sábado, 30 de junio de 2012


       
El espejo paraguayo


La Jornada...30/06/2012

Un golpe de Estado es una acción desde arriba para interrumpir un proceso político. No importa quién la realice ni los métodos que utilice. Los golpes al estilo del que derrocó a Salvador Allende cayeron en desuso, por el alto costo internacional que tienen.
El golpe de Estado que apartó a Fernando Lugo de la presidencia de Paraguay se inscribe dentro de la nueva modalidad inaugurada con el derrocamiento de Manuel Zelaya en Honduras, en junio de 2009, por la Suprema Corte de Justicia. Es un nuevo tipo de golpe que comenzó a implementarse luego del estrepitoso fracaso del golpe al viejo estilo contra Hugo Chávez el 12 de abril de 2002. Cuando los sectores populares aprendieron a desbaratar el golpe clásico, aparece esta nueva modalidad de golpe institucional.
En los últimos 20 años los únicos golpes exitosos al viejo estilo sucedieron en Haití: en 1991 el general Raoul Cedrás derrocó a Jean Bertrand Aristide, y en 2004 sucedió algo similar, pero con la participación de tropas de Canadá, Francia y Estados Unidos. En 13 de los 15 casos en los que un presidente latinoamericano no pudo terminar su mandato fue porque la presión popular forzó la dimisión.
Lo destacable es que el método de la destitución por organismos del Estado es idéntico en los casos en que se hace a favor y en contra de los sectores populares. En Ecuador, Abdalá Bucaram y Lucio Gutiérrez fueron destituidos por el Congreso en medio de levantamientos populares. Por eso no sirve focalizarse en las formas, sino en los procesos. El nuevo golpismo puede repetirse en cualquier país de la región, ya que las clases dominantes retomaron su ofensiva y se ponen al servicio de un Pentágono deseoso de desestabilizar.
La caída de Lugo, como toda crisis política, desnuda los cambios que se están produciendo en la región desde que Barack Obama definiera la Nueva Estrategia de Defensa.
En primer lugar, la masacre de Curuguaty y el golpe contra Lugo fueron posibles por la alianza entre el agronegocio, los terratenientes propietariosde tierras malhabidas durante la dictadura de Stroessner, las mafias del contrabando y el narcotráfico, con sus ramificaciones en los medios de comunicación, el Estado y las iglesias. La gira regional del secretario del Pentágono, Leon Panetta, en abril pasado, parece haber sido una señalque activó a las derechas (La Jornada, 18/5/12).
El Pentágono tiene una larga experiencia en la aplicación de la “doctrina del shock”, que pasa por la destrucción de naciones enteras para reconstruirlas al servicio del capital y de la potencia hegemónica. La decadencia de Estados Unidos hace que la única estrategia viable sea la dominación sin hegemonía, que sólo necesita la fuerza militar; por eso la nueva estrategia instala la violencia golpista en el centro del escenario político.
En segundo lugar, el modelo económico extractivo, asentado en la minería a cielo abierto, los monocultivos y las megaobras de infraestructura, fortalece a las clases dominantes y al imperio, debilita a los sectores populares, pone en riesgo a los movimientos y las libertades democráticas.
Los gobiernos que han optado por profundizar este modelo se están enajenando el apoyo popular y, a la vez, están dando vida a sus propios sepultureros, como sucedió en Paraguay, donde el crecimiento exponencial de los cultivos de soya no hizo más que fortalecer a los usurpadores de tierras y a los asesinos de campesinos.
En tercer lugar, el movimiento campesino de Paraguay recorrió en medio siglo un camino del que algo podemos aprender para enfrentar el nuevo escenario. En la década de 1960 se crearon las Ligas Agrarias, impulsadas por las comunidades eclesiales, un impresionante movimiento de base que cambió la historia de los de abajo. A mediados de la década de 1970 fueron salvajemente reprimidas por el régimen de Stroessner. En 1980, sobre sus cenizas se crea el Movimiento Campesino Paraguayo. Hasta aquí la trayectoria habitual bajo dictaduras: organización-represión-reagrupamiento.
En la década de 1990, en democracia, el movimiento crece y gana visibilidad, pero se fragmenta. Aun así, la lucha por la tierra se intensifica y el movimiento irrumpe en la crisis política de 1999 por el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña, creando un hecho político trascendente como el marzo paraguayo, que provocó la primera derrota de los herederos demócratas de la dictadura. El golpista Lino Oviedo huye a Argentina y el vicepresidente Raúl Cubas se asila en Brasil.
En 2002 la unidad de acción de todo el sector campesino-popular en el Congreso Democrático del Pueblo, donde confluyeron 60 organizaciones, impidió la privatización de empresas estatales y frenó la aprobación de una ley antiterrorista. Pese a las divisiones los movimientos fueron capaces de volver ingobernable la democracia de baja intensidad y derrotar el modelo neoliberal.
Ese escenario creado desde abajo tapizó el camino de Lugo a la presidencia en 2008. Los movimientos más importantes –no todos– optaron por crear partidos, o sea institutos del Estado financiados por el presupuesto, según el feliz aserto de Adolfo Gilly (La Jornada, 27/6/12). Se profundizaron la división y la atomización. Después de 2008 una parte de los mejores dirigentes se convirtieron en funcionarios y se instalaron en la capital, convencidos de que es el camino para adquirir más fuerza. Hoy, salvo excepciones, los movimientos sufren su mayor debilidad en décadas.
Medio siglo de movimiento campesino, el principal movimiento antisistémico del Paraguay, muestra que no hay atajos que puedan sustituir el conflicto de clases. Que la presión internacional por sí sola no puede modificar la relación de fuerzas. Que hay varios tipos de derrotas. Que la derrota por represión no es tan destructiva como la institucionalización. Que sólo podemos frenar la ofensiva del capital y del imperio en calles y plazas, y que lo demás es un espejismo, necesario para sobrevivir, dicen algunos, pero espejismo al fin.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/06/29/index.php?section=opinion&article=021a1pol

viernes, 29 de junio de 2012


           
¿Qué podemos esperar de las próximas elecciones presidenciales?


Alainet...29/06/2012

El domingo entrante, el 1° de julio de 2012, elegiremos al próximo presidente de México para el periodo 2012-2018. También renovaremos al Congreso de la Unión de la siguiente forma: 500 diputados (300 de mayoría relativa y 200 de representación proporcional), 64 senadores (32 de primera minoría y 32 de representación popular) y además habrá 15 elecciones locales y dos extraordinarias en las que se elegirán siete gubernaturas, 15 congresos estatales y el 72 por ciento de los municipios. Los estados que renovarán gobernador son Chiapas, Distrito Federal (jefe de gobierno), Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco y Yucatán.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) busca el carro completo, es decir, recuperar la presidencia de la República, la mayoría en el Congreso de la Unión y las gubernaturas en disputa. Además, pretende un amplio margen de victoria y evitar con ello una reedición del 2006. Para lograr lo anterior ha intentado proyectar la imagen de un nuevo PRI, una vez entendido que los ciudadanos mexicanos buscaron el cambio en el 2000, beneficiando en ese entonces con su voto a Vicente Fox Quesada, del Partido Acción Nacional (PAN).

La primera elección presidencial del siglo XXI fue importante porque además de dar término a un régimen de más de 70 años presentó una campaña moderna con un uso de la mercadotecnia política que rompió los esquemas en México. El expresidente de Coca Cola en México se hizo al panismo y supo imponerse como el candidato a base de un liderazgo campirano, con un discurso franco y altanero que trajo frescura ante las costumbres de la clase política. Fox se supo vender como un producto acorde con las tendencias mercadológicas del momento.

Pareciera que en este 2012 el PRI ha aprendido la lección y tiene un proyecto similar para el proceso electoral que está a escasos días de culminar. Sabedores que su pasado es su debilidad, quienes influyen en las decisiones del PRI buscaron un nuevo rostro para su partido, que debía ir de la mano de un candidato en esa tesitura. Enrique Peña Nieto, un hombre joven, fue el elegido y junto con él un plan bien pensado para recuperar la silla presidencial.

Hoy sabemos que detrás de ese plan existe una alianza con la principal empresa televisora del país, Televisa, para hacerse cargo de la proyección de la imagen deseada. Desde que Peña Nieto gobernaba el Estado de México hubo contratos con la televisora a fin de dar a conocer sus logros y callar sus fallos. Por ser un tipo bien parecido -que raya en el estereotipo de metrosexual-, por haber contraído matrimonio con la actriz Angélica Rivera y por sus constantes apariciones en revistas del jet set, parecía un candidato tipo vanidades que contaba con una preferencia electoral por arriba del 50 por ciento desde antes de ser ungido como el candidato de su partido.

En 2005 la revista Proceso detalló la alianza Televisa-Peña Nieto, cuando éste era gobernador del Estado de México. Siete años después retoma el tema el periódico británico The Guardian. El 8 de junio el rotativo publicó un conjunto de documentos de 2005 que supuestamente detallaban la venta por parte de la cadena de cobertura favorable a ciertos políticos, entre los que estaba incluido Peña Nieto, mientras se desprestigiaba a otros, principalmente a López Obrador. Este 27 volvió a afirmar que una unidad secreta de Televisa estableció y financió una campaña a favor de Peña Nieto.

El PRI decidió aliarse con el PVEM (Partido Verde Ecologista de México) y el Panal (Partido Nueva Alianza) y conformar así la coalición Compromiso por México. Sin embargo, para contar con un rostro nuevo, la presencia de la maestra Elba Esther Gordillo, fundadora del Panal y líder vitalicia del sindicato de maestros, esto resultaba una contradicción que podría costar caro a la idea original, puesto que la expriista tiene muchos enemigos en su otrora partido y representa una figura de cacique sindical. De tal modo, se decidió romper con el Panal el 19 de enero de este año, pero no en todos los casos; persistieron alianzas entre ambos partidos en elecciones locales y para legisladores en algunos estados.

A la vieja usanza, exservidores públicos priistas estaban listos para incorporarse a la campaña de Peña Nieto o de asegurar un lugar como diputados o senadores y conseguir así la ansiada inmunidad política. Pero en una medición de los posibles daños no fueron nombrados exgobernadores priistas como Fidel Herrera, de Veracruz; Humberto Moreira, de Coahuila; ni Mario Marín, de Puebla. Se ha cuidado evitar escándalos por corrupción u otras actividades ilícitas de viejos cuadros priistas. Sin embargo, sí continúa un candidato a diputado con enriquecimiento inexplicable y se trata del líder del sindicato de trabajadores del petróleo, Carlos Romero Deschamps, quien dejó de aparecer en los mítines de apoyo a Peña Nieto, con tal de evitar la foto de priistas de viejo cuño con el rostro nuevo.

La campaña electoral del PRI ha sido impecable y Peña Nieto un candidato muy disciplinado, quien gracias a su popularidad ha sorteado dificultades como el no ser un político letrado expuesto en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, en diciembre pasado, o que no supiera cuál es el salario mínimo en México o el precio de la tortilla.

Su amplia ventaja de alrededor de 15 puntos porcentuales desde el inicio de la contienda electoral daba la impresión de que todo estaría decidido para el 1° de julio, que sólo le haría falta al PRI asegurar la mayoría de los diputados y senadores para poder modificar a modo a las leyes y emprender así las estructuras que considere necesarias para el país. Hablamos de restaurar el viejo régimen con un presidente cuya fuerza iría acompañada de la mayoría de los legisladores.

¿Cuál parecía la principal amenaza al proyecto priista? Una oposición fuerte que sólo se veía posible en una alianza PAN-PRD. Esto tuvo algunos ensayos como en Oaxaca, donde la Coalición Unidos por la Paz y el Progreso comprendía los partidos PAN, PRD (Partido de la Revolución Democrática), PT (Partido del Trabajo) y Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) y que derrotó al PRI, eligiendo como gobernador a Gabino Cué Monteagudo. Pero la posibilidad de una alianza para las elecciones federales se vio truncada en el Estado de México, donde no se reeditó la experiencia aliancista y el PRI retuvo el poder con Eruviel Ávila.

Las campañas electorales parecían no animar al electorado y junto con el alto abstencionismo registrado en las elecciones locales e intermedias para legisladores crecía la posibilidad de un alto abstencionismo para esta elección presidencial. Pero un actor irrumpió en el escenario y ha animado el proceso electoral: el viernes 11 de mayo Enrique Peña Nieto fue abucheado por estudiantes de la Universidad Iberoamericana y le recriminaron su relación con el expresidente Carlos Salinas de Gortari y su responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos en el municipio de San Salvador Atenco, así como los feminicidios durante su mandato en el Estado de México.

Quien pareciera intocable, de la noche a la mañana fue vulnerable, gracias a los estudiantes. La ríspida reacción del presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, produjo la solidaridad de otros estudiantes, sobre todo del ITAM y la posterior conformación del movimiento #yosoy132 –pues se decía que el aforo de la ibero era de 131 estudiantes. Esta movilización estudiantil se ha convertido en la primera en México en contra de un candidato presidencial. A su vez ha tenido una coordinación por las redes sociales nunca antes visto en el país y por si fuera poco ha dado en el clavo al oponerse a la manipulación e imposición de un candidato por parte de una televisora y señalar que no existe un nuevo PRI.

Muchas de estas denuncias ya habían sido expresadas, sobre todo por Andrés Manuel López Obrador, candidato de la alianza Movimiento Progresista (compuesto por el PRD, PT y MC), pero gracias a estos jóvenes los escépticos a López Obrador tuvieron interés en sus denuncias y también muchos ciudadanos voltearon a ver con nuevos ojos el proceso electoral, hasta pensar que el abstencionismo rondará el 40% del electorado y no más como se esperaba.

Un aspecto más que encendió los focos rojos en el PRI fue la encuesta de Reforma publicada el 31 de mayo pasado, en que ponía a López Obrador en segundo lugar de las preferencias electorales, por vez primera arriba de la panista Josefina Vázquez Mota y a tan solo 4 puntos porcentuales de Peña Nieto. Parecía que se lograba lo impensable desde finales de 2011: una elección cerrada. Esto desató una guerra sucia contra López Obrador al estilo del 2006. Ha sido la única encuesta cerrada y el mismo Reforma ya publicó una más donde nuevamente hay una diferencia de alrededor de 13 por ciento.

El detonante para avivar las campañas electorales fue el movimiento #yosoy132; la confirmación de que las cosas venían cambiando, la encuesta de Reforma del 31 de mayo; la reacción más visible, la guerra sucia, el torpedeo contra López Obrador.

Si bien es difícil creer que realmente vaya a haber una elección cerrada, se están dando las condiciones para que los resultados sean impugnados. Y es que sí ha habido visos de iniquidad en las campañas electorales y se han presentado denuncias de probable compra y coacción de votos a través de sindicalistas del magisterio y ferrocarrileros enrolados como observadores electorales. Se publicó un video en youtube de una bodega de la Secretaría de Educación de Veracruz llena de despensas y herramientas presuntamente para comprar votos a favor de los candidatos priistas. El apoyo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en esta operación confirmaría que el nuevo PRI mantiene prácticas nocivas para la democracia.

La edición última de la revista Proceso –la del 24 de junio- publicó que esto se trata de algo más que un caso aislado, es una estrategia de enorme envergadura denominada Ágora. En ese plan se considera cubrir todas las casillas electorales con observadores electorales emanados de los sindicatos afines al PRI con un los propósitos de coaccionar o comprar los votos a favor del PRI, vigilar que esto se realice y manifestar que la jornada fue legítima o lo contrario en caso de perder la casilla. Ágora tiene un complejo análisis de fuerzas en cada distrito electoral y de acuerdo a las posiciones de los partidos se han determinado años atrás los pasos a seguir. Si la oposición es más fuerte se ha comprado a los líderes tanto del PAN como del PRD para su causa con todo y simpatizantes.

Por último se ha calculado contar con al menos el 30 por ciento de los votos para garantizar el triunfo y la estrategia ha sido por medio de las pirámides en que una persona convence y asegura que otras diez vayan a votar y esas diez a su vez se compromenten –con pago de por medio- a hacer lo mismo. Esto tiene un alto costo y recién se descubrió que hay un monto de 56 millones de dólares para tal efecto en una cuenta colocada en Monex y que distribuye el dinero en tarjetas tipo débito.

El PAN hizo la denuncia penal y demandó que congelen esa cuenta bancaria a fin de evitar la compra y coacción de los votos. Pero el secreto bancario lo impide a menos que medie una orden judicial, misma que tardaría más allá del 1° de julio. Lo que en cualquier otro país sería motivo de conflicto y crisis prelectoral, en México parece imposible hacer algo al respecto y sólo basta que los políticos nieguen que esto esté sucediendo.

Ante este escenario, sea cual sea el resultado de las votaciones habrá denuncias de fraude electoral y nos encaminaremos a un conflicto postelectoral, sin importar el margen de ventaja. El movimiento antiPeña y crítico de la manipulación televisiva encontrará cauce en uno encabezado por López Obrador, apoyado por algunos sindicatos como el de los electricistas y la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), movimientos guerrilleros como el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y por ciudadanos inconformes con la imposición. La moneda está echada, podemos esperar el triunfo de Enrique Peña Nieto y la impugnación también.


Hugo Benítez Thomas es Director de Pulso de México. pulsodiario@hotmail.com


Fuente: http://alainet.org/active/56037

jueves, 28 de junio de 2012



Ofensiva gringa al sur del río Bravo


Rebelión...28/06/2012

La troglodita asonada parlamentaria que destituyó al presidente de Paraguay Fernando Lugo viene a poner de relieve dos cuestiones muy importantes. Una, Estados Unidos, cuya embajada en Asunción incubaba el derribo del mandatario desde 2009, ha sido el diseñador, fabricante, o cómplice, de todos los golpes de Estado contra los gobiernos democráticos latinoamericanos, aunque últimamente los disfrace con ropajes distintos a los tradicionales. Cataloga de amigos a los gobiernos salidos de las urnas sólo cuando se pliegan a sus dictados y no lleven a cabo reformas que afecten sus intereses. Así lo demuestran sólidas evidencias, cuya investigación debemos a una pléyade de eminentes historiadores insuficientemente conocidos, como el argentino Gregorio Selser.
Dos, esta tradicional conducta no ha sido modificada en lo esencial durante la administración de Barak Obama, que no sólo ha continuado, sino profundizado, la política de su antecesor respecto a nuestra región, persiguiendo los mismo objetivos aunque utilizando el llamado poder “inteligente”. Este conlleva, entre otros recursos, alianzas regionales de gobiernos derechistas, o efímeras y pragmáticas para ciertas coyunturas, cooptación de mandatarios que enarbolan posturas latinoamericanistas e intentos de dividir al bloque de gobiernos progresistas. Otro de sus componentes importantes es la infiltración de fuerzas populares a través de fundaciones y ONG yanquis y europeas o hasta la propia USAID, cuya expulsión de sus países recién acordaron los miembros de la Alba. De repente nos encontramos luchas sociales con demandas legítimas, usadas por la derecha con fines golpistas contra los mandatarios populares.
Con Bush o con Obama, presidentes que se oponen enérgicamente a las políticas neoliberales han debido enfrentar intentos de golpes de Estado, llamémosles de nueva generación, como en Venezuela –tres veces-, Bolivia –dos veces, el más reciente aparentemente desactivado hace unas horas- y Ecuador una. Contra los presidentes patriotas y latinoamericanistas de Honduras y Paraguay los golpes triunfaron dada la fortaleza política y militar de la derecha comparada con la debilidad de sus movimientos populares no suficientemente articulados, aunque existen diferencias entre ambas situaciones. Zelaya tenía un equipo de colaboradores cualitativamente superior al de Lugo y su combatividad, anterior y posterior al golpe, estimuló la forja de un ejemplar movimiento de resistencia. En cambio, Lugo optó por hacer concesiones a la jurásica derecha paraguaya pensando tal vez que así podría su derrocamiento. No obstante, el pueblo lo sigue llamando presidente y clama por verlo al frente de la resistencia.
Ahora bien, es conveniente recordar que Hugo Chávez, como Evo Morales, Rafael Correa y antes Salvador Allende, ya desde que eran candidatos tuvieron que vencer feroces campañas de calumnias y maquinaciones orquestadas por Estados Unidos y las oligarquías con la proverbial complicidad de los consorcios mediáticos. Evo pudo conquistar su primer mandato por la copiosa votación a su favor, pues hubo muchas evidencias de fraude electoral. La misma receta se aplica y aplicará en nuestra región contra cualquier candidato que se proponga cambiar, aunque sea moderadamente, el modelo neoliberal. Y si no es posible frenar su ascenso a la presidencia, Washington y la oligarquía no le darán un minuto de tregua a partir del momento en que se anuncie su victoria, como viene haciendo con los líderes mencionados. Es también el caso de Cristina Fernández de Kirchner, sometida a una intensa guerra sucia, antes y después de su primera elección, por los consorcios ClarínLa Nación y sus socios continentales, y a los intentos de golpe rural primero, y ahora camionero, lanzados por extrañas alianzas que unen a latifundistas, exportadores, sectores medios culturalmente colonizados, la liliputiense izquierda gorila y los resentidos de turno.
Conviene profundizar en lo que une estos hechos entre sí y a su vez con otros como el ataque a Ecuador de 2008, la restauración de la IV Flota y la red de dispositivos militares y acuerdos de seguridad tipo Plan Colombia sembrados por Washington desde el mismo sur del río Bravo a lo largo de América Latina y el Caribe (http://alainet.org/active/45135). Se trata de una ofensiva para acabar con los gobiernos que se oponen a las políticas neoliberales y al saqueo de sus recursos cuando el hundimiento económico del imperio lo empuja a conquistarlos como sea.
Twitter: @aguerraguerra

miércoles, 27 de junio de 2012


     
Nuestro hombre en Caracas: Los medios de comunicación de EE UU y Henrique Capriles


nacla.org / revista-amauta.org...27/06/2012

El candidato presidencial de los partidos de coalición de la oposición, Henrique Capriles, llevó a cabo un acto el 10 de junio para inscribir formalmente su candidatura en contra del presidente Hugo Chávez. “Cientos de miles” de venezolanos – según Reuters, the Associated Press (AP) yThe Miami Herald – desbordaron las calles del centro de Caracas en apoyo a su candidatura.El “candidato y soltero bien parecido” ayudó a atraer a una inmensa multitud de personas al evento, en el cual Capriles caminó y trotó 10 kilómetros para inscribirse ante las autoridades electorales, “enfatizando su imagen de hombre con buen estado físico”, según Reuters. Capriles “exhibió juventud y energía”, indicó AP y fue admirado por ser un “líder dedicado y energético” cuando fue Gobernador del estado Miranda, según The Miami Herald.
Henrique Capriles con algunas partidarias (Foto: Reuters)
Estos tres medios de comunicación contrastaron el vigor de Capriles con la fragilidad de Chávez (quién se está recuperando de un cáncer no revelado), al tiempo que transmitían la idea que los venezolanos se encuentran desencantados. Incluso algunos de los simpatizantes de Chávez “se han cansado de una tasa de homicidios que se comparan a las de zonas con conflictos bélicos, servicios públicos inconstantes como la energía eléctrica y la escasez de productos de la cesta básica”, aseveró Reuters. Resultaba entonces obvio que había que citar a un asistente a la marcha que enfatizó “es hora de un cambio”.
Por su parte, AP citó a una ama de casa que votaría por Capriles “por su reputación como administrador eficiente y por miedo a que Chávez arruine la economía y empuje a millones de venezolanos a emigrar en caso de ser reelecto”. AP empleó la lúgubre predicción de la ama de casa como frase final de la nota: “Si Chávez resulta ganador en octubre va a destruir este país”.
La aversión a Chávez habría permeado tanto a la política venezolana que aparentemente incluso los comunistas son opositores: “Chávez fue la gran esperanza de nuestra causa, pero desistimos de él pues le ha dado la espalda al pueblo incluso cuando ha aseverado ser la voz del pueblo”, citó The Miami Herald al Secretario General del partido Bandera Roja.
Entonces no causó sorpresa que solo un día después, los medios estadounidenses informaran que el acto de Chávez para postular formalmente su candidatura presidencial captara a una multitud muchísimo más pequeña que la de Capriles. El titular de AP, “Chávez atrae a miles en intento por reelegirse” – cifra que también empleó NPR y Los Angeles Times – dejó entrever que el número de participantes a favor de Chávez pudo haber sido entre 20 a 500 veces inferior al número presente el día anterior en el mitin a favor de Capriles. Fabiola Sánchez, de AP, citó un estimado mayor de “decenas de miles” dentro de su nota, pero incluso esa cifra (la cual también empleó The Miami Herald) equivale a una fracción de los “cientos de miles” de simpatizantes que obtuvo Capriles.
Mitin de Capriles (Foto: Fernando Llano / AP)
Reuters minimizó aún más el apoyo a Chávez. El corresponsal Brian Elsworth elaboró una siniestra explicación a las observaciones efectuadas por una simpatizante de Chávez de 66 años y jubilada mientras bailaba en el centro de la capital durante el mitin. “mire este mar de gente; mire la felicidad”, instó la señora. “Por cada persona que vino ayer, nosotros trajimos 10, 20, 30 ó más. Y esto se va a ver reflejado en las elecciones”. Pero Elsworth contrastó eso con evidencia circunstancial de que el evento no habría sido más que un espejismo:
“Cientos de autobuses que transportaron seguidores a Caracas estaba estacionados en las calles aledañas….Algunos críticos han acusado a los aliados de Chávez de emplear recursos estatales para aumentar el número de manifestantes y obligar a empleados del gobierno a participar. El líder opositor Leopoldo López dijo que el PSUV le había ordenado a los Ministerios a ayudar a traer 120.000 personas a la marcha, citando lo que calificó como un documento interno del partido”.
Reuters no verificó las acusaciones de los críticos anónimos, ni verificó la existencia del documento interno del partido que citó Leopoldo López. Este lapso en ética periodística es aún más sorprendente si se considera que para sustentarse los chismes de López relacionados con la movilización del presidente Chávez, Reuters demostró exactamente el mismo defecto que demostrara la cobertura de Fox News sobre Venezuela en 2005. (López, a quién mencionaré un poco más adelante, lleva mucho tiempo siendo colaborador de Capriles y jugó un papel crucial en el corto golpe de Estado que derrocó al presidente Chávez en 2002).
La nota de Elsworth tampoco incluyó ningún estimado acerca del número de participantes en la marcha de Chávez, a pesar de una nota en españolampliamente difundida por la misma Reuters, en cual su primer párrafo indicaba que a Chávez “lo acompañaron cientos de miles de simpatizantes”. Aunque la página Web española Público.es y The Guardian de Gran Bretaña corroboraron dicho estimado, ningún medio de comunicación basado en EE UU lo empleó para describir el número de participantes en la concentración de Chávez.
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Mitin de Chávez (Foto: Reuters)
Aún más preocupante que el reportaje partidario sobre la popularidad de ambos candidatos es la caracterización superficial en medios de EEUU de que Capriles es simplemente un “político educado que le huye a la confrontación” y estría por encima de los insultos y la negatividad de Chávez. “Quiero ser el presidente de todos, no quiero ser el presidente de un solo grupo”, citó AP a Capriles. “No soy enemigo de nadie”, prosiguió. “Soy enemigo de los problemas”.
Hay momentos en los cuales Capriles se desvía de esa fachada, como cuando se refirió a los resultados de las encuestas –muchas de los cuales han demostrado que el presidente Chávez encabeza la intención de voto con márgenes de más de dos dígitos – como el trabajo de “mafiosos inmorales” , según Reuters. Más importante aún, su récord político contiene tendencias de extrema derecha que contradicen su imagen conciliatoria e incluyente. Tal como indicara la BBC, Capriles “estaba involucrado con un grupo de jóvenes políticos al formar Primero Justicia, un nuevo partido de oposición en el año 2000”. En los meses anteriores al golpe de Estado en contra del presidente Chávez en 2002, el cual resultó en el asesinato de decenas de personas, Primero justicia había recibido indirectamente cientos de miles de dólares y entrenamiento de un gobierno extranjero – en este caso, de EE UU – a través de la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), organismo financiado en gran parte por el Congreso de ese país. Leopoldo López y Leopoldo Martínez, dos altos dirigentes de Primero Justicia, jugaron papeles claves en el gobierno golpista de 2002 del empresario venezolano Pedro Carmona. López, quién Reuters estimó digno para que comentara acerca de la naturaleza presuntamente autoritaria de la marcha de la semana pasada, firmó el decreto de Carmona en 2002 donde se abolió a la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia y la Constitución.
Durante el golpe de estado de dos días apoyado por EE UU, cientos de manifestantes anti Chávez destruyeron vehículos en las afueras de la Embajada de Cuba en el municipio de Baruta. También cortaron el agua y la energía eléctrica a la sede. Capriles, entonces Alcalde de Baruta, fue filmado acercándose al Embajador cubano exigiendo pruebas de que no habían autoridades del gobierno de Chávez refugiadas dentro de la Embajada. La Embajada cubana luego publicó un comunicado que condenaba el comportamiento de Capriles: “La inmediata responsabilidad de Capriles Radonski y otras autoridades estatales venezolanas demostró que no actuaron diligentemente en la prevención de un aumento de la agresión a la cual fue sujeta nuestra Embajada, lo cual causó graves daños y puso en peligro las vidas de funcionarios y sus familias en una clara violación del derecho nacional e internacional”.
Es bajo esta luz que los ataques públicos de Chávez en contra de Capriles se entienden mejor. The Miami Herald citó a Chávez en su marcha del 11 de junio al publicar: “Hemos tomado la decisión estratégica vital que cada vez que haya una agresión por parte de los imperialistas y la burguesía…responderemos profundizando la revolución socialista”. Pero The Miami Herald omitió toda información relacionada con el golpe de Estado de 2002, en el cual las Fuerzas Armadas supuestamente amenazaron con bombardear el Palacio Presidencial. Solo en este contexto tiene sentido la cita de Chávez en el diario. “’Su plan es el proyecto imperialista de Washington’, indicó. “Son marionetas del imperialismo…y ahora esperan engañar al pueblo para volver a tomar (el Palacio de) Miraflores. Pero nunca lo lograrán”.
Mitin de Chávez (Foto: Hindustan Times)
El aspecto verdaderamente resaltable de la candidatura de Capriles es que luego de más de una década de grandes reducciones en los niveles de pobreza y un gasto social que ha creado un clima político estable ha obligado a la oposición – normalmente reaccionaria – a respaldar totalmente los programas sociales de Chávez para poder tener algo de viabilidad con el pueblo venezolano. Diez años después del fiasco de la embajada cubana, Capriles ha dicho que estaría “loco” si terminara con la misión Barrio Adentro de Chávez, la cual ha enviado a médicos cubanos a las zonas pobres en Venezuela para proporcionarle servicios de salud gratuitos a los residentes. Capriles ha intentado decirle a los venezolanos que “las misiones le pertenecen al pueblo” y en otra ocasión indicó: “Quiero expandirlas”. En una sorprendente transformación, la oposición – en lugar de tramar golpes de Estado y organizar paros petroleros – se ha unido en torno a Capriles, quién ha copiado públicamente su plataforma a la del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quién según AP “financió crecientes programas sociales…lo cual lo hizo popular entre los pobres”.
Tal como indica dicha cobertura mediática, Capriles tiene una batalla cuesta arriba frente de sí con encuestas que no le son favorables. No es difícil darse cuenta el porqué. Tal como la periodista Stephanie Kennedy escribiera en The Huffington Post, Venezuela fue catalogada como el país más “feliz” de América del Sur en una investigación de la Universidad de Columbia, atribuida en gran medida a grandes avances en las condiciones materiales de los venezolanos bajo el gobierno de Chávez:
“El país actualmente cuenta con el salario mínimo más alto de América Latina y la recién aprobada Ley del Trabajo atraerá una nueva era de protección legal y seguridad social a gran parte de la población que no hace mucho había estado laborando en sectores informales y vulnerables. Los trabajadores domésticos, las personas que cuidan de familiares y amas de casa ahora cuentan con los mismos derechos y pensiones, mientras que campesinos, pescadores y otras personas que ejercen labores más tradicionales y quienes siempre habían sido excluidas de los registros oficiales ahora disfrutarán de los mismos derechos que sus contrapartes urbanas. Hay módulos médicos en lugares donde las personas nunca habían gozado de atención médica, se están construyendo viviendas formales para personas que habían estado viviendo en ranchos de cartón y existe una red de alimentos y medicinas con subsidios estatales”.
Un líder que busca la reelección y que posee un récord de implementación de las políticas anteriormente descritas puede darse el lujo de jactarse de ello durante la campaña.
* Keane Bhatt es activista residenciado en Washington, DC. Ha trabajado en EE UU y América Latina en varias campañas relacionadas con del desarrollo comunitario y la justicia social. Sus análisis y opiniones han sido publicadas en una amplia gama de medios que incluyen a NPR, The Nation, The St. Petersburg Times, CNN en Español, Amauta y Upside Down World. Es autor del nuevo blog de la NACLA titulado “Manufacturing Contempt” (La fabricación del desprecio), el cual ofrece una mirada crítica a los medios de Estados Unidos y su manera de presentar al hemisferio.
** Keane Bhatt es también colaborador de Amauta
Artículo publicado originalmente en inglés en NACLA
Fuente: http://revista-amauta.org/2012/06/nuestro-hombre-en-caracas-los-medios-de-comunicacion-de-ee-uu-y-henrique-capriles/