sábado, 3 de septiembre de 2011

El FBI se vuelve delincuente
La incitación al crimen como política gubernamental


CounterPunch...03/09/2011

Tengo una pregunta importante: ¿Qué organización es responsable por sí sola de más conspiraciones terroristas en EE.UU. que cualquier otra? Respuestas posibles: Al-Qaida. Sin duda sería la respuesta popular pero sería un error. El Kukuxklán. Bastante pasado de moda, así que no lo es. La Liga de Defensa Judía. Buena idea, pero todavía no lo es. ¿Cuál, entonces, es la respuesta correcta? El Buró Federal de Investigaciones, alias el FBI. ¿No me creéis? Bueno, basta con leer la denuncia de Trevor Aaronson titulada “The Informants” [Los informantes] publicado en la edición de septiembre/octubre de Mother Jones.

Aaronson analizó más de 500 casos relacionados con terrorismo considerados por el FBI y estableció que más de la mitad involucraba al equipo de 15.000 informantes del Buró. Muchos son ex criminales y estafadores que frecuentemente son bien remunerados si sus esfuerzos llevan a un arresto y condena. ¿Qué hay de nuevo?, diréis. El uso de informantes para obtener información sobre actividad criminal es una táctica antigua y legítima. Sí, sin embargo esa actitud orientada a la recolección de información no es exactamente el uso dado por el FBI a todos sus informantes. Por cierto, el Buró tiene un programa, mal llamado “prevención”, que alienta a sus agentes a ser creativos en el uso de informantes. ¿Cómo? Bueno, si no pueden ver que se desarrolle alguna actividad terrorista, hacen que sus informantes los instiguen. ¿Dónde hacen algo semejante? Sobre todo en las comunidades musulmanas de nuestro país.

Según el artículo de Mother Jones el FBI ha llegado a la conclusión de que Al-Qaida es una organización que ya no representa una amenaza importante para EE.UU. La amenaza proviene ahora del “lobo solitario”, la persona furiosa o frustrada por su situación y abierta a la influencia de la retórica terrorista. Supuestamente la comunidad musulmana estadounidense está repleta de estos “lobos solitarios” que están sentados por ahí echando chispas, ansiosos de arremeter con ira contra una miríada de objetivos significativos o insignificantes. Según la lógica del FBI, tarde o temprano gran parte de esa gente encontrará el valor necesario para actuar. Por lo tanto, el papel del informante es encontrar a esa gente y atraparla antes de que hagan volar un árbol de Navidad en Portland, Oregón. Un escenario típico sería:

1. El informante A del FBI recibe la tarea, en palabras de Aaronson de “ir de pesca a las mezquitas” de alguna comunidad musulmana estadounidense. Podrían operar en esta área durante meses buscando a esos tipos coléricos, frustrados. Gadeir Abbas, Abogado Oficial del Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas (CAIR, por sus siglas en inglés), dice que podrán encontrar algunos individuos que viven “al margen de la sociedad”. Esa gente es frecuentemente pobre y perturbada, con solo un conocimiento rudimentario, si alguno, del Islam, y usualmente bastante ingenua.

2. Después de encontrar al candidato B, el informante A se hace amigo de él y lo alienta a expresar su cólera y descontento. En un cierto punto el informante A podrá sugerir a B que Alá lo puso en esta tierra para cosas mejores y ¿qué quisiera hacer respecto a toda esa cólera y frustración?

3. Ahora estamos en el momento fundamental. ¿Y si B no tuviera ninguna idea de lo que quisiera hacer? En ese momento el informante A (apagando cuidadosamente su grabadora oculta) se transforma en agente provocador (recordad que tiene un incentivo financiero para incitar a ese individuo) y sale con una sugerencia. ¿Por qué no vamos y hacemos volar un centro de reclutamiento del ejército? En otras palabras, A es un artista del engaño, un embaucador (uno de esos informantes alardeó de que podía contar los granos en una mazorca de maíz) y utiliza su “talento” para maniobrar a su víctima, quien todavía no ha hecho nada ilegal, hacia una situación incriminatoria.

4. Si B se traga el anzuelo, A lo motiva, urde una conspiración, tal vez informa a B que A es un agente (no del FBI por cierto) de alguna organización terrorista paquistaní llegado a EE.UU. para librar la yihad. Puede suministrar a B armas, explosivos, vehículos y dinero. En otras palabras, todo lo que B nunca podría haber encontrado por sí mismo (como ser el dinero necesario o vehículos apropiados). Todas las cosas que B no sabe cómo construir (como una bomba).

5. Finalmente B es llevado a realizar el crimen, usualmente usando una bomba falsa. Luego, por cierto, es arrestado. Normalmente, es enviado a la cárcel por décadas. A recibe 100.000 dólares del FBI. Voilà, otra conspiración terrorista frustrada.

Policías criminales

Siempre ha habido una línea fina entre la conducta del criminal y la del policía. El policía sabe que es así y por eso los principales departamentos estatales y locales de policía tienen secciones de asuntos internos que buscan “policías criminales”. No sé si el FBI tiene una operación semejante, pero ciertamente debiera tenerla. Hay leyes contra lo que hace el FBI. Sus informantes, por instrucción del Buró, no solo erradican criminales, incitan a cometer crímenes y organizan su realización.

Esta interpretación de la situación ha sido planteada al Fiscal General Eric Holder. Su respuesta es que los que hacen estas acusaciones “no han verificado los hechos o no comprenden completamente la ley”. No es una respuesta muy satisfactoria. El FBI no nos dará todos los hechos y en muchos casos ha asegurado cuidadosamente que algunos de los hechos no sean registrados. Y, en cuanto al crimen de incitación, si se considera este tópico utilizando Wikipedia”, lo que obtiene es en parte: “El plan de cometer un crimen puede existir solo en la mente de una persona hasta que otras sean incitadas a participar, en cuyo momento el peligro social se hace más real. La ofensa se superpone a las ofensas de asesoría o proxenetismo como cómplice.” Es exactamente lo que hacen los informantes del FBI: son incitadores, proxenetas e instigadores.

Se puede continuar y leer en el artículo en Wikipedia que la incitación existe como crimen porque si se espera que sea cometido el crimen real: “Es demasiado tarde para evitar el daño. Por lo tanto la ofensa de incitación ha sido mantenida para permitir que la policía intervenga antes y así evitar el crimen que amenaza”. Es probablemente la parte de la ley que Holder piensa que no se comprende. Sin embargo en la campaña de “prevención” del FBI a menudo no existe evidencia de intención previa por parte de los que terminan por ser arrestados. Es decir, sin la intervención del informante, sin su incitación, no existe evidencia de que alguno de esos “criminales” instigados habría hecho algo malo. Si ese es el caso, parece que en estos incidentes, el FBI incita a otros a cometer actos criminales. Es algo ilegal y un abuso escandaloso del poder.

Si se analiza el tema, queda en claro que los responsables políticos del FBI han confundido el pensamiento y la acción. Es algo muy judeocristiano. ¿Es pecado el pensamiento o la acción? Según el Antiguo Testamento basta con el pensamiento. No hay que seducir a la mujer de tu prójimo para violar uno de los Diez Mandamientos. Todo lo que hay que hacer es “desearla”. Para llevar un poco más lejos la metáfora, ¿quién, en las historias de la Biblia, anda por ahí y alienta el pecado, primero en la mente y luego en la acción? Adán y Eva podrán haber pensado ocasionalmente en comerse esa manzana, ¿pero quién los incitó a hacerlo? Ahora tenemos al FBI recreando esa antigua historia. Y se han encargado de adoptar el papel del tentador y llevar a esa gente del pensamiento a la acción. Me parece que debe haber un atrevido caricaturista por ahí quien quisiera satirizar a Robert Mueller, actual director del FBI, dibujándolo con cuernos pequeños y una cola puntiaguda.

Peter Ahearn, agente del FBI en retiro que ha dirigido algunas de estas operaciones de instigación, se molestaría ante una caricatura semejante. Es uno de los mayores defensores de la “prevención”. Según el señor Ahearn es importante comprender con quién tiene que tratar el FBI. No son “gente real”. ¿Por qué? Ahearn dice que “la gente real no dirá ‘Sí, vamos a colocar una bomba en ese sitio’. La gente real llama a los policías.” ¡Ay!, han tratado de llamarlos. Mientras uno de los informantes más agresivos del FBI andaba “pescando” en las mezquitas del área de Los Angeles, representantes de la comunidad musulmana llamaron al FBI para informar que era un terrorista en potencia. No pasó nada. El FBI no actuó como debería haberlo hecho un “verdadero policía” y ni siquiera arrestó al sujeto. Los abogados de la comunidad no pudieron encontrar a nadie que lo arrestara y tuvieron que recurrir al tribunal para obtener una orden de protección judicial a fin de alejarlo de la comunidad. Cuénteme, Peter Ahearn, ¿cuántos “verdaderos policías” tenéis en la unidad antiterrorista del FBI?

Finalmente, hay una buena probabilidad de que la “prevención” haga que todos estemos menos seguros. Es porque es probable que el programa haga que cualquier “verdadero” lobo solitario actúe verdaderamente en solitario. Si hay alguien por ahí con verdaderas intenciones terroristas ahora ha sido advertido de que no comparta sus intenciones con nadie por temor a potenciales informantes. Actuará solo. De esa manera el camino está pavimentado de (supuestas) buenas intenciones.

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Lawrence Davidson es profesor de historia de la Universidad West Chester en West Chester PA.

Fuente: http://www.counterpunch.org/2011/08/30/the-fbi-goes-rogue/

viernes, 2 de septiembre de 2011

Cheney, Rumsfeld y el oscuro arte de la propaganda


Democracy Now!...02/09/2011

“Cuando se miente, se debe mentir a lo grande y ser fiel a esa mentira”, escribió Joseph Goebbels, el ministro de propaganda del Reich alemán en 1941. El ex Vicepresidente Dick Cheney parece haber tomado el famoso consejo nazi en su nuevo libro: “En mi tiempo”. Cheney continúa siendo fiel a sus convicciones en temas que van desde la invasión a Irak hasta el uso de la tortura. Durante una entrevista en el programa Dateline de NBC News, dijo en referencia a las revelaciones del libro: “Harán rodar muchas cabezas en Washington”. Las memorias de Cheney siguen a las de su colega y amigo Donald Rumsfeld. Mientras ambos promueven su propia versión de la historia, hay gente que los desafía y enfrenta.

El título del libro de Rumsfeld, “Conocido y desconocido”, proviene de una tristemente célebre respuesta que dio durante una conferencia de prensa en el Pentágono cuando era ministro de Defensa. El 12 de febrero de 2002, cuando intentaba explicar la falta de evidencias que vincularan a Irak con armas de destrucción masiva, Rumsfeld dijo: “Hay conocidos que conocemos, hay cosas que sabemos que sabemos. También sabemos que hay conocidos a los que desconocemos, lo que quiere decir que sabemos que hay algunas cosas que no sabemos. Pero también hay cosas desconocidas que desconocemos, aquello que no sabemos que no sabemos.”

La enigmática declaración de Rumsfeld se hizo famosa y emblemática de su desdén por los periodistas. Es considerada como un símbolo de las mentiras y manipulaciones que llevaron a Estados Unidos a la desastrosa invasión y ocupación de Irak.

Una persona que se convenció gracias a la retórica de Rumsfeld fue Jared August Hagemann.

Hagemann se enlistó en el ejército para servir a su país, para hacer frente a las amenazas que repetidamente mencionaba el Ministro de Defensa Rumsfeld. Cuando el soldado de comando del ejército de Estados Unidos recibió la citación para su más reciente despliegue (su esposa no recuerda si era el séptimo o el octavo), la presión fue demasiada. El 28 de junio de 2011, Jared Hagemann, de veinticinco años de edad, se disparó a sí mismo en la Base Conjunta Lewis-McChord, cerca de Seattle. El Pentágono indica que Hagemann murió a causa de una herida de bala “auto infligida”, pero aún así no lo llamó suicidio.

Jared había amenazado con suicidarse varias veces antes. No era el único. Según se informó, cinco soldados cometieron suicidio en Fort Lewis en julio. Se estima que más de trescientos mil soldados que volvieron de la guerra padecen trastornos de estrés post traumático o depresión.

La viuda de Hagemann, Ashley Joppa-Hagemann, se enteró de que Rumsfeld firmaría ejemplares de su libro en la base. El viernes 26 de agosto, Ashley entregó a Rumsfeld una copia del programa de los servicios fúnebres en memoria de su fallecido esposo. Ella me contó: “Le dije que quería que viera a mi esposo, y así conocería, así podría poner rostro a al menos uno de los soldados que han perdido sus vidas debido a sus mentiras en relación al 11/S.”

Le pregunté acerca de la respuesta de Rumsfeld: “Todo lo que recuerdo es a él diciendo ‘Ah sí, oí algo de eso.’ Y luego, todo lo que recuerdo es haber sido acosada por personal de seguridad, empujada hacia afuera y advertida de no regresar.” Desafortunadamente es el Sargento del Estado Mayor Hagemann el que nunca va a regresar a su esposa y a sus dos pequeños hijos.

En su entrevista para la NBC, Cheney afirmó haber desempeñado un rol en la renuncia del entonces Secretario de Estado Colin Powell. Consulté al respecto al ex jefe de despacho de Powell, el Coronel Lawrence Wilkerson, quien respondió: “Por los extractos que leí, vale decir que no he leído el libro completo, lo más penetrante que dice el vicepresidente en su libro es que tuvo algo que ver con el alejamiento de Colin Powell de su cargo en enero de 2005. Eso es un disparate total.” Más importante, sin embargo, resulta el decidido llamado de Wilkerson exhortando a que los involucrados en llevar al país a la guerra en Irak sean responsabilizados por sus actos, lo que implicaría castigo para él mismo. Un pilar central de la invasión a Irak fue el discurso de Powell del 5 de febrero de 2003 ante Naciones Unidas, en el que se expuso el caso de las armas de destrucción masiva. Wilkerson asume plena responsabilidad por la coordinación del discurso de Powell: “Desafortunadamente, y lo he reconocido muchas veces públicamente y en privado, fui la persona que preparó la presentación de Colin Powell ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el 5 de febrero de 2003. Probablemente fue el mayor error de mi vida. Lo lamento hasta el día de hoy. Lamento no haber renunciado en ese momento.”

Pregunté al Coronel Wilkerson qué piensa de grupos como el Centro por los Derechos Constitucionales y el abogado y bloguero Glenn Greenwald que han pedido el juicio penal de Cheney, Rumsfeld y otros funcionarios del gobierno de Bush. Me respondió: “Estaría dispuesto a testificar, y estaría dispuesto a enfrentar cualquier castigo que merezca.”

El Coronel Wilkerson dijo sobre el libro de Cheney: “Es un libro escrito sin miedo. Sin miedo de que un día alguien haga de Dick Cheney un ‘Pinochet’”. El Coronel Wilkerson se refiere al caso del dictador chileno Augusto Pinochet, que fue arrestado en Inglaterra y detenido durante un año antes de ser liberado. Un juez español quería que lo extraditaran para juzgarlo por crímenes contra la humanidad.

A pocos días del décimo aniversario del 11 de Septiembre y mientras aumentan las víctimas en todos los bandos, los libros de Rumsfeld y Cheney nos recuerdan una vez más cuál es la primera víctima de la guerra: la verdad.


Traducido por Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2011/9/1/cheney_rumsfeld_y_el_oscuro_arte_de_la_propaganda

jueves, 1 de septiembre de 2011





La experiencia de Libia y la necesaria unidad de Latinoamérica y el Caribe


Rebelión...01/09/2011




Lo ocurrido en Libia, donde el derecho internacional más elemental ha sido vergonzosamente despedazado, es una muestra ostensible de que estamos viviendo bajo una tiranía mundial capitalista. La crisis económica, energética y ecológica por la que atraviesa el mundo, llevará a que esa tiranía actúe cada día con más desenfreno y desfachatez. Jamás, por nada en el mundo, aunque los recursos no renovables se agoten velozmente, las potencias capitalistas, especialmente Estados Unidos, renunciarán al modelo de sociedad altamente consumista. Para esto, si tienen que asesinar a millones de personas en el mundo, lo harán con toda seguridad. Pretextos buscarán miles, pero cuando no las haya de todas formas impondrán la razón de la fuerza.

Lo acaecido en Libia crea un precedente nefasto para la historia de la humanidad y, a la vez, constituye un llamado de alerta importante para los países latinoamericanos y caribeños. Es indudable que los sectores más reaccionarios del imperialismo desearían hacer lo mismo o algo parecido a lo ocurrido en Libia, con países como Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y otros que se atreven a defender la soberanía nacional de la rapacidad imperial. La agencia Notimex, reportaba el pasado 22 de agosto que la congresista republicana Ileana Ros Lehtinen señaló que las naciones democráticas que expresan su solidaridad con los que luchan contra los dictadores en el Medio Oriente y África del norte, también tienen que apoyar a la oposición democrática dentro de Cuba. Es evidente que la Loba Feroz estaría muy contenta con una invasión de la OTAN a la Isla y que presionaría a favor de ello. Recordemos también que el estrecho aliado de la mafia anticubana, cómplice de George W. Bush y Tony Blair en la invasión a Iraq, José María Aznar, dijo solo hace unos meses: “no vale jugar a una cosa en Libia y a la contraria en Cuba” porque el “valor de la libertad es universal” y, por lo tanto, no se puede ejercer “a beneficio de inventario” o por “conveniencia”. Recientemente el periodista e historiador alemán, Ingo Niebel, advirtió en un trabajo periodístico que en caso de que se produjera una victoria militar sobre Gadaffi, “el imperialismo del norte: EE.UU, Gran Bretaña, Francia y Alemania, se podría sentir animado a exportar este modelo de “cambio de régimen” a otros países. Y no estaba equivocado, pues el pasado miércoles 24 de agosto, en una entrevista a Foreing Policy, Ben Rhodes, uno de los consejeros para asuntos internacionales de Obama, declaró que la administración estadounidense considera que “el desarrollo de la polémica operación en Libia demuestra lo acertada que es su nueva estrategia para el cambio de régimen en otros países”.

Está claro que bien distinta sería la historia en caso de una agresión militar del imperialismo contra Cuba o Venezuela. Estoy convencido de que ambos pueblos lucharían armados hasta la muerte contra el invasor hasta hacerle morder el polvo de la derrota o de lo contrario, entregarles un suelo bañado en sangre heroica. Pero una coalición político-militar de América Latina y el Caribe, tendría un fuerte carácter disuasivo. Hay que apoyar por todos los medios los llamados premonitorios del presidente venezolano Hugo Chávez, de blindar la región de posibles intervenciones como la de OTAN en Libia.

Se acerca la creación de la CELAC, un paso verdaderamente trascendental, pero no definitivo para la liberación de nuestro continente. Frente a la conocida Doctrina Monroe (América para los estadounidenses) de 1823, que tanto despojo, sufrimiento y muerte dejó en América Latina y el Caribe, los países de la región deberían declarar la “doctrina bolivariana del siglo XXI”: cualquier intento de potencia extranjera de agredir militarmente a alguno de nuestros pueblos será considerado una declaración de guerra contra el resto. Claro que esto no va a ser fácil, pues desgraciadamente aún tenemos en la región gobiernos que le hacen el juego al Norte, pero no hay otra alternativa que luchar denodadamente por una unidad inquebrantable que garantice la independencia de Nuestra América ante los vientos de conquista que con tanta fuerza soplan hoy en el mundo. Si algunos gobiernos poco visionarios o supeditados a Washington se oponen, los más preclaros y revolucionarios deben comenzar de inmediato a desbrozar el camino hacia una también estrecha alianza militar. Llevamos doscientos años desunidos frente al imperialismo, que ha sabido sacar pingues ganancias de nuestra división. En el marco de las conmemoraciones del bicentenario de la primera independencia de América Latina y el Caribe, no hay mejor homenaje a Túpac Amaro, Toussaint Louverture, Hidalgo, Artigas, Bolívar, Sucre, Morazán, O’Higgins, Martí y muchos otros de nuestros próceres, que la lucha por nuestra segunda y definitiva independencia y ella solo será posible si los gobiernos y pueblos de Nuestra América logran una sólida integración.