lunes, 3 de mayo de 2010

EL NEOFACISMO SE REAGRUPA Y QUIERE REGRESAR A LOS ESCENARIOS QUE SE CREÍAN SUPERADOS DESDE HACE DÉCADAS.

Racismo en USA
Cincuenta años después la lucha continúa

Progreso Semanal...03/05/2010


El 1 de febrero de 1960, cuatro estudiantes negros tomaron asiento en la barra de almuerzo del Woolworth’s de Greensboro, Carolina del Norte. La camarera blanca los ignoró. Ellos se mantuvieron en sus asientos. Los supervisores les dijeron que se marcharan. El Woolworth’s de Carolina del Norte no atendía a personas de color. Los estudiantes se negaron a marcharse y exigieron que se les diera el servicio. A principios de la primavera de 1960, fui a Montgomery, Alabama, con otros dos estudiantes de Madison, Wisconsin, a tratar de formar una red de apoyo a los derechos civiles. Nos encontramos en Montgomery con el reverendo Ralph Abernathy y establecimos vínculo con su iglesia; luego fuimos a Birmingham a reunirnos con el reverendo Fred Shuttlesworth.

Cuando descendíamos por los escalones de entrada a su iglesia, un policía del estado de Alabama nos esperaba. Nos dijo que marcháramos hacia la frontera con Mississippi sin detenernos. Al entrar en Mississippi, nos esperaba un auto patrullero de carreteras. Aquel policía nos dio órdenes similares y nos siguió hasta la frontera con Tennessee. El poder blanco estaba incómodo.

En un año, miles de negros y blancos, principalmente estudiantes, comenzaron a participar en las sentadas. Realizaron manifestaciones de protesta en las tiendas Woolworth’s en el Norte, en apoyo a la integración de los mostradores de almuerzo en el Sur. Lo que comenzó como una “acción” evolucionó a un movimiento nacional. Me senté junto con miles de otros en el hotel San Francisco Palace para obligar a la dirección que integrara el personal, y en una agencia de autos de segunda mano para garantizar que contratara a vendedores negros. En Supermercados Lucky, activistas de la integración llenaron carros de compra con alimentos, los colocaron en la cinta transportadora y abandonaron el mercado –para obligar a Lucky a que colocara a gente de color en la caja registradora.

El 17 de abril de 2010, algunos de aquellos organizadores de sentadas escucharon al Fiscal General Eric Holder decir: “Hay una línea directa desde ese mostrador de almuerzo hasta la Oficina Oval”. Holder habló ante 1 500 personas reunidas en la Universidad Shaw en Raleigh, Carolina del Norte, para celebrar el 50 aniversario del SNCC (Comité Coordinador No Violento de Estudiantes). “Si no fuera por el SNCC”, dijo Holder, “yo no sería Fiscal General. Si no fuera por el SNCC, Barack Obama no sería presidente”.

El SNCC se convirtió en una escuela para organizadores. Mario Savio aprendió de Bob Moses en el proyecto Mississippi del SNCC y regresó a Berkeley para ser el vocero del Movimiento por la Libertad de Palabra. David Harris pasó del SNCC a las protestas no violentas contra la guerra.

Un movimiento anti-segregación destinado a los servicios y alojamientos públicos evolucionó y pasó a ser una dinámica fuerza social y política. En 1964, el Partido Demócrata de Libertad de Mississippi se enfrentó a los blancos discriminatorios en la convención demócrata. No lograron ser aceptados, pero el 15 de marzo de 1965, después de un ataque de la policía contra integracionistas no violentos que preparaban una manifestación en Montgomery, en el que murió el reverendo James Reeb, un norteño blanco, el Presidente Lyndon Johnson proclamó: “Venceremos” para lograr la aprobación de la Ley de Derecho al Voto.

Para 1965, organizadores del SNCC habían inscrito a decenas de miles de electores anteriormente privados del derecho al voto en varios estados sureños, donde se enfrentaron a los asesinos de la policía y del Ku Klux Klan. Miembros del Klan asesinaron a Viola Liuzzo cerca de Selma. Otros del Klan y policías conspiraron para asesinar a Michael Schwerener y Andrew Goodman, así como a su camarada negro James Chaney.

El SNCC enfrentó el asesinato con valor –y la razón y la justicia. Para fines de la década de 1960, funcionarios negros electos, incluyendo a sheriffs, habían iniciado un decisivo cambio en la trama racial del sistema político norteamericano y provocado el fin de la segregación sureña. A fines de la década de 1970, hasta el campeón del racismo, el ex gobernador de Alabama George Wallace, se excuso por su defensa anterior de la segregación.

Los racistas sureños perdieron el poder en el Partido Demócrata. Algunos se pasaron a los republicanos, pero ya no podían decir en público palabras insultantes a los negros.

Cincuenta años después, un fanático escupió al ex organizador del SNCC y actual miembro del Congreso John Lewis y le llamó “negro de mierda” –debido a su apoyo a la reforma de los seguros de salud.

Lewis respondió con dignidad, como había hecho antes, cuando se enfrentó a situaciones mucho peores. Se reunió con cientos de veteranos del SNCC en la Universidad Shaw, de Raleigh, Carolina del Norte, donde nació la idea de las sentadas. Los hoteles, restaurantes y bares de Raleigh, antiguamente segregados, ahora están integrados. En los autobuses públicos, los negros se sientan al frente, al fondo y en el medio.

El Movimiento de los Derechos Civiles unificó a millones de norteamericanos bajo un tema único: obtener el voto. Triunfaron. ¿Qué tema pudiera unir hoy a un movimiento tal?

Harry Belafonte, quien desempeñó un importante papel para obtener apoyo para el SNCC a través de su historia, regañó a algunos asistentes a la conferencia por su complacencia. La audiencia lo ovacionó.

El SNCC trató importantes temas raciales, pero no los de clase que el Dr. King había comenzado a atacar antes de su asesinato. Belafonte le recordó al público la inmensa tarea que tenían ante ellos, Los hijos e hijas de los veteranos del SNCC, además se los jóvenes que se estaban organizando en todo el país, le dieron vivas –antes de regresar a Atlanta, Los Ángeles, Boston, Chicago y otras áreas para continuar el trabajo de los héroes de los 60.

Algunos hablaron o escucharon en el mitin. Julian Bond, quien fue miembro durante 20 años de la legislatura de Georgia, hizo un esbozo de la historia del SNCC. Danny Glover llamó a la acción al esbozar lo contemporáneo. Bernice Reagon Johnson y los Freedom Singers cantaron –medio siglo después—a favor de la libertad. El inspirador reverendo James Lawson estuvo de acuerdo con Belafonte. El SNCC hizo lo suyo en la década de 1960, pero la lucha está muy lejos de haber terminado.

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