sábado, 25 de febrero de 2012


Pacto con el diablo
La campaña de Obama y la financiación de las empresas


Democracy Now!...25/02/2012

“El presidente se equivoca”, afirma uno de los flamantes directores de la campaña de reelección del Presidente Barack Obama.
Esas cuatro palabras encabezan el sitio web de la organización Progresistas Unidos (Progressive United) fundada por el ex Senador estadounidense y actual asesor de la campaña de Obama, Russ Feingold, en referencia al reciente anuncio de Obama de que aceptará fondos de los comités de acción política (súper PAC, por sus siglas en inglés) para su campaña de reelección. Feingold escribió: “El Presidente se equivoca al adherir a la política empresarial corrupta de Citizens United mediante la utilización de los Súper PAC. Se trata de organizaciones que recaudan sumas ilimitadas de dinero de empresas y de individuos ricos, a veces en secreto absoluto. No solamente es una mala política, sino que además es una estrategia tonta”. Y agrega: “Es hacer un pacto con el diablo”.
En 1905, el presidente Theodore Roosevelt dijo ante el Congreso “Los aportes de las empresas a comités políticos o con cualquier fin político deberían estar prohibidos por ley”. Roosevelt promulgó una ley para la prohibir dichas contribuciones en 1907. En 2012, este control del financiamiento de las campañas electorales que tenía 100 años de historia se terminó gracias a cinco magistrados de la Corte Suprema de Estados Unidos que tomaron la decisión en 2010, en el caso Citizens United, de que las empresas pueden utilizar su dinero para ejercer la libertad de expresión, con el objetivo de influir en las elecciones del país.
Tras haber representado al estado de Wisconsin en el Senado de Estados Unidos durante 18 años, Feingold perdió su reelección ante Ron Johnson, un candidato republicano multimillonario y miembro del tea-party que autofinanció su campaña. Desde entonces, Feingold ha dictado clases de derecho, fundó Progresistas Unidos y, a pesar de haber apoyado los esfuerzos de destituir al gobernador de Wisconsin Scott Walker, tomó la firme decisión de no candidatearse como gobernador de dicho estado ni a la banca del Senado de Estados Unidos que quedará vacante tras la jubilación del Senador Demócrata Herb Kohl.
Feingold fue el único miembro del Senado que votó en contra de la Ley Patriota de Estados Unidos. Fue un acérrimo crítico del programa de escuchas telefónicas sin órdenes judiciales del gobierno de Bush. Si bien Obama, cuando era senador, amenazó en un principio con apoyar una medida obstruccionista para impedir la aprobación de cualquier legislación que le otorgara inmunidad retroactiva a las empresas de telecomunicaciones que participaron en las escuchas telefónicas, cambió de postura antes de la Convención Demócrata de 2008 y votó a favor del proyecto de ley. Feingold se opuso en todo momento a la ley. Y acerca de la guerra de Afganistán, Feingold me dijo: “Fui el primer miembro del Senado que solicitó un plazo para la retirada de Afganistán. Incluso antes de que Obama fuera electo, cuando la contienda era entre [John] McCain y Obama, pregunté: '¿Por qué estamos hablando de enviar más soldados?'...Enviar a nuestros soldados allí, gastar millones y millones de dólares en Afganistán no tiene sentido. Y creo que fue un error que el presidente enviara más soldados y también creo que está comenzando a darse cuenta de que debemos retirarnos de allí”.
Feingold se opuso al proyecto de ley de reforma de Wall Street propuesto por Obama por ser demasiado débil en su opinión y apoyó a los fiscales generales estatales, entre los que se encontraban el fiscal de Nueva York Eric Schneiderman y la también flamante co-directora de campaña de Obama, la fiscal de California Kamala Harris, quienes en un principio se opusieron al acuerdo con los cinco bancos más importantes del país por acusaciones de fraude hipotecario y la firma de documentos sin previa verificación. La reacción de Feingold al acuerdo de 25.000 millones de dólares promovido por la Casa Blanca fue la siguiente: “Fuimos de los pocos que nos negamos a celebrar tras el anuncio...cuando se trata de Wall Street, siempre algo acaba mal”.
Durante la entrevista a Feingold apenas horas después de que fuera nombrado como uno de los 35 co-directores de campaña de Obama le pregunté, teniendo en cuenta su crítica al presidente, si no consideraba que su designación era un poco curiosa. Feingold respondió: “¿Qué me dice de un director de campaña que se enorgullece de que el Presidente haya brindado asistencia médica a los estadounidenses por primera vez en 70 años? ¿Qué me dice de un director de campaña que cree que el Presidente ha hecho algo bueno con la economía y que ayudó a aprobar el paquete de estímulo económico que nos ha permitido tener 22 meses seguidos de crecimiento del empleo? ¿Qué me dice de un director de campaña de un presidente que tiene mejor reputación en el extranjero que cualquier presidente de que se tenga memoria, que revirtió el terrible daño realizado por el gobierno de Bush, que en conflictos como los de El Cairo, India e Indonesia logró acercarse al resto del mundo? Créame, si hacemos un balance, no caben dudas. Y por último, ¿qué me dice de un director de campaña de un presidente que, creo, nos ayudará a designar magistrados que reviertan el fallo de Citizens United?”
Hasta que eso suceda, y especialmente ahora que la campaña de Obama ha decidido “hacer un pacto con el diablo”, los súper PAC, quizá el co-director de campaña Russ Feingold nos ayude a seguir el rastro del dinero.
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 350 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2012 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

viernes, 24 de febrero de 2012


     

El proceso electoral venezolano bajo constante presión interna y externa
La oposición apuesta su triunfo a la salud del presidente Chávez


Barómetro Internacional...24/02/2012

En reciente anuncio realizado por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela,  Hugo   Chávez a Venezolana de Televisión, desde el Complejo Industrial Santa Inés en Barinas, informó  que tras ser sometido a distintos exámenes médicos en la Habana, capital de  Cuba  durante el pasado sábado, le   fue   encontrada   una   lesión   de   dos   centímetros   en   el   mismo   lugar   donde   le   fuera   extraído , el año pasado, un tumor cancerígeno.
En presidente manifestó queEn el examen realizado en la Habana se ha detectado una lesión en el mismo sitio donde fue extraído el tumor hace ya casi un año. Es una lesión pequeña muy claramente visible, eso   obliga   a   extraer   esa   lesión   y   a   una   nueva   intervención   quirúrgica , que se supone será menos complicada que la anterior.También el mandatario venezolano señaló que con la intervención  se   verificará   si   la   lesión   presentada   tiene   relación   con   el   tumor  anterior ” ,  además apuntó a que aún no se ha definido donde será sometido para la nueva operación. Tenemos varias opciones, lo   que   si   es  cierto   es   que   deberá   ser   en   los   próximos   días. Que nadie se alarme, pero que nadie se alegre”.
Las reacciones de la oposición no se hicieron esperar, sectores mas radicales festejaron con lanzamientos de cohetes por la enfermedad y muerte del presidente Chávez, un espectáculo dantesco sobre la vida de un ser humano, los medios de prensa privados llenaban sus notas con varias hipótesis, sobre el tipo de lesión o cáncer, o que esta lesión es una metástasis. Llegando a algo curioso pero no exento de realidad, que ahora los médicos consultados por la Mesa de Unidad Democrática (MUD), no son de Venezuela sino de EEUU, cuando el “medico” Luis Villa, jefe del Departamento de Oncología del Hospital Merey y presidente de la Liga contra el Cáncer de Miami, manifiesta que la lesión a la que se refiere Chávez, apunta a una recurrencia local de la enfermedad.
Siempre dentro de los márgenes de la cautela, por la escasa información oficial que hay en relación al tipo de cáncer que se le diagnosticó al presidente, el doctor Villa le dijo a la BBC Mundo que la noticia de la lesión denota un pronóstico relativamente malo. Para aseverar queLa información deja entrever dos cosas, que la cirugía no fue curativa y que la quimioterapia no fue curativa. Generalmente cuando hay recurrencia dentro de menos de seis meses después de terminar una quimioterapia eso quiere decir que la quimioterapia no tuvo efectividad ninguna.
La oposición juega a una campaña electoral sin el presidente Chávez
Mientras el movimiento bolivariano, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), El Gran Polo Patriótico y varias instancias sociales apuestan pos su salud y dan voces de apoyo al mandatario venezolano, la oposición apuesta a su ausencia como candidato en la elecciones presidenciales de octubre del 2012, algunos augurando su desaparición física y otros apuestas al deterioro de sus salud, que no le permitan presentarse en la nueva contienda electoral.

También otras de la formula esbozada por sectores opositores, en la primera operación y descubrimiento del cáncer, fue la denominada “ausencia permanente del cargo”, que generaría un vacío de poder según esta tesis, en cierta manera se parece a la utilizada en el golpe de estado del 2002, donde el presidente Chávez fue secuestrado y se anunciaba que había renunciado, hecho falso que fue comprobado en menos de 72 horas, cuando las fuerzas militares leales y el pueblo, lograron el reestablecimiento del orden democrático.
El anuncio del presidente acrecentará el debate político electoral
Los rumores y suposiciones serán parte de estos días de definición de la operación y recuperación del Presidente Chávez, cada espacio de Venezuela, se ha transformado en una tribuna para el debate, desde las mayorías populares apoyan su restablecimiento y su participación.
Luego de 13 años de continuidad revolucionaria, con mejoras sociales, con decenas de Misiones Medicas, Vivienda, Alimentación, Educación Amor Mayor (tercera edad), hijos de Venezuela, con logros en materia deportiva, música, etc. Con intercambios con naciones de America Latina y el Mundo, con avances en integración, intercambios económicos, proyectos regionales ALBA, UNASUR; CELAC, conformando la búsqueda de un nuevo modelo económico, más humano y participativo. En esto radica la fuerza del mandatario venezolano, en la entrega y en la lucha por la vida.
diegojolivera@gmail.com
Publicación Barómetro 23-02-12
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jueves, 23 de febrero de 2012


Embajadores norteamericanos en Venezuela: cronología de un fracaso


Strategic Culture Foundation...23/02/2012

Durante sus trece años como presidente de Venezuela, Hugo Chávez ha tenido que lidiar con cinco embajadores norteamericanos y numerosos encargados de negocios. La historia de sus relaciones con el líder venezolano indica cuán exitosamente uno puede oponerse a una política de chantajes, conspiraciones, derrocamientos y revoluciones naranja.

El primerísimo embajador –John Maisto—llegó a Venezuela el año 1997. Sus credenciales fueron aceptadas por el anciano presidente Rafael Caldera, último mandatario de la corrupta Cuarta República que para la época ya había agotado completamente su potencial. Venezuela entonces se preparaba para las elecciones presidenciales y la propaganda norteamericana apuntaba contra la candidatura de Hugo Chávez.

Vale la pena prestarle atención a la carrera de Maisto. Asistió a la CIA en operaciones secretas contra el Che Guevara en Bolivia. Trabajó en los departamentos de políticas en las embajadas norteamericanas en Colombia, Costa Rica y las Filipinas, lo cual significa que estuvo comprometido en operaciones de inteligencia. Se sabe que Maisto estuvo detrás de la revolución incruenta que eventualmente derribó al gobierno de Marcos. Maisto fue jefe del departamento de políticas de la embajada de Estados Unidos en Panamá y tomó parte en la preparación de la intervención norteamericana que redundó en la detención de Manuel Noriega. Maisto también trabajó en Nicaragua adonde llegó a comienzos de los 90 para colaborar en el “desmantelamiento” del régimen izquierdista Sandinista luego de la victoria de la candidata pro norteamericana.

Repetidas veces se escuchó a Maisto describir a Chávez como un líder insurgente que apoya a los partidos de izquierda y simpatiza con los hermanos Castro.

Siguiendo sus recomendaciones a comienzos de 1998 el Departamento de Estado negó a Chávez una visa norteamericana. Esto fue una clara señal que Washington apoyaría al rival de Chávez, Henrique Salas Römer, político leal a las tradiciones de la Cuarta República. Sin embargo, Chávez ganó las elecciones con más del 56 por ciento de los votos y Maisto urgentemente tuvo que tapar el hueco. A Chávez no se le volvió a negar entrada a Estados Unidos.

Se hicieron los preparativos para su reunión con Bill Clinton y aunque el Departamento de Estado insistió en que Chávez debía primero visitar Washington, el líder venezolano señaló que antes de ir a Estados Unidos primero visitaría a Fidel.

Vale la pena mencionar que Maisto tuvo que interpretar una situación política nueva en Venezuela como “radicalmente opuesta a los intereses norteamericanos” diciendo que Chávez estaba asegurando la estabilidad en su país, incluyendo el suministro estable de hidrocarburos sin interferir con las propiedades norteamericanas. Maisto agregó que aunque Chávez no era muy cooperador con Estados Unidos, bien podría tolerársele como el líder venezolano. Agentes de la CIA, la DIA (Defense Intelligence Agency) y la DEA fueron destacados en los círculos de Chávez para no mencionar los activistas quintacolumnistas en los ministerios de la defensa y relaciones exteriores. El embajador Maisto pronosticó que Chávez no duraría en el poder más de un año y medio o dos. Ahora podemos ver cuán equivocado estaba. Maisto abandonó Venezuela en agosto del 2007 y fue reemplazado por la diplomática Donna Hrinak. Antes de ser destacada como embajadora en Caracas, Hrinak había prestado servicios como embajadora en la República Dominicana y en Bolivia (antes de Evo Morales) y solía tratar a los presidentes latinoamericanos con un dejo patronal. Cuando Chávez condenó el bombardeo norteamericano contra Afganistán –que produjo numerosas muertes de civiles—Hrinak le solicitó una entrevista personal. Ella asistió a la entrevista teniendo en mente las instrucciones del Departamento de Estado y exigió que Chávez jamás fuera tan crítico con Estados Unidos como solía serlo. Chávez la interrumpió diciéndole “Ud. está hablando con el Jefe del Estado. Respecto de su posición, Ud. no se comporta de manera apropiada, por favor, retírese ahora.” Algunas fuentes sostienen sin embargo, que Chávez le permitió leer el mensaje hasta el final. En el mes de enero del 2002 Hrinak abandonó Venezuela y fue enviada a Brasil con el propósito de impedir que Luiz Inacio da Siva estableciera vínculos muy estrechos con Chávez. El líder brasileño resultó un hueso duro de roer: él escucho atenamente las instrucciones de Estados Unidos y luego hizo las cosas a su modo.

Hasta el mes de marzo del 2002 la embajada norteamericana en Caracas estuvo a cargo del Encargado de Negocios. Mientras tanto, el gobierno de Bush sancionó un golpe de estado confiando en tres oficiales de alto rango del ejército que habían sido entrenados en Estados Unidos. La conspiración involucró a muchos agentes de la DIM, DISIP y otros servicios. Los medios pronorteamericanos lanzaron una campaña propagandística incesante contra el “régimen castro-comunista” y sus seguidores.

Las organizaciones no gubernamentales, ONGs que surgieron con Maisto, lograron reunir a muchos intelectuales, estudiantes y trabajadores petroleros. Mujeres de la clase media también participaron activamente en protestas contra la “cubanización” de su país. Y por supuesto que los viejos partidos de la burguesía y la iglesia católica no se quedaron atrás.

Un mes antes del golpe, Charles Shapiro, el nuevo embajador norteamericano, llegó a Venezuela. Conocido en su país por su experiencia en golpes de estado, Shapiro era elogiado por su trabajo como agregado militar en Chile mientras preparaba el derrocamiento de Salvador Allende. Shapiro también se destacó durante la “guerra sucia” contra la guerrilla salvadoreña y nicaragüense en la década de los 80. Washington confiaba en esta persona altamente experimentada para lidiar con el “problema Chávez.” En verdad el 11 de abril del 2002 Shapiro informó sobre el derrocamiento de Chávez. El momento de gloria del embajador no duró mucho por cuanto Chávez regresó al palacio presidencial luego de las protestas públicas apoyadas por los militares patriotas. Una semana después, Shapiro solicitó una reunión con Chávez. Estando reunidos, Shapiro informó al líder venezolano sobre una conspiración para asesinarlo. Chávez le preguntó: ¿Qué es lo que Ud. exactamente sabe acerca de la conspiración? ¿Quién está detrás? Deme los nombres: Shapiro se encogió de hombros y dijo: “Las instrucciones que recibí no tratan ese tipo de información.”

Unos años después Chávez comentó con los periodistas acerca de su conversación con Shapiro describiéndolo como un “verdadero payaso pero no un embajador”: “Teniendo a la CIA al FBI y a otras agencias, ellos declaran no tener más informaciones sobre el problema.”

Mientras tanto, nosotros sabemos, y no solo nosotros, que existe un campo de entrenamiento en Miami donde terroristas venezolanos están siendo entrenados. El gobierno norteamericano no ha hecho nada para detenerlos. Más bien Washington los ayuda. “Chávez sostuvo que la visita de Shapiro se organizó para encubrir la participación norteamericana en las protestas y desviar la atención del aplauso del embajador norteamericano a Pedro Carmona Estanga, uno de los principales conspiradores”. Realmente se trata de un fracaso devastador para la CIA que sus agentes venezolanos no tuvieran el valor para deshacerse del líder bolivariano. Después de eso, Shapiro dejó de ser una persona digna de la confianza de Chávez y sus seguidores.

De este modo, el embajador trató de aparecer solo como un mediador entre el gobierno y la oposición. Entre bastidores, Shapiro apoyó la asistencia financiera a la oposición por vía de la CIA y las ONGs. Más y más activistas sionistas se involucraron en actividades contra el gobierno. Shapiro empleó a los medios para lanzar amenazas a Chávez tratando de persuadirlo que la situación en Venezuela se tornaría un peor si sus recomendaciones no eran acatadas.

Por su parte Chávez, más de una vez indicó que Shapiro sería declarado persona non grata en Venezuela. En el 2004 culminó el período de Shapiro y abandonó el país.

El siguiente embajador norteamericano en Venezuela fue William Brownfield. Su carrera diplomática se inició en 1979 como vicecónsul en Maracaibo, la capital petrolera de Venezuela. Tradicionalmente todos los cargos en ese consulado son ocupados por agentes de la CIA o por funcionarios de inteligencia. Brownfield participó en la preparación del denominado Plan Colombia y también supervisó las políticas relacionadas con Cuba en el Departamento de Estado. Tres meses transcurrieron antes que Brownfield fuera aprobado como el nuevo embajador norteamericano en Venezuela: las tensiones entre el gobierno bolivariano y la oposición continuaron y Chávez decidió mantener al nuevo diplomático lejos de Venezuela por un tiempo.

Las credenciales de Brownfield fueron aceptadas en el palacio de Miraflores el 15 de octubre. Primeramente el embajador trató de causar una buena impresión e hizo hincapié en la necesidad de mejorar las relaciones Venezuela-Estados Unidos por lo menos en algunos niveles y sentar las bases para una mayor cooperación. No obstante, muy pronto la política de Brownfield cambió y empleó mucho tiempo conversando con miembros de la oposición y activistas de ONGs. Realizó varias visitas al Estado Zulia, demostrando abiertamente su solidaridad con los políticos secesionistas locales. Criticó prácticamente todo lo que Chávez hacía: la compra de armamento ruso, la cooperación energética con Cuba, la ampliación de la cooperación con Irán, su contribución a la integración de América Latina y la creación de un mecanismo de seguridad regional sin la participación de Estados Unidos.

En consecuencia, la Caracas oficial no prestó ninguna atención al nuevo enviado norteamericano. La misión de Brownfield terminó a mediados del 2007. Un analista venezolano comentó lo siguiente sobre la labor de Brownfield: “Se va derrotado. Fracasó al implementar los planes de Washington de fortalecer a la oposición y debilitar a Chávez. Al contrario, mientras Brownfield estuvo en Venezuela el nivel de aceptación de Chávez subió al 73 por ciento…”

Brownfield sencillamente se convirtió en un vulgar e inmoral instigador. Su único éxito fue el de entregar dólares a los “títeres” de la oposición.

Brownfield deseó a su sucesor todo lo mejor en su cargo. Describió a Patrick Duddy como “un intelectual muy inteligente que conoce muy bien América Latina. Brownfield agregó, “probablemente él logre alcanzar las metas que yo he fallado en alcanzar.” Duddy continuó con el derrotero de su antecesor, aunque de manera más moderada: su bagaje de inteligencia lo ayudó. No hubo ninguna razón para reprocharle algo, aunque la contrainteligencia venezolana recibió informes que la embajada norteamericana estaba preparando una “sorpresa” para las elecciones del 2008.

En el mes de agosto del 2008 en un gesto de solidaridad con Bolivia, Chávez dijo que Duddy debía abandonar Venezuela dentro de 72 horas. El embajador norteamericano en La Paz, Bolivia, Philip Goldberg, era una figura importante en la organización de concentraciones de oposición e instigando el separatismo. El embajador implementaba los planes para el derrocamiento de Evo Morales.

Duddy regresó a Caracas nueve meses después. Su nueva estadía en Venezuela no fue de ningún modo notable, excepto por los informes de Wikileaks sobre los vínculos financieros de la embajada con los medios de comunicación filo oposición. Los periodistas se dirigían a Duddy pidiéndole dinero supuestamente para combatir al régimen de Chávez. Duddy no estaba muy feliz con la situación debido a que los resultados eran muy pobres a pesar del enorme gasto.

Se esperaba que Larry Palmer se convirtiera en el siguiente embajador norteamericano en Venezuela. Durante discusiones en el congreso de Estados Unidos, Palmer se refirió a la “baja moral de las fuerzas armadas de Venezuela…” “los vínculos entre Chávez y los rebeldes de las FARC.” Una vez que las declaraciones de Palmer fueron publicadas por los medios, produjeron un nuevo congelamiento en las relaciones de los dos países, Chávez no aceptó a Palmer como el nuevo enviado norteamericano en Venezuela.

Actualmente los intereses norteamericanos en Caracas están a cargo del Encargado de Negocios, James Derham, quien se desempeñó en Guatemala, México, Brasil y Kosovo como miembro de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y también en Cuba como miembro de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana. Dicho sea de paso, Derham ya era un diplomático jubilado descansando en su casa de Williamsburg, estado de Virginia, no lejos de la sede de la CIA en Langley, cuando fue asignado al nuevo cargo. Quizás en Washington creen que el retirado Derham tendrá más éxito que los conspiradores encubiertos por el Departamento de Estado.


Nota. Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en

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Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona 

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Fuente: http://aporrea.org/tiburon/a138970.html