




La guerra de palabras se ha hecho particularmente dura, y ahora EE.UU. e Irán intercambian abiertamente amenazas: la primera salva desde la investidura del presidente Barack Obama, y esto constituye una situación inquietante. “No estamos sacando de la mesa ninguna opción mientras continuamos por las pistas de presión y compromiso,” dijo esta semana el secretario de prensa del Pentágono, Geoff Morrell. “El presidente siempre tiene a su disposición toda una serie de opciones, incluyendo el uso de las fuerzas armadas… No es evidentemente nuestro camino preferido pero nunca ha estado, ni está ahora, fuera de la mesa.”
Hace algunos días se reveló que los militares de EE.UU. se preparan activamente para una guerra contra Irán. “El Pentágono y el Comando Central de EE.UU. están actualizando planes militares para atacar las instalaciones nucleares de Irán, preparando opciones actualizadas para el presidente en caso de que decida emprender una acción semejante,” informó CNN el lunes.
Los iraníes, por su parte, se han lanzado a su propia demostración de fuerza. “Las fuerzas armadas iraníes mostraron el domingo tres generaciones de misiles balísticos modernos hechos en el país en desfiles militares, marcando el Día del Ejército,” informó Fars News. La semana pasada, la agencia citó al jefe de estado mayor de las fuerzas armadas iraníes, teniente general Hassan Firouzabadi: “Como ya he anunciado, si EE.UU. ataca Irán, ninguno de sus soldados [en la región] volverá vivo a casa.”
Lo que es particularmente inquietante es que un ataque militar de EE.UU. (o Israel) contra Irán en el futuro cercano correspondería, de cierta manera, a los objetivos e imagen de relaciones públicas de Obama hasta ahora. En primer lugar, hay crecientes indicaciones de que, después de la candidatura demócrata, la presidencia, y la ley de atención sanitaria, Oriente Próximo se ha convertido en el próximo objetivo importante del presidente de EE.UU.
Por ejemplo, esto también se refleja en la masiva presión del gobierno de EE.UU. sobre Israel a fin de que haga más concesiones para renovar las negociaciones atascadas, “En el centro de este desacuerdo [entre Obama y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu] se encuentra un dramático cambio en la forma en que Washington percibe su propia apuesta en el juego,” escribió el lunes el ex embajador de EE.UU. en Israel, Martin Indyk, en un artículo de opinión en el New York Times. “En realidad comenzó hace tres años cuando la secretaria de Estado Condoleezza Rice declaró en un discurso en Jerusalén que ‘intereses estratégicos’ de EE.UU. estaban en juego en la resolución del conflicto israelí-palestino –un juicio reiterado por Obama la semana pasada cuando dijo que la resolución del conflicto árabe-israelí es un ‘interés vital de seguridad nacional’ para EE.UU.”
Además, Obama ha adquirido una reputación de lenta y metódica escalada de la retórica, seguida por acción atrevida y decidida. Tiende a dar a sus más poderosos oponentes mucho sitio para debatir y negociar, y a mostrar máxima reserva en un intento de poder reivindicar una alta posición moral: una brillante estrategia de relaciones públicas, por lo menos.
En el caso de Irán, ha llegado hasta el punto de retardar un apoyo vital para la oposición iraní en manifestaciones después de la elección el verano pasado y de presionar abiertamente a Israel para que no ataque. Bloqueó toda exteriorización sobre un posible escenario militar que proviniera de cualquier sitio importante en su gobierno durante casi un año, y se ha mostrado renuente a discutir una opción semejante hasta la fecha.
Críticos lo han acusado de ser demasiado blando, pero la dureza de la retórica de su gobierno hacia Irán ha estado aumentando desde fines del año pasado, cuando unos pocos funcionarios cautelosos comenzaron a hablar sobre la posibilidad de ataques militares contra el programa nuclear de Irán. La escalada ha sido lenta pero consistente, de manera similar a la progresión del debate interior sobre la atención sanitaria que terminó en una dramática victoria para Obama.
El sábado, el New York Times informó sobre partes de un memorando secreto del secretario de defensa de EE.UU. Robert Gates, que acusaba al gobierno de carecer de una política clara para retardar el programa nuclear iraní. [1]
Al parecer, partes todavía clasificadas del memorando proponían una preparación adecuada para ataques militares. Al provenir de Gates, un republicano que continuó como secretario de defensa después del gobierno de George W Bush debido a su prolongada oposición a una guerra contra Irán, ese hecho es significativo.
Analistas ven el conflicto entre EE.UU. e Irán como complejo y de gran alcance. “Hasta 2003, la estabilidad regional –tal como existía– se basaba en el equilibrio del poder entre Irán e Iraq,”, escribe el destacado think-tank Stratfor. Después de la guerra de Iraq, “EE.UU. se vio ante dos misiones. La primera fue estabilizar Iraq. La segunda fue suministrar la fuerza para contrarrestar a Irán.”
Existen serias dudas sobre si la retórica en sí no ha ido demasiado lejos como para que una reconciliación en este momento tenga que significar un fracaso para un lado o el otro. “Existe una preocupación legítima de que si sanciones son consideradas ahora como una necesidad política, ¿será una acción militar considerada como una necesidad política en 2011, una vez que las sanciones sean consideradas un fracaso?” dijo Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Iraní de EE.UU., este mes. [2]
El mes pasado, señalé que se dice que aliados regionales cruciales de EE.UU. como Israel, Arabia Saudí y Egipto han estado presionando por una acción militar de EE.UU. [3] “Existen países [en el Golfo] que quisieran ver un ataque nuestro [contra Irán], tal vez incluso de Israel,” dijo el jefe del Comando Central de EE.UU. David Petraeus a CNN en marzo.
Existen indicaciones coherentes de que Israel, también, se prepara para una inminente guerra regional y que tal vez incluso considera la posibilidad de iniciar la acción por su propia cuenta. “Por motivos prácticos, a falta de sanciones genuinas, Israel no podrá esperar hasta el fin del próximo invierno, lo que significa que tendría que actuar cerca de las elecciones al Congreso en noviembre,” escribió este mes en el periódico israelí Ha’aretzel brigadier general Ephraim Sneh, ex ministro de defensa adjunto de Israel.
La evaluación de Sneh ha sido una de las más atrevidas hasta la fecha en cuanto a predicciones de un momento específico, pero responsables y políticos israelíes importantes, incluido Netanyahu, han propugnado el uso de la fuerza militar como un instrumento de último recurso para impedir que Irán adquiera armas nucleares. El primer ministro israelí ha afirmado repetidamente su creencia en que un Irán nuclear plantearía un desafío existencial para el Estado judío, y debería ser impedido a pesar del alto precio.
Fuentes cercanas a su persona aumentan el peso de sus palabras a la luz de la relación especial entre él y su centenario padre, quien predijo el Holocausto en 1937 y es un destacado halcón belicista respecto a Irán. “Hay que mirar al peligro directamente a los ojos, sopesar con calma lo que debiera ser hecho, y estar preparado para entrar en la refriega en el momento en que las posibilidades de éxito parezcan razonables,” dijo el Netanyahu mayor como consejo a Israel y a su hijo durante el discurso de celebración de sus 100 años el mes pasado. [4]
En este contexto, la acusación israelí de la última semana de que Siria ha suministrado misiles Scud a Hizbulá puede ser vista, entre otras cosas, como parte de una campaña de relaciones públicas para desacreditar al Líbano y a Siria en preparación para un posible conflicto con ellos. Esto no quiere decir que la afirmación israelí sea incorrecta: al contrario, parece ser verídica, y este hecho es un indicador más de la volatilidad en la región. Incluso una importante fuente de Hizbulá (aunque anónima), entrevistada por el periódico kuwaití al-Rai, confirmó los informes. Israel ha sostenido desde hace tiempo que la transferencia de misiles avanzados a Hizbulá sería considerada como razón legítima para una acción militar preventiva.
Las tensiones han aumentado durante los últimos seis meses, o algo así, a pesar de intentos mutuos entre Israel y Siria de evitar una guerra hecha y derecha. El presidente sirio Bashar al-Assad decidió, durante visita sorpresa a Egipto, discutir la posibilidad de una guerra israelí-siria, informóHa'aretz. [5]
Extrañamente, el Líbano parece ser uno de los pocos temas en Oriente Próximo sobre los que Israel y EE.UU. pueden estar de acuerdo. “Si una acción semejante ha tenido lugar [transferencia de Scuds a Hizbulá]… claramente pone al Líbano ante un riesgo significativo,” declaró a periodistas la semana pasada el portavoz del departamento de Estado de EE.UU., P J Crowley.
Es difícil decir en este momento si una gran guerra en Oriente Próximo es inevitable, pero las nubes se están oscureciendo significativamente, y EE.UU. parece inclinarse rápidamente a favor de la idea de un ataque militar contra instalaciones nucleares iraníes, a ser realizado por los propios estadounidenses o por Israel. Es un evento importante, y la próxima línea roja importante que hay que observar sería si una declaración confirmando una acción militar proviniera directamente del presidente de EE.UU. Si sus antecedentes han de servir de indicador, y Obama decide actuar, abandonará su reserva y lo hará rápida y decididamente.
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Notas
1. Gates Says US Lacks a Policy to Thwart Iran, New York Times, 17 de abril de2010.
2. Israel evades 'ambush' at nuclear summit Asia Times Online, 15 de abril de 2010.
3. Israel puts US on notice, Asia Times Online, 13 de marzo de2010.
4. Now the Americans are certain no one is in charge here
5. Report: Assad due in Egypt to discuss fear of Israel-Syria war
Victor Kotsev es un periodista independiente y analista político con experiencia en Oriente Próximo.
(Copyright 2010 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/
La derecha se alimenta de la frustración y avanzan ultraconservadores como el Tea Party. Se persigue a latinos y negros como Alemania lo hizo con judíos, asegura el intelectual. |
"Nunca he visto algo parecido en mi vidadeclaró Noam Chomsky. Entrevistado por Chris Hedges para el sitio de Internet Truthdig, añadió que
el humor del país es aterrador. El nivel de ira, frustración y odio a instituciones no está organizado de manera constructiva. Es desviado a fantasías autodestructivasen referencia a expresiones populistas de la ultraderecha.
El sentimiento antigubernamental se ha incrementado entre la sociedad, y sólo 22 por ciento dice confiar plenamente en el gobierno, según sondeos del Pew Research Center, uno de los puntos más bajos en medio siglo. Para casi toda medida concebible, hoy los estadunidenses son menos positivos y más críticos de su gobierno. Hay una tormenta perfecta de condiciones asociadas con la desconfianza hacia el gobierno: una economía abismal, un público pesimista y un descontento épico con el Congreso y los funcionarios electos
afirmó Andrew Kohut, presidente del Pew Research Center, al resumir las conclusiones de una serie de sondeos.
El Pew registró que sólo 25 por ciento tiene una opinión favorable del Congreso –el punto más bajo en 50 años– y 65 por ciento expresa una opinión negativa. Cada vez más estadunidenses opinan que el gobierno tiene equivocadas las prioridades y que eso tiene un impacto negativo en sus vidas cotidianas. El 62 por ciento afirma que las políticas del gobierno benefician sólo a algunos grupos, y 56 por ciento opina que el gobierno no hace lo suficiente para ayudar al estadunidense promedio.
Además, se confirma el incremento del sentimiento antigubernamental entre un segmento de la sociedad, al duplicarse aquellos que dicen que estánenojados
con el gobierno federal: de 10 por ciento en 2000, a 21 por ciento hoy. Y 30 por ciento percibe que el gobierno es una amenaza para sulibertad personal
.
El Pew también registró, en un revés comparado con un sondeo de meses atrás, que la mayoría desconfía de un mayor papel del Estado en la economía, con la excepción de rubro del sector financiero, donde una amplia mayoría desea que el gobierno regule estrictamente a las empresas financieras.
Tal vez el sector más desencantado con el gobierno es el llamado movimiento Tea Party, expresión ultraconservadora que surgió hace un año en protesta por el proyecto de estímulo económico y que creció en visibilidad en la campaña contra la reforma de salud impulsada por el gobierno de Barack Obama. Este movimiento es mayoritariamente conformado por hombres blancos republicanos mayores de 45 años quienes se describenenojados
o furiosos con Washington. Son considerados como la parte más dinámica del movimiento conservador con el propósito no sólo de detener las propuestas de Obama, sino también de atacar a políticos republicanos considerados no suficientemente conservadores.
Encuestas recientes del New York Times/CBS News, revelaron que 18 por ciento de los estadunidenses se identifican como simpatizantes del Tea Party, se clasifican muy conservadores
, son sumamente pesimistas sobre la dirección del país y severamente críticos de Washington y, por supuesto, de Obama. Más de 90 por ciento de ellos cree que el país avanza por una vía equivocada y el mismo porcentaje desaprueba al presidente y su manejo político. Un 92 por ciento estima que Obama lleva al país hacia el socialismo (una opinión compartida por más de la mitad de la población en general, por cierto).
Por otro lado, las expresiones de ira popular derechista se registran al reportarse más crímenes de odio
, un incremento de grupos ultraderechistas racistas, así como informes no oficiales de un creciente número de amenazas de muerte contra el presidente. Las agencias de seguridad pública han elevado el estado de alerta por lo que llaman terrorismo doméstico
.
A la vez, se han reportado incidentes, varios bajo investigación, de actos de intimidación contra legisladores federales y otros políticos electos. A principios de mes, más de 30 gobernadores recibieron cartas de un grupo antigubernamental ultraconservador que les exigía su renuncia en un plazo de tres días (aunque no había amenaza de violencia), lo cual provocó que autoridades federales advirtieran a policías locales que las cartas podrían provocar comportamiento violento. Como este, hay más ejemplos a lo largo del país.
La ola de desilusión con el gobierno y los gobernantes provoca preocupación entre algunos políticos que aún no saben qué impacto podría tener en las elecciones legislativas intermedias en noviembre. Pero para otros es aún más alarmante.
Es muy similar a la Alemania de Weimar. Los paralelos son notables. También ahí había una desilusión tremenda con el sistema parlamentario
apuntó Chomsky en la entrevista con Truthdig. Estados Unidos tiene mucha suerte en que no ha surgido una figura honesta y carismática
ya que si eso sucediera este país estaría en verdaderos apuros por la frustración, la desilusión y la ira justificada y la ausencia de una respuesta coherente
añade.
En Alemania, recordó, el enemigo creado para explicar la crisis fueron los judíos. “Aquí serán los inmigrantes ilegales y los negros. Nos dirán que los hombres blancos son una minoría perseguida. Nos dirán que tenemos que defendernos y defender el honor de la nación. Se exaltará la fuerza militar. Habrá golpizas. Esto se podría convertir en una fuerza abrumadora. Y si ocurre será más peligroso que Alemania. Estados Unidos es un poder mundial… No creo que todo esto esté lejos de suceder”.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2010/04/21/index.php?section=mundo&article=033n1mun
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En Canadá la Iglesia Católica ya ha gastado 1.000 millones de dólares canadienses en concepto de indemnizaciones. En Estados Unidos, una investigación criminal realizada en 2004 estableció en 4.400 el número de sacerdotes acusados de pedofilia entre 1950 y 2002, y en 11.000 el de niños que potencialmente fueron sus víctimas. En Irlanda sólo en 2009 cuatro obispos presentaron su renuncia luego de comprobarse que 14.500 niños fueron víctimas de abusos en la diócesis de Dublín. En México las acusaciones llegaron hasta el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Marciel, quien tuvo que abandonar su cargo en 2006 por decisión vaticana. En Holanda, desde marzo de 2010 se registraron 350 demandas de personas que afirmaron haber sufrido abusos sexuales cometidos por miembros del clero entre las décadas de 1950 y 1970.
Sin embargo las recientes revelaciones de prensa han llegado más alto. Se refieren a los años en que el actual Papa Benedicto XVI ejercía como arzobispo de Munich, a finales de los setenta. Según The New York Times “el cardenal Joseph Ratzinger, futuro Papa y entonces arzobispo de Munich, recibió un memorándum en el que le informaban de un sacerdote, a quien él había enviado a terapia en 1980 para superar la pedofilia, que volvió a ejercer su labor pastoral días después de iniciar el tratamiento”. Según el periódico “ese documento, cuya existencia ha sido confirmada por dos representantes de la Iglesia, muestra que el futuro Papa no sólo participó en una reunión el 15 de enero de 1980 en la que se aprobó el traslado del cura, sino que también fue informado de su reasignación a otra parroquia”. De esta forma, el actual pontífice habría actuado con los mismos criterios y procedimientos que los demás obispos acusados de encubrir y amnistiar a los pederastas.
Junto a lo anterior, medios alemanes han informado de graves denuncias de abusos sexuales y maltratos graves a los niños que residían como internos en el coro-escuela de la ciudad de Ratisbona. El obispado confirmó este mes que dos sacerdotes acusados habrían cometido abusos contra niños entre 1958 y 1973. Las fechas tienen una importancia crucial pues Georg Ratzinger, hermano del actual pontífice, fue director de ese coro entre los años 1964 y 1994, pero ha declarado que nunca tuvo conocimiento de denuncias de abusos sexuales en la escuela ni en el coro. Esta acusación se une a una ola de denuncias de pedofilia en Alemania, que abarca a 18 de las 27 diócesis de ese país. Hace tres semanas la ministra de Justicia, Sabine Leutheusser, declaró que la Iglesia Católica no parecía estar dispuesta a cooperar para esclarecer los abusos. El presidente de la Conferencia Episcopal, Robert Zollitsch, reaccionó duramente y dio a la ministra 24 horas para retractarse.
Sin embargo las acusaciones de la ministra sintetizan los elementos comunes que atraviesan los responsabilidades de la jerarquía eclesial a nivel mundial: “En muchos colegios había un muro de silencio que permitía el abuso y la violencia”, afirmó, apuntando a que “incluso los casos más graves de abusos están sujetos sólo al secreto papal y no deben publicarse fuera de la Iglesia”. Leutheusser ha apuntado a un elemento crucial: “Lamentablemente, hasta el momento no hemos podido observar un interés activo por parte de la Iglesia Católica para acometer un esclarecimiento completo y sin reservas de los abusos sexuales denunciados”. Un compromiso que pasaría por una cooperación constructiva de las autoridades eclesiásticas con los responsables policiales y judiciales.
Escándalos y evasivas en la Iglesia chilena
El cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo de Santiago, declaró recientemente a TVN: “(En Chile) hay algo de estos abusos de pedofilia, poquitos gracias a Dios. Se está aplicando lo que dijo Juan Pablo II en cuanto a que no tienen lugar dentro del sacerdocio de la Iglesia personas que dañan de esa manera a los niños”. Al minimizar la situación, Errázuriz parece desconocer las magnitudes y alcances reales de estos abusos en nuestro país. Entre 1997 y 2010 es posible cuantificar una veintena de denuncias en la prensa, de las cuales un elevado número ha llegado a tribunales. Las más bulladas han involucrado a sacerdotes de triste memoria, como José Andrés Aguirre, el “cura Tato”, condenado en 2002, Jorge Enrique Galaz, ex director del Pequeño Cottolengo de Rancagua, condenado en 2006, Eduardo Olivares Martínez, condenado en 2008 por abuso sexual en el hogar de menores Refugio de Cristo de Valparaíso y Ricardo Alberto Muñoz Quintero, párroco de Melipilla que pagaba a su pareja para que le proporcionara menores, mientras también mantenía relaciones sexuales con las dos hijas de su conviviente.
Otra arista de los casos de pedofilia en nuestro país dice en relación con redes de encubrimiento internacional, que habrían utilizado a Chile como destino para clérigos acusados de abusos sexuales. El más reciente es el caso de José Angel Arregui Eraña, que ha sido descubierto por la PDI en posesión de material pornográfico infantil. Se trata de miles de fotografías y videos de durísimo contenido: sadomasoquismo, coprofilia, urofilia, sexo con bebés. Arregi residía en Chile desde enero de 2008 y ejercía la docencia en la Universidad Santo Tomás. Antes había pasado por siete colegios en España en los cuales habría abusado reiteradamente de alumnos de esos establecimientos. Se sospecha que este mecanismo, el traslado a Chile de sacerdotes bajo acusaciones de pedofilia, podría ser una práctica recurrente.
Teoría del complot
Para el sector más conservador de la Iglesia Católica estas acusaciones y denuncias no serían más que un complot de la prensa. Se trata de una actitud que minimiza y evade la responsabilidad eclesial. Basta recoger las recientes declaraciones a su llegada a Chile del cardenal y secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone: “No es verdad, no es verdad. Usted sabe. Hemos documentado en contrario y no hablamos de este tema porque si no, estamos aquí todo el día (…) Basta, basta de este tema”. Mucho peores han sido las afirmaciones del obispo de Tenerife, Bernardo Alvarez: “Puede haber menores que sí lo consientan (el abuso sexual) y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan”.
Similares argumentos ha usado el párroco de Reñaca y apóstol de San Expedito, Enrique Opazo: “Siempre ha habido medios concertados para ir contra la Iglesia. Piensa tú que en Chile, la inmensa mayoría de los pedófilos no han sido sacerdotes. Sólo ha habido cinco casos en Chile, tres de los cuales están en la justicia. Somos más de mil curas y se le da a esto una cosa tremenda”. La estrategia de los integristas, junto con minimizar y deslegitimar las denuncias, ha sido trasladar la responsabilidad a las tendencias culturales y sociales contemporáneas. De hecho la carta que dirigió el Papa a la Iglesia de Irlanda, firmada el 19 de marzo de 2010, señala como responsable de estas situaciones al “cambio social tan rápido” y “la manera de pensar y de enjuiciar de las realidades seculares”. Incluso llega a alegar como causa a una “falsa lectura” del Concilio Vaticano II y su “programa de renovación”.
Al mismo tiempo, las respuestas oficiales del Vaticano ante los organismos internacionales han tratado de justificar los abusos, afirmando que en una gran proporción no se trataría de casos de pedofilia, sino de “efebofilia”, ya que muchas de las víctimas tendrían más de 14 años. En una declaración emitida en septiembre de 2009, tras una reunión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en Ginebra, Silvano Tomasi, observador permanente del Vaticano ante la ONU, señaló que “no se debería hablar de pedofilia sino de homosexuales atraídos por adolescentes. De todos los curas implicados en casos de este tipo, entre el 80% y el 90% pertenecen a la minoría sexual que practica la efebofilia, es decir, los que tienen relaciones con varones de los 11 a los 17 años”. De esta forma, el Vaticano trató de responder a las primeras acusaciones formales que le imputan violar la Convención de Derechos del Niño al encubrir los abusos a menores.
Represión sexual como incubadora de trastornos
Para los psiquiatras que han abordado esta situación, el verdadero problema no radicaría en la orientación sexual del clero, sino en la abierta, continua y discriminatoria práctica de represión de la sexualidad que la institución eclesial desarrolla entre sus sacerdotes. Por ese motivo, la norma canónica que impone el celibato al clero es cada vez más cuestionada desde las instituciones de salud mental. Incluso el arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, ha afirmado este mes: “Es importante buscar las causas de los abusos sexuales, entre ellas el tema del celibato”. Estas afirmaciones las realizaba en un contexto de elevada deserción de fieles de la Iglesia austriaca. El año pasado 53.216 personas abandonaron el catolicismo en ese país, un 30,9% más que el año anterior.
Lamentablemente la Iglesia Católica se muestra inflexible para revisar sus posiciones respecto a la sexualidad. Durante el año pasado causó escándalo el activo lobby del Vaticano en contra de la propuesta de Francia ante la ONU, en nombre de los 25 países de la Unión Europea, para la “despenalización universal de la homosexualidad”. Dicha proposición se limitaba a impedir que se penalice con cárcel, tortura o incluso con la pena capital a los homosexuales, tal como ocurre hoy en países árabes y africanos. En la ocasión, el arzobispo Celestino Migliore, representante de la Santa Sede ante Naciones Unidas, afirmó que “una declaración política de ese tipo, crearía nuevas e implacables discriminaciones”.
El futuro de la religión
Hace ochenta años, Bertrand Russell afirmó que las objeciones a la religión son de dos clases: “La objeción intelectual consiste en que no hay razón para suponer que hay alguna religión verdadera; la objeción moral es que los preceptos religiosos datan de una época en que los hombres eran más crueles de lo que son ahora y, por tanto, tienden a perpetuar conductas inhumanas que la conciencia moral de la época habría superado de no ser por la religión”.
La objeción intelectual ha perdido fuerza en nuestro tiempo, y el racionalismo ha dado paso a una valoración positiva de la espiritualidad en un sentido amplio del término. Sin embargo, la objeción moral ha cobrado inusitada fuerza y actualidad. Hoy, autores como Christopher Hitchens afirman que la religión es activamente inmoral por basarse en preceptos como la doctrina del sacrificio, la expiación, la recompensa y/o el castigo eternos y la imposición de tareas y normas imposibles. Esto puede explicar que la Iglesia Católica haya caído en una trampa autoimpuesta de la que no puede escapar. No es un dogma de fe, sino una “regla o disciplina” de nueve siglos de antigüedad que se basa en la superioridad del celibato y la desvalorización de la mujer y la sexualidad en general. Mientras estas normas no se revisen, es imposible que la objeción moral de Russell deje de encontrar nuevos adeptos.
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 707, 16 de abril, 2010)
A Garzón la reacción le quiere inhabilitar durante 20 años por “atribuir a personas fallecidas, como los generales Franco, Mola o Queipo de Llano, actuaciones delictivas que habían prescrito, estaban afectadas por la Ley de Amnistía de 1977 y que, además, tampoco eran de su competencia”. De este modo publicaba el editorial de la La Razón, diario nada sospechoso de antifranquista, aclarando los motivos del proceso al juez.
Pero si analizamos detenidamente observaremos que no hay causa contra Garzón, sino que lo que hay es la defensa del pacto de la Transición, donde se amnistió el genocidio franquista.
En rigor, si las “actuaciones delictivas” son consideradas como genocidio conforme al derecho internacional no prescriben. En España hay 160.000 desaparecidos, haciendo de este país el segundo con más desaparecidos del planeta, juzguen ustedes mismos si esto es un genocidio o no. También 30.000 niños fueron secuestrados a sus familias y regalados a otras adeptas al régimen, privándoles de su identidad, es lo que llamamos genocidio, no hay margen de discusión.
Sobre la competencia de Garzón no sé nada. Pero tal vez, si a alguien hay que juzgar es al posible juez competente que no se ha puesto manos a la obra, renunciando a sus responsabilidades. Mas a nadie se le escapa que no hay tal juez, ya que en España tenemos un serio problema con una ley que está por encima de la ley: la Ley de Amnistía de 1977, ley de punto final española, por la cual los genocidas salieron impunes y además sus víctimas tenían que olvidar quienes eran y todo lo que habían sufrido. Esta ley pretende estar por encima de otros tratados internacionales firmados por España en materia de derechos humanos. Hasta el Comité de Derechos Humanos de la ONU ha considerado la Ley de Amnistía ilegal por considerarla equivalente a la de punto y final de Argentina. Una ley de amnistía de la que Hugo Relva, consejero jurídico de Amnistía Internacional, considera que “en todos los países, este tipo de leyes de amnistía tienen validez durante algunos años, pero siempre acaban cayendo. La única excepción es España”.
Anulación de los juicios franquistasExiste un argumento sacado de la manga por la reacción en defensa de la Ley de Amnistía de 1977. Este dice que esta ley también hizo borrón y cuenta nueva con los presos antifranquistas. La respuesta es sencilla: nunca debieron ser detenidos. Las sentencias que les llevaron a prisión tendrían que ser anuladas por proceder de unas magistraturas establecidas por un régimen golpista. No olvidemos que en el bando republicano no sólo estaban los ideales de progreso y la defensa de los intereses de los trabajadores sino también la legalidad interrumpida, rota por un golpe de estado fascista.
Además, esta ley no acabó con las sentencias dictadas contra los presos políticos antifranquistas, pues hoy mejor que nunca se puede observar cómo tal ley no representó una ruptura democrática con el anterior régimen, sino que se dio una evolución del mismo, atada y bien atada por nuestro marco jurídico. Esto se hace explícito cuando se niegan a anular los juicios franquistas, como se ha producido en el “caso Companys”, porque de otra manera se produciría la “ruptura del ordenamiento jurídico, de la seguridad jurídica y del principio de continuidad del Estado”. Y ante la ilegalidad de las sentencias que pueda dictar un régimen genocida ¿cómo se puede decir que la Ley de Amnistía del 77 también sirvió para hacer borrón y cuenta nueva con los presos políticos del franquismo cuando todavía no se han anulado aquellas sentencias ilegales?
De forma lamentable la Ley de Memoria Histórica reconoce el “atado y bien atado” al no pretender romper con el principio de continuidad del Estado, al no anular las sentencias franquistas. Esta ley sólo reconoce que cada cual tiene derecho a pagarse con su dinero la búsqueda y desentierro de su familiar desaparecido. A todas luces es insuficiente.
Juicio a los genocidas franquistasEs hora de acabar con la Ley de Amnistía de 1977 y juzgar a los genocidas. Es hora de que las víctimas del franquismo, sus hijos y nietos digamos que España va a recuperar su dignidad y que no va a permitir que los torturadores y los asesinos se paseen por las calles como si no tuviesen nada que ocultar, como si no supiésemos que sus fortunas las han amasado sobre la alfombra de sangre de sindicalistas y cuadros del movimiento obrero masacrados, como si no supiésemos que viven en un estado de excepción sin igual en el planeta que les permite estar por encima de la ley y de la justicia.
Llegó la hora, llegó el momento de decir que estamos hartos de la experiencia de derrota que lamina nuestra sociedad. Acabemos con el aprendizaje del miedo y la impotencia al que nos han sometido durante tantas décadas, aprendizaje que explica cómo esos cuatro millones de parados y todos aquellos que tienen un salario de hambre lo asumen con paciencia estoica. Tenemos que ir alzándonos, enlazando con la generación de nuestros abuelos, conectando con sus ideas para ganar el futuro.
No podemos otra vez dejar tiradas en la cuneta a la víctimas de franquismo. Perdamos el temor y reclamemos desde lo más profundo de nuestro anhelo de justicia:
1. No al juicio a Garzón
2. Anulación de las sentencias franquistas
3. Juicio a los genocidas franquistas
4. Derogación de la Ley de Amnistía de 1977
MOVILIZACIONES POR LA JUSTICIA UNIVERSAL
22 de ABRIL (20.00 h): concentración en la c/Génova frente a la Audiencia Nacional
24 de ABRIL (18.30 h): manifestación Cibeles-Sol