sábado, 4 de febrero de 2012


         
La agenda árabe en Siria está muy clara


Asia Times Online...04/02/2012

Puede apreciarse una deriva acelerada en las “democráticas” maquinaciones de la Liga Árabe, o más bien, de la Liga del CCG, porque el poder real en esta organización pan-árabe lo ejercen dos de las seis monarquías del Golfo Pérsico que componen el Consejo de Cooperación del Golfo, también conocido como Club de la Contrarrevolución del Golfo: Qatar y la Casa de los Saud.En esencia, el CCG creó un grupo en la Liga Árabe al objeto de controlar lo que está sucediendo en Siria. El Consejo Nacional Sirio –que tiene su sede en dos países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte: Turquía y Francia- lo apoyó con entusiasmo. Resulta elocuente que el vecino de Siria, el Líbano, no lo hiciera.
Cuando los más de 160 observadores, tras un mes de investigaciones, emitieron su informe… ¡sorpresa! El informe no se ajustaba a la línea oficial del CCG, que postula que el “malvado” gobierno de Bashar al-Asad está, unilateral e indiscriminadamente , matando a su propio pueblo y es por tanto necesario cambiar el régimen.
El comité ministerial de la Liga Árabe había aprobado el informe, con cuatro votos a favor (Argelia, Egipto, Sudán y el miembro del CCG: Omán) y un solo voto en contra, ¿adivinan de quién?: de Qatar, que está ahora presidiendo la Liga Árabe porque el emirato le compró su turno (rotatorio) a la Autoridad Palestina.
Por tanto, el informe fue ignorado (por los medios corporativos occidentales) o destruido sin piedad (por los medios árabes), prácticamente todos ellos financiados bien por la Casa de Saud, bien por Qatar. Ni siquiera se discutió, porque el CCG impidió que se tradujera del árabe al inglés y se publicara en la página web de la Liga Árabe.
Hasta que finalmente se filtró. Aquí está, al completo .
El informe es categórico. No hubo represión letal y organizada por parte del gobierno sirio contra los manifestantes pacíficos. En su lugar, el informe señala a bandas sospechosas como responsables de las muertes de los civiles sirios y de alrededor de mil efectivos del ejército sirio mediante la utilización de tácticas letales tales como la colocación de bombas en autobuses civiles, en trenes que transportaban diesel, en autobuses de la policía y en puentes y canalizaciones.
Una vez más , la versión oficial de la OTAN/CCG sobre Siria es la de un levantamiento popular aplastado con balas y tanques. A diferencia de los miembros de los BRICS, Rusia y China, y amplias franjas del mundo en desarrollo, que consideran que el gobierno sirio está combatiendo a mercenarios extranjeros fuertemente armados. El informe confirma en gran medida estas sospechas.
El Consejo Nacional Sirio es esencialmente una organización de los Hermanos Musulmanes afiliada tanto a la Casa de Saud como a Qatar, con un intranquilo Israel apoyando calladamente en la sombra. La legitimidad no llega exactamente en una taza de té verde. En cuanto al Ejército Sirio Libre, tiene en él desertores del ejército y bienintencionados opositores al régimen de Asad, pero la mayor parte del mismo está infectado de mercenarios extranjeros armados por el CCG, especialmente de bandas salafíes.
Pero nada desalentará a la OTAN/CCG, que en estos momentos no pueden aplicar su modelo para todo para promover la “democracia” bombardeando un país y librándose del proverbial dictador maléfico. Los dirigentes del CCG, la Casa de Saud y Qatar, rechazaron abiertamente su propio informe y fueron derechos al meollo del asunto: imponer un cambio de régimen impulsado por la OTAN/CCG a través del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Por tanto, la actual “deriva dirigida por los árabes en las Naciones Unidas para asegurar un fin pacífico a la campaña de diez meses de duración” en Siria no es más que un burdo intento de cambio de régimen. Los sospechosos habituales, Washington, Londres y París, se han visto obligados a quitarse de en medio para asegurarle a la auténtica comunidad internacional que esto no es otro mandato de bombardeo, a la libia, para la OTAN. La secretaria de estado Hillary Clinton lo describió como “una vía para una transición política que preserve la unidad y las instituciones de Siria”.
Pero los miembros de los BRICS, Rusia y China, lo ven como lo que es. Otro miembro de los BRICS, la India, junto con Pakistán y Sudáfrica, han planteado serias objeciones al borrador de resolución de las Naciones Unidas pergeñado por la OTAN/CCG.
No habría otra zona de exclusión aérea estilo Libia; después de todo, el régimen de Asad no está desplegando exactamente Migs contra los civiles. Rusia y China bloquearían de nuevo una resolución de la ONU pidiendo un cambio de régimen. Incluso en la OTAN/CCG se sienten confusos, porque cada uno de los bloques de actores –Washington, Ankara y el dúo de la Casa de Saud y Doha- tiene una agenda geopolítica distinta a largo plazo. Por no mencionar a Iraq, crucial vecino y socio comercial de Siria; Bagdad está oficialmente contra cualquier esquema de cambio de régimen.
Por tanto, aquí va una sugerencia para la Casa de Saud y para Qatar: Ya que tanto os seduce la perspectiva de una “democracia” en Siria, ¿por qué no utilizáis todo el armamento estadounidense y la invadís en mitad de la noche –como hicisteis en Bahrain- e imponéis vosotros mismos el cambio de régimen?
Pepe Escobar es corresponsal itinerante de Asia Times OnlineEs autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War(Nimble Books, 2007) y Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge Su ultimo libro es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Fuente:http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/NB04Ak01.html

viernes, 3 de febrero de 2012


 
El Consejo de Seguridad de la ONU es presionado para consumar la agresión a Siria


Rebelión...03/02/2012

Ya conocemos el texto de la resolución sobre Siria que Estados Unidos y sus aliados europeos y árabes quieren imponer en el Consejo de Seguridad de la ONU:
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/01/31/actualidad/1328039272_463449.html. Se trata de suplantar la voluntad popular y de decidir el futuro de esta nación árabe según los planes del imperio. Para ello, se fijan los siguientes objetivos:
─ Destitución del Presidente de la República de Siria.
─ Prohibición al Estado sirio de poder adquirir armas para defenderse (embargo similar al impuesto a la II República española, mientras Hitler y Musolini enviaban tropas y toda clase de armamento, incluidos aviones de guerra, a los militares sublevados).
─ Condena al gobierno sirio por el uso legítimo de la fuerza; silencio respecto a la agresión a militares y civiles por parte de mercenarios y bandas armadas.
─ Orden de retirada del ejército y de las fuerzas de seguridad sirias del escenario de los conflictos.
─ Llamada a los países miembros de la ONU a trabajar con la llamada «oposición siria».
─ “Alienta a todos los Estados a adoptar medidas similares” a las sanciones contra Siria ya adoptadas con anterioridad por la Liga Árabe. 
¿Quién ha presentado el texto de resolución? El representante del reino de Marruecos, monarquía que, como escribió Julio Anguita (La Clave, 21 de enero de 2005), “está asentada sobre prácticas conculcadoras de los Derechos Humanos en todas sus vertientes”. Un régimen que se ha caracterizado por la represión política (desde el asesinato de Ben Barka hasta la actual persecución de la población saharaui) y la corrupción (la fortuna del rey se estima en 2.500 millones de dólares, superior a la del emir de Qatar: http://oumma.com/10718/selon-un-hebdomadaire-francais-mohamed-vi-est-plus-riche-que-lemir-du-qatar).
Sabemos, sin embargo, que la redacción es anglofrancesa. Marruecos participa como actor de comparsa intentando dar un aire arabizante a lo que no es sino una conspiración occidental que sólo busca la descomposición del mundo árabe y el dominio sobre su petróleo (el control de los fosfatos del Sahara ya lo ejercen desde hace años). La «progresista» Secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha llegado a plantearse con todo cinismo un aparente dilema moral: “Tenemos que tomar partido. O estamos del lado del pueblo o nos convertimos en cómplices de la larga ola de violencia que vive el país”. Sí, si, “del lado del pueblo”… Como en Honduras, apoyando el golpe de Estado contra el presidente constitucional y tolerando los crímenes de la dictadura; como en Iraq y Afganistán, invadiendo estos países y arrasando a su gente; como en Oriente Medio, silenciando los crímenes de Israel contra el pueblo palestino y armando hasta los dientes al agresor; como antes en Chile, organizando el asesinato del presidente Allende y reprimiendo a sus ciudadanos; y como mucho antes en España, consolidando la dictadura del general Franco mientras instalaban sus bases militares en la península. 
El proyecto de resolución toma como base de actuación la línea antisiria que la Liga Árabe ha venido impulsando en los últimos meses a instancias de Arabia Saudí y las petromonarquías del Golfo, regímenes politicos donde no hay un átomo de democracia y donde son reprimidos los derechos civiles más elementales. “Las comunidades de muchos de los reyes musulmanes de hoy son casi exclusivamente asociaciones de estrictos clanes (…). Las masas son explotadas por los poderosos, y estos progresan apropiándose de los bienes de aquellos”, escribió el gran filósofo andalusí Averroes en el siglo XII, y pocos textos clásicos son más apropiados para describir esta casta de zánganos, criticados por los ilustrados pensadores islámicos desde Ibn Hazm de Córdoba hasta Mohámed Ábed Yabri.
Parece que el imperio de los Estados Unidos y sus acólitos europeos no encuentran argumentos más convincentes para imponer su hegemonía que la guerra, por un lado, y el modelo feudal de las carcomidas monarquías árabes, por otro. ¿Dónde están la civilización europea y la ilustración occidental que no se las ve por ningún sitio?

jueves, 2 de febrero de 2012


       
La USAID en Venezuela



La Jornada...02/02/2012

El castigado contribuyente de Estados Unidos (tan celoso de su bolsillo) podría preguntarse qué sentido tiene el despilfarro oficial de millones de dólares para acabar con el ultrademocrático presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Desde el fallido golpe de abril 2002, la ecuación no ha sido refutada: a mayor ayuda para fortalecer la oposición, mayor popularidad del líder bolivariano.El año entrante Chávez cumplirá 15 años al frente del architolerante proceso que viró de raíz el falso republicanismo del país andino-caribeño. Y en la actualidad, cuando se apresta para la tercera relección, los sondeos de opinión dan a Chávez más de 60 por ciento de popularidad.
¿Qué hizo la oposición con los 57 millones de dólares que recibió de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés)? ¿Cómo se financia hoy, cuando la Ley de Defensa de la Soberanía Política y la Autodeterminación Nacional prohíbe desde finales de 2010 el financiamiento externo para fines políticos?
La impetuosa investigadora y abogada estadunidense Eva Golinger nos recuerda que en enero 2002, cuando el señor Russell Porter llegó a Venezuela para dirigir la Oficina de Iniciativas hacia una Transición (sic, OTI, división de la USAID dedicada a la promoción de transiciones en países estratégicamente importantes para Washington), su tarea era ayudar con una transición hacia la democracia (sic).
Venezuela contaba desde finales de 1998 con un gobierno democrático que apoyaba la mayoría del país. Mas no a la medida del imperio… ¿Se entiende? Y a pesar de que Mark Feierstein (actual titular para América Latina de la USAID), tras mucho investigar descubrió (sic) que Chávez era “…extremadamente popular entre sus partidarios, aunque muchos se sienten incómodos con él” (sic). ¿Se refería a los que anhelaban radicalizar la revolución, o a los que lucran con el discurso revolucionario?
Porter no quiso ser menos, y luego de consultar a la oposición, escribió en un informe de 2002 (luego del golpe): “Hay un consenso de que Chávez no terminará el año como presidente. Para preservar la democracia, un apoyo inmediato es necesario para los medios independientes y la sociedad civil… Una de las grandes debilidades en Venezuela es la falta de una sociedad civil vibrante” (sic).
Según informes públicos emitidos en España por la Fundación de Relaciones Internacionales y Diálogo Exterior (FRIDE) –vinculada a la injerencista National Endowment Democracy (NED)–, la USAID/OTI desembolsó 10 millones de dólares (2001-05) para financiar alrededor de 64 grupos y programas.
La USAID aumentó su presupuesto y reorientó la estrategia de su gestión enfocándola en la juventud (sector que no había sido explotado), con talleres sobre cómo utilizar redes como Twitter y Facebook. Desde 2006, USAID gastó más de 34 por ciento del presupuesto en el país (15 millones), hasta completar 57 millones de dólares en 2010.
El patrón de financiamiento ha sido más o menos igual al de otros países peligrosos (Ecuador, Bolivia, Nicaragua…): apoyar a líderes e instituciones calificadas de moderadas, pero que en la práctica buscan la desestabilización de los gobiernos democráticos.
Documentos desclasificados del gobierno estadunidense revelan que en los meses previos al golpe de 2002, seis oficinas del Departamento de Estado gastaron 695 mil dólares para financiar conferencias y seminarios que favorecían a la oposición. La NED tenía un programa de 900 mil dólares que trabaja con el Instituto Demócrata (NDI), el republicano (IRI) y el Centro de Solidaridad Laboral, para fortalecer a la central sindical CTV.
Los programas de la USAID/NED/OTI, o sellos no lucrativos como Transparencia Internacional, de Alemania (TI), y Development Alternatives Inc (DAI, contratista del Departamento de Estado), financian y asesoran a partidos políticos, organizaciones no gubernamentales (ONG) y medios de comunicación vinculados al antichavismo.
El bosque de siglas y grupos mercenarios que viven de la USAID es frondoso. Sólo el Plan Consenso País aglutina organizaciones como Alianza Bravo Pueblo (Antonio Ledezma), Fedecámaras (Hugo Fonseca y Jorge Botti), Asamblea de Ciudadanos (Maxim Ross), RCTV (William Echeverría), Sinergia (Jorge Reyes), Cedice (Aurelio Concheso), la Iglesia Católica ( Mikel de Iana), Gente de Petróleo (Nelson Benítez), Alianza Cívica (Elías Santana), COPEI (Eduardo Fernández), Un Solo Pueblo (William Ojeda), Coordinadora Democrática (Diego Urbaneja), Asamblea de Ciudadanos (Axei Carriles), Acción Democrática (Ramón Rangel), CTV (Alfredo Padilla), Liderazgo y Visión (Alonso Domínguez), Red Democrática Universitaria (Tomás Páez), Visión Emergente (Cipriano Heredia) y Bandera Roja (Carlos Hermoso).
Lo cierto es que más allá de lo que se opine sobre Chávez, los expertos de la USAID que entrenan y capacitan a la oposición democrática, aseguran el futuro exitoso de la revolución bolivariana. Pues los unos han probado ser más torpes y brutos que los otros. Y hasta la fecha, no han podido encontrar un solo líder que los represente.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/02/01/opinion/027a1pol

miércoles, 1 de febrero de 2012


La utilización del “antisemitismo” como estrategia para la dominación e impunidad sionista


Rebelión...01/02/2012

No han transcurrido ni dos meses desde que se retiraron los últimos soldados estadounidenses del territorio iraquí, y ya el sionismo, mediante la intervención de los ejércitos de Israel, Estados Unidos y sus aliados globales, hace los últimos preparativos para la inminente agresión directa a Irán, la “amenaza islámica”. De nueva cuenta una de las principales estrategias con la que cuentan los sionistas en su afán por someter al Medio Oriente, acrecentar su poder en el planeta y perpetuar su impunidad en materia humanitaria, es valerse de la supuesta hostilidad y repudio mundial contra los judíos, desempeñando muy bien el rol victimista surgido tras el llamado holocausto nazi. En el presente escrito demostraremos de forma breve que no hay tal “antisemitismo” en el orbe, sino una crítica contra el accionar inmoral, prepotente y violento del movimiento sionista, que si bien engloba a numerosos judíos, no representa a la mayoría de éstos.En primer lugar es importante abordar algunos conceptos, específicamente judaísmo, semita y sionismo. El judaísmo, en términos estrictos, hace referencia a una religión y no a una “raza”, etnia o a un Estado, aún cuando Israel es su representación político-territorial-administrativa (por ahora) en el planeta. Insistir en darle una connotación racial o étnica al judaísmo no es más que repetir necia o malintencionadamente la misma falacia, considerando, por ejemplo, que numerosos judíos actuales no tienen nada que ver con aquellos hebreos que vagaron mucho tiempo por el desierto, quienes tampoco constituían una etnia diferenciadora o algo por el estilo. En definitiva el judaísmo es una religión y nada más, tal como lo es el cristianismo, el islamismo, el budismo y otros conjuntos de creencias espirituales.
En cuanto a la palabra semita, téngase en cuenta que engloba a los descendientes de Sem, (hijo de Noé según la Biblia), hablantes de lenguas pertenecientes a la familia semítica: hebrea, árabe, aramea y otras. Como se aprecia, no sólo los judíos hablantes de hebreo se pueden considerar semitas, por lo que el antisemitismo equivaldría a odiar prácticamente a todos los habitantes del Cercano y Medio Oriente. Por esta razón algunos judíos sionistas de manera “inteligente” han optado por calificar como judeofobia y no como antisemitismo a lo que ellos consideran como odio por los judíos.
Respecto al sionismo, es importante su correcta definición para diferenciarlo del judaísmo. A grandes rasgos se trata de un movimiento que trasciende el ámbito religioso, y en teoría defiende los derechos de los judíos en el mundo entero; de esta manera su origen como organización política, a finales del siglo XIX, habría respondido a las continuas agresiones y persecuciones sufridas por los judíos, específicamente en el continente europeo. Entre sus principales objetivos figuraban la unidad de los judíos y el establecimiento de un Estado “judío”, lo que finalmente lograron en la “Tierra Prometida”, actual Israel. Considérese, no obstante, que el sionismo estuvo integrado desde sus comienzos por una minoría con notable influencia en Europa, y su verdadero fin abarcó en lo sucesivo mucho más que el simple “altruismo” pro-judío, como ya veremos. En nuestros días el sionismo agrupa mayoritariamente a judíos con gran influencia económica, política, social, académica y militar en el orbe; también hay algunos no judíos que simpatizan de alguna manera con el judaísmo. Eso sí, hay que advertir que la mayor parte de los judíos no comulga con el sionismo, considerando que en el mismo Israel hay quienes rechazan de plano al movimiento sionista. De acuerdo a lo que se aprecia en este párrafo, la diferencia clave entre el sionismo y el judaísmo, además de que el primero trasciende el ámbito religioso, radica en que ni todos los sionistas son practicantes de la religión judía, ni la mayoría judía apoya al sionismo. Queda claro, entonces, que sionismo y judaísmo no son sinónimos, aunque ciertamente hay judíos sionistas en diversos puntos cardinales.
Ahora bien, a pesar de que se evidencia que sionismo y judaísmo no son lo mismo, toda aquella crítica que a nivel global se emprende contra el poder de los sionistas, es calificada por éstos, e incluso por algunos judíos indiferentes al sionismo, como antisemita o judeofóbica. Si bien las críticas apuntan en buena medida a judíos prominentes (obviamente partidarios del sionismo) no significa en modo alguno que se ataque al judaísmoper se; solamente la discriminación practicada por algunos grupos numéricamente insignificantes, como los neonazis, puede considerarse en términos estrictos como judeofobia. Entonces, ¿por qué insiste la maquinaria propagandística del lobby sionista en hacer creer que a la mayoría de los judíos se les odia en diversas partes del mundo? ¿Por qué se sigue explotando al holocausto nazi y otros episodios de sufrimiento judío en beneficio de intereses mezquinos?. Para responder a esto es necesario comenzar con un bosquejo de lo que representa el sionismo en la actualidad.
Entender lo que significa el sionismo en nuestros días es entender la evolución del movimiento desde el mismo siglo XIX. En este contexto es importante señalar que los sionistas fueron ganando notoriedad global en los diversos ámbitos de la vida, desde la posesión de un importante capital financiero, industrial y comercial, hasta una influencia marcada en la geopolítica planetaria. Desde el punto de vista económico los sionistas, en su mayoría judíos, sacaron bastante provecho del capitalismo, entendiendo casi a la perfección que la explotación bestial del hombre, las elevadas tasas de ganancia y la irracional destrucción del medio geográfico, conducían ineludiblemente a una enorme acumulación de capital y a la consiguiente riqueza. Es así como los sionistas han llegado a ser protagonistas de la corporocracia que domina al mundo actualmente, y que intenta implantar un Nuevo Orden Mundial capitalista. De hecho, los judíos sionistas son, hoy por hoy, propietarios, gerentes o accionistas importantes de grandes bancos y de empresas petroleras, comunicacionales, informáticas, automotrices, farmacéuticas, alimentarias y otras:
Los directivos y accionistas de las primeras treinta megaempresas trasnacionales y bancos (las más grandes del mundo) que cotizan en el indice Dow Jones de Wall Street, son mayoritariamente de origen judío.
Megacorporaciones del capitalismo sin fronteras como Wal-Mart Stores, Walt Disney, Microsoft, Pfizer Inc, General Motors, Hewlett Packard, Home Depot, Honeywell, IBM, Intel Corporation, Johnson & Johnson, JP Morgan Chase, American International Group, American Express, AT & T, Boeing Co (armamentista), Caterpillar, Citigroup, Coca Cola, Dupont, Exxon Mobil (petrolera), General Electric, McDonalds, Merck & Co, Procter & Gamble, United Technologies, Verizon, son controladas y/o gerenciados por capitales y personas de origen judío”.
(Manuel Freytas“El poder oculto: De donde nace la impunidad de Israel”. http://danipirata80.wordpress.com/2011/11/10/el-poder-oculto-de-donde-nace-la-impunidad-de-israel/).
Mediante este notable poder económico los sionistas llegaron a tener gran influencia en la geopolítica global, surgiendo de esta manera el lobby sionista, que tiene entre sus principales representantes al Gobierno de Estados Unidos y a ciertos sectores poderosos en el país norteamericano y en Israel. Ha sido tan relevante la participación de este lobby en Estados Unidos, que ha determinado en buena medida la política interna y externa de esta nación desde hace un buen tiempo. Al respecto el intelectual estadounidense James Petras indica lo siguiente:
Aquí en el Congreso norteamericano los sionistas han conseguido más de tres cuartas partes del Congreso para repudiar el informe de 500 páginas documentado por Goldstone que no sólo es un juez respetado sino que él mismo es un judío que incluso apoya a Israel en términos generales. Y eso otra vez muestra el tremendo poder que tienen los sionistas controlando toda la conducta y política norteamericana en relación con el Medio Oriente, en particular cualquier cosa vinculada con Israel (…)
Hay 51 organizaciones sionistas en EE.UU. que representan un 25 ó 30 por ciento de lo que llaman judíos (…), entre aproximadamente 6 millones hay organizados 2 millones pero entre ellos hay muchos multimillonarios fanáticos que tienen dinero para financiar campañas. Y segundo, hay un compromiso ideológico entre muchas personas organizadas a favor de Israel, que esta red se apoyan unas a otras en el avance y ubicación de sionistas en el gobierno. No es simplemente casual, no es una decisión individual. Hay un nepotismo que opera porque comparten una ideología. Hay una militancia muy fuerte, hay autodisciplina y organización que pasa línea”. 
(James Petras, “El sionismo se ha adueñado de los centros de poder en Estados Unidos”. http://www.aporrea.org/ddhh/n144951.html).
Como uno de los principales objetivos logrados por los sionistas en el siglo XX, está haber creado el Estado de Israel a finales de la década de 1940, naturalmente con el apoyo decidido de Estados Unidos. Desafortunadamente la creación de esta entidad significó una nueva desgracia en la historia tortuosa del pueblo palestino, con la pérdida territorial progresiva y el confinamiento de sus pobladores. Hoy día Israel avanza con la ocupación de tierras palestinas mediante la política de estímulo al asentamiento de colonos, mientras que su ejército continúa reprimiendo a quienes se rebelan frente a la dominación judeosionista. Por esto se considera a Israel como un Estado terrorista, y en su rol de representante de los oscuros intereses sionistas en el Medio Oriente, se enfoca ahora en agredir de lleno a Irán y otras naciones de la región, intentar un control territorial mayor y tener acceso fácil a recursos energéticos.
En los párrafos precedentes se aprecia de forma sucinta todo el poder global que caracteriza a los sionistas, situación que ha generado durante los últimos años una serie de críticas, en especial contra el dominio económico y el terrorismo que el Estado de Israel ha ejercido contra algunos pueblos del Medio Oriente. Es evidente que quienes luchan por un mundo anticapitalista y libre del terrorismo estatal propio del establishment “democrático”, han sido los principales detractores de la opresora política sionista, y por tanto considerados como antisemitas o judeófobos en potencia. En términos generales la supuesta judeofobia manifestada por diversos críticos, ha sido bien explotada por los sionistas en dos sentidos: 1) Desviar la atención que se ha prestado al creciente dominio capitalista de los judíos sionistas, y por tanto a la influencia del lobby sionista en el orbe; y 2) Restar valor a las numerosas denuncias que se han hecho en materia de Derechos Humanos, particularmente en el caso del terrorismo continuo ejercido por Israel contra mujeres, niños y ancianos palestinos.
En el primer caso el “antisemitismo” ha sido utilizado como una estrategia para ocultar a las masas el dominio creciente de los sionistas en el contexto de la corporocracia, y en el segundo como estrategia para perpetuar la impunidad del Estado terrorista de Israel en la agresión sistemática contra los pueblos vecinos, fundamentalmente contra los palestinos. Y vaya si en el segundo caso ha funcionado la estrategia para el lobby sionista, considerando que sucesivos Gobiernos de Israel incluso han hecho caso omiso de sendas resoluciones de la ONU en materia humanitaria, asunto en el que no parece haber fuerza humana capaz de meter en cintura a los sionistas. Más aún, cuando el ejército israelí masacró a civiles en Gaza a finales del 2008, fueron tildados de terroristas nada más y nada menos que los propios palestinos, y toda denuncia surgida contra el sangriento hecho fue calificada como antisemita no sólo por los sionistas, sino por algunos judíos no sionistas ignorantes del nefasto papel jugado por Israel en el Medio Oriente:
(…) comunidades y organizaciones judías a escala planetaria apoyaron explícitamente la masacre de civiles en Gaza argumentando que se trataba de una “guerra contra el terrorismo”.
A pesar de que Israel no invadió ni perpetró un genocidio militar en Gaza con la religión judía, sino con aviones F-16, misiles, bombas de racimo, helicópteros Apache, tanques, artillería pesada, barcos, sistemas informatizados, y una estrategia y un plan de exterminio militar en gran escala, quien cuestione esa masacre es condenado por “antisemita” por el poder judío mundial distribuido por el mundo.
Las campañas de denuncia de antisemitismo con las que Israel y las organizaciones judías buscan neutralizar a las críticas contra la masacre, abordan la cuestión como si el sionismo judío (sostén del estado de Israel) fuera una cuestión “racial” o religiosa, y no un sistema de dominio imperial que abarca interactivamente el plano económico, político, social y cultural, superando la cuestión de la raza o de las creencias religiosas”.

(Manuel Freytas, “El poder oculto: De donde nace la impunidad de Israel”. http://danipirata80.wordpress.com/2011/11/10/el-poder-oculto-de-donde-nace-la-impunidad-de-israel/).
Para que la estrategia del “antisemitismo” haya tenido tan significativo impacto a nivel mundial, los sionistas han tenido que apelar a ciertos recursos y acciones:
  1. Estigmatización. En este sentido de trata de avergonzar e intentar hacer aflorar un sentimiento de culpa en los críticos al poder sionista, explotando en este aspecto las agresiones masivas y persecuciones sufridas por los judíos a lo largo de la historia, en especial durante el holocausto nazi. Aquí los sionistas se han apoyado en el control que tienen de una parte de la mass media, para crear una imagen victimista y distorsionada (eminentemente positiva) de sus miembros dispersos en el planeta y del Estado de Israel. A manera de ejemplo, considérese que la gran industria del cine estadounidense, asentada en Hollywood, ha sido un ente propagador de las “bondades” del sionismo global, y en las películas allí producidas jamás se ha hecho referencia a la perniciosa influencia mundial del lobby sionista, y menos aún al terrorismo ejercido por Israel contra los pueblos vecinos. Ha sido tan efectivo este recurso, que ante la simple idea de ser juzgados moralmente como judeófobos, muchos han preferido no opinar.
  2. Intimidación y agresión. Cabe destacar en este contexto la creación de organizaciones pro-sionistas y la utilización del “antisemitismo” como justificativo de asesinatos “selectivos” y de acciones militares. Por un lado es importante tener en cuenta que en casi todas aquellas naciones con presencia de judíos poderosos, fueron creadas organizaciones que representaran sus intereses. Una de sus funciones, bien aprovechada por los sionistas, es la de replicar a cualquier opinión o hecho que sus dirigentes consideren como antisemita, regularmente a escala judicial. De manera que cualquier individuo que ose atacar con su pluma o con su discurso oral al poder sionista en cualquier rincón de la Tierra, pudiera ser obligado a acudir a un tribunal y condenado por un delito existente sólo en la mente de oscuros personajes. Incluso en Estados Unidos hay un organismo, conocido como Liga Antidifamación, que se dedica exclusivamente a amenazar a todos los detractores del lobby sionista. Por otro lado los sionistas se han escudado en el supuesto antisemitismo para amenazar y actuar de una forma mucho más directa y siniestra contra sus enemigos; es así como las agencias de inteligencia y fuerzas armadas subyugadas a sus intereses han secuestrado y torturado a supuestos terroristas, han ejecutado asesinatos individuales y masivos, y actualmente preparan la agresión contra Irán, a cuyo Gobierno lo acusan de represivo y antisemita, y por tanto de ser un peligro para la existencia de los pueblos vecinos, incluido obviamente Israel. Téngase en cuenta que el sionismo es uno de los artífices de una matriz de opinión bien difundida en el orbe, según la cual Irán estaría fabricando armas nucleares no sólo para acabar con Israel, sino con media humanidad.
  3. Otros.
Ha sido tan importante la utilización del “antisemitismo” como estrategia para favorecer los intereses sionistas globales, que la necesidad de mantener su impacto permanente sobre las masas ha impulsado la realización de propaganda judeofóbica por parte de los mismos sionistas, de la que evidentemente han responsabilizado a quienes han denunciado al lobby. En este contexto han sido bien eficaces las campañas mediáticas y el papel desempeñado por supuestos detractores del sionismo, quienes al atacar indiscriminadamente a todos los judíos, han servido en bandeja de plata una excusa perfecta para perpetuar el dominio sionista escudado en la victimización.
Para finalizar el presente escrito, es necesario advertir que debemos estar en permanente estado crítico y reflexivo frente a las pretensiones cada vez más nefastas del sionismo y sus aliados en el planeta entero. Por mucho que se nos considere como antisemitas, judeófobos o como les venga en gana a instituciones, medios e individuos pro-sionistas, no podemos hacernos de la vista gorda ante la triste realidad actual, que a decir de algunos analistas podría incluso desembocar en una tercera Guerra Mundial, si es que ya no la estamos viviendo.