la cadena del emir de Catar [valioso aliado de Estados Unidos en la Península Arábiga] que cubrió ampliamente las revoluciones de Túnez y Egipto, sin embargo fue incapaz de mostrarnos las multitudes en delirio democrático en Bengasi u otros lugares del territorio libio. En vez de eso veíamos a algunos rebeldes de Bengasi empuñando armas pesadas o conduciendo tanques, y al exministro de protocolo de Gadafi, Nuri Mesmari, con la Torre Eiffel al fondo, llamando a la revolución contra su antiguo patrón en nombre de los derechos humanos que él no defendió nunca: Mesmari se refugió en Francia en noviembre de 2010, varios meses antes de que el viento de la revolución llevase la confusión a las oligarquías árabes. La cadena catarí afirmó que el 21 de febrero los aviones y helicópteros de Gadafi abrieron fuego contra los manifestantes, aunque no pudo proporcionar ni una sola imagen para apoyar sus afirmaciones a pesar de la presencia de sus periodistas sobre el terreno. Como recompensa por su cooperación con los insurgentes de Bengasi unas semanas después Al-Yazirarecibiría el encargo de los rebeldes de crear una nueva cadena nacional libia.

Desde el 10 de marzo, Francia (3) reconoció al Consejo Nacional de Transición, una formación política heterogénea formada por dos sectores irreconciliables: por un lado los antiguos cuadros de Gadafi, que vieron que cambiaba el viento, de tendencia más bien laica [entre ellos el que fue ministro de Justicia del dictador hasta el 21 de febrero, Mustafá Abdel Jalil, supervisor con el ministro del Interior de la tortura de las enfermeras búlgaras liberadas gracias a la intervención de Nicolas Sarkozy y que ha sido señalado por Amnistía Internacional como un hombre particularmente indeseable; y Abdul Fatah Younis, exministro del Interior de Gadafi y antes jefe de la policía política]; y por el otro lado los fundamentalistas (4) que reclaman la Sharia [entre ellos uno de los principales dirigentes del Consejo, al-Hasidi] y cuyos movimientos han proporcionado los contingentes más importantes de yihadistas de un país extranjero a Irak (5). Ni unos ni otros tienen un pasado de militantes por los derechos humanos, pero qué importa, las democracias saben convertir al yihadista en demócrata y al islamista terrorista en musulmán moderado amigo de Occidente cuando hace falta. De alguna forma los rebeldes libios se parecen a los rebeldes kosovares, mafiosos demostrados y terroristas reconocidos, pero amigos providenciales instrumentalizados por Occidente para apoyar sus guerras. Los occidentales, por otra parte, parece que vuelven a jugar en Libia la apuesta afgana: se alían con el enemigo de mañana para combatir al enemigo de hoy [pero el enemigo de mañana –los islamistas- ya es el enemigo de hoy, al menos si creemos las razones de nuestra presencia en Afganistán]. El hecho de que los eminentes miembros del Consejo Nacional de Transición tengan vínculos con los movimientos terroristas islámicos, y puede que incluso con al-Qaida, no parece importar mucho a nuestros expertos en geoestrategia y especialistas de la guerra contra el terrorismo

Existe un mercadeo con ciertos miembros de la Liga de los Estados Árabes (6) para dar la impresión de que el mundo árabe está detrás de la intervención occidental: se olvidan de mencionar que la Liga de los Estados Árabes es un club de dictadores en el que uno de los miembros más influyentes es Arabia Saudí la cual, a cambio de un trato inicial, se ha encargado de ahogar en sangre, en el mismo momento, otra revuelta popular, la de Barhéin, ésta sí real y de gran amplitud, con la bendición de los occidentales y en medio del silencio mediático más absoluto. Es inconcebible para Estados Unidos y Arabia Saudí dejar que los dirigentes suníes de Barhéin cedan a las reivindicaciones de las multitudes chiíes -70% de la población- a quienes ven como aliadas potenciales de los iraníes. También debemos recordar que Barhéin es la base de V Flota estadounidense. Los militantes por los derechos humanos de Barhéin han sido arrestados, torturados y ejecutados. Los dirigentes de la oposición y los principales representantes de las manifestaciones pronto serán juzgados y probablemente condenados a muerte. El 19 de mayo de 2011 el príncipe reinante de Barhéin fue recibido calurosamente por el primer ministro británico en el 10 de Downing Street para hablar de los asuntos del mundo, como si no pasara nada. También se vigila que no se mencione que sólo 9 de los 22 miembros de la Liga de los Estados Árabes dieron su acuerdo para crear «una zona de exclusión aérea» con el fin de proteger a la población civil que sería el objetivo de las locuras de su dirigente [los demás miembros estuvieron ausentes durante la votación]. Por otra parte ninguno de ellos dio nunca su acuerdo para una intervención terrestre de la OTAN [sin duda inevitable] ni para armar a los rebeldes [lo que ha sido una realidad desde el inicio del conflicto] (7).

Se ha «sobrerrepresentado» un levantamiento para crear la necesidad de una intervención que en principio se calificó de humanitaria y se afirmaba que se limitaría a un puente aéreo destinado a proteger a los civiles de los bombardeos del dictador. Juraron que serían las Naciones Unidas las que intervendrían y que no habría tropas terrestres. Se anunció y se reiteró en todos los medios de comunicación que los bombardeos de Gadafi causaron más de 6.000 muertos en pocos días [entre ellos 3.000 en Trípoli] (8). El número de «6.000» muertos fue avanzado desde el 2 de marzo de 2011 por el nuevo portavoz de la Liga Libia de los Derechos Humanos, Alí Zeidan, en ese momento tan próximo a la rebelión que también era portavoz del Consejo Nacional de Transición. Algunos días antes [el 28 de febrero] señalando que sin duda se estaba llevando a cabo un «genocidio» entra en escena la ONU por medio de su secretario general, Ban Ki-moon, quien, a la salida de una visita del Memorial del Holocausto de Washington, hizo una declaración en la que se atrevió a comparar los presuntos bombardeos del régimen libio sobre su pueblo con el genocidio perpetrado por los nazis (9). Después anunciaría que el Consejo de Seguridad también debía perseguir al tirano ante la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad [lo que se hizo a finales de mayo de 2011, con la diligente intervención de su fiscal jefe Luis Moreno Ocampo].

No importa que unas semanas después se supiera que los bombardeos a las multitudes democráticas no tuvieron lugar. El fantasma de Timisoara [las célebres fosas comunes falsas del dictador rumano Ceausescu] ha vuelto. Pero los medios de comunicación dominantes no se harán eco de la noticia. No vamos a negar la represión sangrienta, pero es conveniente medir el alcance: si Gadafi se convirtió en amigo de los occidentales es porque habíamos perdonado su pasado [erróneamente, por otra parte]. Por lo tanto, la intervención de 2011 no se basa en sus crímenes pasados de los cuales, de alguna manera, los occidentales le habían absuelto, sino por la supuesta represión de la rebelión en Bengasi y las «6.000» víctimas de ésta. Pero sabemos que las cifras se manipularon (10) y la represión de alguna forma se puede analizar como una respuesta a un desafío militar orquestado por Occidente en apoyo de un clan no democrático en el marco de una guerra civil provocada. Frente a dos movimientos no democráticos, ambos responsables de crímenes de guerra (11), ¿por qué deben elegir los occidentales a uno de los bandos? ¿No deberían limitarse a apoyar a las fuerzas democráticas creíbles sin intentar sacar un beneficio geopolítico para sí mismos? La opinión pública occidental sin duda está dispuesta a ayudar a los demócratas sinceros de las revoluciones árabes sin reclamar a cambio más que un poco de reconocimiento y el testimonio de la amistad entre los pueblos.

¿Dos mil muertos en Bengasi o cien?

«Llegué a finales de febrero, todavía no había guerra, pero era el momento más duro de la represión de las manifestaciones. En Al-Baïda habían muerto unas sesenta personas y en Bengasi entre 100 y 110 personas. Son muchas, es grave, pero no eran los miles de muertos que se habían publicado» [Donatella Rovera, asesora sobre la reacción a las crisis de Amnistía Internacional, 16 de junio de 2011, Rue89 (12)].

Al cabo, en vez de la ONU finalmente vemos que interviene la OTAN. Y detrás de la OTAN es Estados Unidos el que dirige las operaciones militares desde su base de Stuttgart [en Alemania], encargada de las operaciones militares estadounidenses para todo el continente africano [hablamos, concretamente, del AFRICOM o «Centro de Mando Unificado Estadounidense para África», al cual Libia se negó de plano a unirse en 2007, a diferencia de casi todos los demás países africanos]. Pero para no recalentar a la opinión pública estadounidense, escaldada por Irak y Afganistán, Estados Unidos opta por dejar los principales papeles mediáticos a sus subalternos franceses y británicos que ven una ocasión para sacar pecho a bajo precio. Y a pesar de las negaciones de sus dirigentes, la intervención terrestre empezó desde el principio de las operaciones aéreas de la OTAN, los miembros de las fuerzas especiales francesas y británicas ayudaron a los insurgentes a manejar las armas pesadas desde el inicio de la rebelión (13).

Así, se han atizado las tensiones entre tribus y clanes políticos [Gadafi se apoya en las tribus del oeste, centro y sur –los Fezzans-, que se oponen desde hace mucho tiempo a los Harabi y los El-Obeidat, conocidos como la antigua clase dirigente del tiempo de la monarquía] en un país extranjero hasta crear y alimentar una guerra civil en nombre de los derechos humanos, como antaño hizo Francia en Biafra en los años 60. Se arma a una parte contra la otra teniendo cuidado de no permitir que una de ellas aplaste definitivamente a su adversario. Se desmiembra el Estado, como en Irak, sin duda con la intención de crear varias entidades independientes pero no lo bastante fuertes como para prescindir de la ayuda y la protección de los occidentales. Se acapara, con el aval de la ONU, una parte de los fondos soberanos libios (14) [más de 35.000 millones de dólares para Estados Unidos y el mismo importe para Europa -los fondos en cuestión no son de Gadafi, sino del Banco Central Libio y de la compañía nacional del petróleo-], presuntamente destinados a la reconstrucción de un país del cual son los principales destructores. No sería sorprendente que utilizásemos esos fondos para financiar a nuestras propias empresas y para comprar las alianzas necesarias para nuestros propósitos, como ha hecho Estados Unidos en Irak con total impunidad.

De esta forma también se acaba con un intento de independencia financiera de África en la que Libia jugaría un papel principal. En efecto, las inversiones libias [300 millones de dólares] permitieron la realización y la puesta en órbita [en 2007], del primer satélite de telecomunicaciones de la Regional African Satellite Communications Organization que actúa, finalmente, en los países africanos, la esperanza de convertirse en menos dependientes de las redes satelitales de Occidente [y especialmente de la red satelital europea que cuesta al continente africano más de 500 millones al año]. Igual de importantes han sido las inversiones de Libia en los organismos financieros y de desarrollo creados por la Unión Africana: el Banco Africano de Inversiones, cuya sede está en Trípoli; el Fondo Monetario Africano [del que Libia, junto con Argelia, es el principar contribuyente (15)], y que estaba destinado a soslayar las orientaciones neoliberales del FMI desde 2011; y finalmente el Banco Central Africano, que tenía la intención de crear una moneda africana para todo el continente ante la gran consternación, en especial, de los defensores del franco CFA. Estados Unidos, por su parte, no veía con buenos ojos el apoyo del guía libio al proyecto de Dominique Strauss-Kahn, entonces director del FMI, de hacer de los Derechos Especiales de Giro [DTS] emitidos por la institución una moneda internacional que podría, a largo plazo, competir con el dólar en ciertas regiones del mundo. Los fondos soberanos libios, desviados por los occidentales, ya no llegarán a financiar a esos organismos africanos independientes. Es un duro golpe que se asesta al continente. Occidente envía una clara señal a sus amigos tiranos que pudieran tener alguna veleidad de independencia: «cumplid vuestras promesas a nuestras oligarquías o apartaos».

¿Mercenarios en Libia?

«Existe cierta histeria en los medios de comunicación en torno a la cuestión de los mercenarios. El Consejo Nacional de la Transición (CNT] ha organizado visitas a las prisiones para que los periodistas ‘vean’ a los mercenarios, pero sobre todo se trata de pobres jóvenes aterrorizados no relacionados forzosamente con el conflicto. Pero los han filmado, fotografiado, son reconocibles […] No hemos visto mercenarios, a menos que estén en el oeste, adonde no podemos acceder. Hemos visto a extranjeros y libios negros convertidos en objetivo de las tropas anti-Gadafi. El comportamiento de los combatientes de la oposición con los negros es cuestionable. Han cometido violaciones graves». [Donatella Rovera, Amnistía Internacional, 16 de junio de 2011, Rue89 (16)].

Desde abril de 2011, bajo la batuta benevolente de las potencias occidentales, los insurgentes de Bengasi, curiosamente apresurados, diligentes y muy inspirados, crearon un banco central [con la ayuda del banco HSCB] y una nueva empresa nacional del petróleo [la Libyan Oil Company], ambos independientes del poder central de Trípoli. Los rebeldes anunciaron su intención de privatizar, a la larga, la Libyan Oil Company. De paso se han renegociado los contratos petroleros a favor de los occidentales en términos mucho más ventajosos para estos últimos que en la época de esplendor de su amigo Gadafi. La gestión de la Libyan Oil Company se ha confiado a Catar. Desde el 19 de marzo de 2011 los occidentales decidieron, en la cumbre de Londres, que se autorizará a los insurgentes a exportar el petróleo del país en su beneficio (17). Decididamente la guerra humanitaria es un asunto muy lucrativo en ciertos medios que no esperan a que se resuelva la guerra para negociar su parte del botín.

No será sorprendente que a medio plazo veamos a Estados Unidos instalar los relevos de las bases militares en terreno libio. Tampoco habrá que extrañarse si una gran parte de las industrias libias se privatizan en los próximos meses en provecho de grandes grupos occidentales. La operación «Amanecer de la Odisea» (18) sólo es el principio del largo viaje de la OTAN para conquistar África militarmente, a falta de saber cómo invertir para el futuro de sus poblaciones. Frente a las inesperadas revueltas democráticas de las sociedades de Túnez y Egipto, que no recibieron el apoyo de los dirigentes demócratas, estos últimos han preferido tomar la iniciativa en Libia para recuperar el control del tablero geopolítico regional. Los occidentales están en plena guerra fría con China en África y con el Irán chií en la cercana Península Arábiga; parece que los libios tienen que pagar el pato bajo la mirada pasiva de la opinión pública occidental. Nada nuevo para quien observe fríamente los actos de guerra de los demócratas más allá de las apariencias mediáticas. En esta reconquista del terreno perdido (19), los occidentales reciben la ayuda de Arabia Saudí, Catar y los Emiratos Árabes Unidos, todos los países que participaron en la represión del levantamiento popular de Barhéin. La empresa estadounidense de mercenarios Xe Services [antaño conocida con el nombre de Blackwater] está constituyendo en los Emiratos Árabes Unidos una fuerza de intervención destinada a sofocar las revoluciones populares que podrían surgir en la región (20). Arabia Saudí vierte miles de millones de dólares para asegurarse de que Egipto mantiene su oligarquía en su sitio y ya no avanza por el camino de la democracia (21). En ese contexto, y dado que Gadafi no mantuvo sus promesas respecto a Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña en lo que se refiere a los contratos petroleros (22) y la compra de armamento, es el momento de dar una lección al nuevo amigo poco fiable. Una vez que Gadafi esté fuera de juego Francia podrá, si Argelia ha aprendido debidamente la lección libia, relanzar la Unión para el Mediterráneo que fue desdeñada por el dictador libio.

Aunque es difícil no alegrarse de la caída de un dictador, desde nuestro punto de vista es un crimen por parte de los países occidentales tomar el pretexto de esa caída para bombardear, conquistar, desmembrar y despojar a un país sin llevar la democracia. Derrocado el dictador la opresión permanece, en general con más violencia, menos derechos para las mujeres (23) y los niños y una economía despedazada por la rapacidad de los nuevos jefes locales aliados de los demócratas con las manos sucias. ¿Las fosas comunes que dejan tras de sí las democracias son más tolerables y menos dolorosas que las que dejan las dictaduras? Ahí está la debacle iraquí para que lo recordemos: las bellas declaraciones occidentales están pavimentadas de malas intenciones; a las promesas siguen los crímenes, a los crímenes las tumbas, a las tumbas el silencio de las víctimas. Las intervenciones occidentales parecen añadir, en muchos casos, un plus de desesperación a las desgracias de los pueblos oprimidos.

Los ejemplos de Túnez y Egipto demuestran que los pueblos son capaces de derribar a sus tiranos vertiendo menos sangre y con menos sufrimientos que cuando son los occidentales quienes se mezclan. Pero estos últimos no pueden imaginar un mundo sin ellos; quieren ser imprescindibles a cualquier precio, incluso si para ello deben cometer lo irreparable. La democracia se convierte en una coartada para los demócratas de manos sucias que no soportan que el mundo se les escape y que las aspiraciones democráticas de los países árabes no se inspiren en ellos, no se apoyen en ellos, no se encomienden a ellos.

Notas:

(1) Ver: «The U.S. and Its Allies Will Do Anything to Prevent Democracy in the Arab World», entrevista de Noam Chomsky en Democracy Now! El 12 de mayo de 2011: http://www.democracynow.org/2011/5/11/noam_chomsky_the_us_and_its

(2) Desde siempre Bengasi acoge y protege a los movimientos islámicos más reaccionarios, como los waabíes y salafistas.

(3) El 15 de julio de 2011 Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Catar, Gambia, Kuwait y otros veinte países reconocieron oficialmente al Consejo Nacional de Transición.

(4) «Avec les djihadistes de Derna», de Sara Daniel, Le Nouvel Observateur, 14 avril 2011: http://sara-daniel.blogs.nouvelobs.com/archive/2011/04/14/avec-les-djihadistes-de-derna1.html

(5) «Libyan rebellion has radical Islamist fervor: Benghazi link to Islamic militancy: U.S. Military Document Reveals», Daya Gamage, Asian Tribune, 17 de marzo de 2011: http://www.asiantribune.com/news/2011/03/17/libyan-rebellion-has-radical-islamist-fervor-benghazi-link-islamic-militancyus-milit

(6) Ver: «The US-Saudi Libya deal», Pepe Escobar, 2 de abril de 2011, Pepe Escobar, 2 de abril de 2011, Asia Times: «As Asia Times Online has reported, a full Arab League endorsement of a no-fly zone is a myth. Of the 22 full members, only 11 were present at the voting. Six of them were Gulf Cooperation Council [GCC] members, the US-supported club of Gulf kingdoms/sheikhdoms, of which Saudi Arabia is the top dog. Syria and Algeria were against it. Saudi Arabia only had to "seduce" three other members to get the vote» [Como informó Asia Times Online, el apoyo total de la Liga Árabe a la zona de exclusión aérea es un mito. De los 22 miembros plenos, sólo 11 estuvieron presentes en la votación. Seis de ellos eran miembros del Consejo de Cooperación del Golfo [GCC], el club apoyado por EE.UU. de reinos/dominios de jeques del Golfo, con su mandamás, Arabia Saudí. Siria y Argelia estuvieron en contra. Arabia Saudí solo tuvo que “seducir” a otros tres miembros para obtener los votos].http://atimes.com/atimes/Middle_East/MD02Ak01.html En español: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=125605

(7) Francia habría entregado las armas a los insurgentes de Bengasi desde principios de marzo según Le Canard Enchaîne del 16 de marzo de 2011. Ver también Le Canard Enchaîne del 25 de mayo de 2011: «Trafic élyséen», página 3: «C'est le général Benoît Puga, chef d'état-major particulier de Sarko, qui a supervisé les livraisons clandestines d'armes aux insurgés libyens», «La France a parachuté des armes aux rebelles libyens», Philippe Gelie, Le Figaro, 28 de junio de 2011. http://www.lefigaro.fr/international/2011/06/28/01003-20110628ARTFIG00704-la-france-a-parachute-des-armes-aux-rebelles-libyens.php «Libye: des missiles livrés à dos d'âne», Luc Mathieu, Libération, 2 de julio de 2011,http://www.liberation.fr/monde/01012346704-libye-des-missiles-livres-a-dos-d-ane

(8) Ver en la prensa francesa, sobre la cifra de «6.000» muertos: http://www.lexpress.fr/actualite/monde/en-libye-6000-morts-et-kadhafi-menace-encore_968125.html , http://www.liberation.fr/monde/01012323154-libye-les-etats-unis-de-de-plus-en-plus-menacants , http://www.lefigaro.fr/flash-actu/2011/03/02/97001-20110302FILWWW00548-libye-nouveau-bilan-de-6000-morts.php

(9) «Hace 70 años seis millones de personas fueron asesinadas por instigación de un Estado. Este museo conmemora esa verdad impresionante. Él nos llama a recordar y actuar. ‘Nunca más’, dijo el secretario general en una declaración. «Otra vez nos han puesto a prueba. En Libia, un régimen que ha perdido toda la legitimidad ha declarado la guerra a su pueblo. Es a nosotros, la comunidad internacional, a quienes corresponde actuar contra ese crimen»: http://www.un.org/apps/newsFr/storyF.asp?NewsID=24593&Cr=Libye&Cr1

(10) Ver: «Libye: Amnesty conteste le nombre de victimes et accuse les rebelles», Céline Lussato, Le Nouvel Observateur, 17 de junio de 2011:http://tempsreel.nouvelobs.com/actualite/monde/20110617.OBS5317/libye-amnesty-conteste-le-nombre-de-victimes-et-accuse-les-rebelles.html

(11) «Les deux camps accusés de crimes de guerre en Libye», AFP, en Le Monde del 2 de junio de 2011.

(12) http://www.rue89.com/2011/06/16/libye-amnesty-accuse-les-rebelles-de-torture-et-dexactions-209588-0

(13) Ver: (i) Le Canard Enchaîné del 25 de mayo de 2011 [«Commandos clandestins»]: 125 miembros de las Fuerzas Especiales francesas se encontrarían sobre el terreno, así como 500 miembros de las Fuerzas Especiales británicas, (ii) Le Figaro, 23 de mayo de 2011: «desde el inicio del conflico, las Fuerzas Especiales francesas están actuando en Libia. Equipados con aparatos láser localizan los objetivos y guían los pasos de la coalición», en «Francia compromete helicópteros en Libia», Isabelle Lasserre: http://www.lefigaro.fr/international/2011/05/22/01003-20110522ARTFIG00149-la-france-engage-des-helicopteres-en-libye.php ; (iii), «Libya: SAS veterans helping NATO identify Gaddafi targets in Misrata», par Richard Norton-Taylor et Chris Stephen, The Guardian, 31 de mayo de 2011.

(14) Ver: «Comprendre la guerre en Libye», de Michel Collon, 7 de abril de 2011, http://www.michelcollon.info/Comprendre-la-guerre-en-Libye-1-3?lang=fr. En español: http://www.michelcollon.info/Comprender-la-guerra-de-Libia-1-3.html?lang=fr


(15) Entre ambos representan más del 60% de los fondos de inversión en el Fondo Monetario Africano.

(16) http://www.rue89.com/2011/06/16/libye-amnesty-accuse-les-rebelles-de-torture-et-dexactions-209588-0

(17) Ver: «West's Oil Firms, No Love Lost in Libya», Guy Chazan, The Wall Street Journal, 15 de abril de 201.http://online.wsj.com/article/SB10001424052748703730104576260902489238740.html

(18) Nombre oficial dado por Estados Unidos a la operación occidental en Libia.

(19) Se trata de una auténtica contrarrevolución llevada a cabo por los occidentales con sus aliados árabes no democráticos.

(29) Ver: «Secret Desert Force Set Up by Blackwater's Founder», MARK MAZZETTI y EMILY B. HAGER, The New York Times, 14 de mayo de 2011:http://www.nytimes.com/2011/05/15/world/middleeast/15prince.html . También: «United Arab Emirates Confirms Hiring Blackwater Founder's Firm», de los mismos autores, 15 de mayo de 2011 en The New York Times: http://www.nytimes.com/2011/05/16/world/middleeast/16prince.html

(21) Ver: «The cold hard cash counter-revolution», Pepe Escobar, Asia Times, 10 de junio de 2011, http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MF10Ak04.html . En español: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=130172

(22) Ver «Conflict in Libya: U.S. oil companies sit on sidelines as Gaddafi maintains hold», Steven Mufson, The Washington Post, 11 de junio de 2011.

(23) Los occidentales quieren o intentan que caigan los regímenes laicos [Irak, Libia, Siria] y apoyan los movimientos de oposición que están en manos de los fundamentalistas religiosos.

Traducido para Rebelión por Caty R.