lunes, 9 de enero de 2012


           
La guerra económica entre EE.UU. e Irán


Asia Times Online...09/01/2012

Intentemos un curso rápido sobre cómo arruinar la economía global.Una enmienda clave a la Ley de Autorización para la Defensa Nacional firmada por el presidente de EE.UU., Barack Obama, el último día de 2011 –cuando nadie prestaba atención– impone sanciones a cualesquiera países o compañías que compren petróleo iraní y lo paguen a través del banco central de Irán. Desde este verano, cualquiera que lo haga no podrá realizar negocios con EE.UU.
Esta enmienda –para todos los fines prácticos una declaración de guerra económica– se la debéis al Comité EE.UU.-Israel de Asuntos Públicos (AIPAC), por órdenes directas del gobierno israelí bajo el primer ministro Benjamin "Bibi" Netanyahu.
Torrentes de discurso político han tratado de justificarla como el plan B del gobierno de Obama en lugar de permitir que los perros de guerra israelíes realicen un ataque unilateral contra Irán por su supuesto programa de armas nucleares.
Sin embargo, la estrategia israelí original era realmente aún más histérica – como ser que se impidiera efectivamente a todo país o compañía que pagara por petróleo iraní importado, con las posibles excepciones de China e India. Además, los que ponen a Israel por sobre los intereses de EE.UU. trataron de convencer a todos de que esto no conduciría a interminables aumentos en el precio del petróleo.
Exhibiendo una vez más su incomparable capacidad de dispararse en sus propios pies vestidos con diseño Ferragamo, los gobiernos de la Unión Europea (UE) están discutiendo si o no seguir comprando petróleo de Irán. La duda existencial es si debería comenzar o esperar unos pocos meses. Inevitablemente, como la muerte y los impuestos, el resultado ha sido –qué iba a ser– un aumento astronómico de los precios del petróleo. Brent crudo flota ahora a cerca de 114 dólares el barril, y el único camino es ascendiente.
Entrégame el crudo a tiempo
Irán es el segundo productor por su tamaño de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC), y exporta hasta 2,5 millones de barriles al día. Cerca de 450.000 de esos barriles van a la Unión Europea – el segundo mercado iraní después de China.
El requerido burócrata anónimo, el comisionado de Energía de la UE, Gunther Ottinger, ha estado divulgando que la UE puede contar con Arabia Saudí para compensar la falta de petróleo de Irán.
Cualquier analista petrolero que se respete sabe que Arabia Saudí no tiene la necesaria capacidad adicional disponible. Además, y crucialmente, Arabia Saudí tiene que ganar mucho dinero con petróleo caro. Después de todo, la contrarrevolucionaria Casa de Saud necesita urgentemente esos fondos para sobornar a sus súbditos para que descarten toda posibilidad de una Primavera Árabe autóctona.
Hay que agregar la amenaza de Teherán de bloquear el Estrecho de Ormuz, impidiendo así que un sexto del petróleo del mundo y un 70% de las exportaciones de la OPEC lleguen al mercado; no es sorprendente que los negociantes petroleros hagan todo lo que pueden por asegurarse la posesión de todo el crudo que puedan conseguir.
Hay que olvidar el petróleo a asequibles 50 dólares o incluso 75 dólares por barril. El precio del petróleo puede estar destinado a llegar pronto a 120 dólares por barril e incluso a 150 dólares para el verano, precisamente como en el año 2008 afectado por la crisis. La OPEC, a propósito, bombea más petróleo que nunca desde fines de 2008.
Por lo tanto, lo que comenzó como un artefacto explosivo improvisado al borde de la ruta urdido por Israel, se ha convertido ahora en un múltiple atentado suicida contra sectores enteros de la economía global.
No es sorprendente que el presidente de la comisión de seguridad nacional y política exterior del parlamento iraní, Ala'eddin Broujerdi, haya advertido que Occidente puede estar cometiendo un “disparate estratégico” con estas sanciones al petróleo.
Traducción: tal como van las cosas, el nombre del juego para 2012 es una profunda recesión global.
Obama se la juega
Primero Washington filtró que las sanciones contra el banco central de Irán no “están sobre la mesa”. Después de todo, el propio gobierno de Obama sabía que se convertirían en un aumento del precio del petróleo y solo puede conducir a más recesión global. El régimen iraní, además, obtendría más dinero por sus exportaciones de petróleo.
No obstante, el combo Bibi-AIPAC no tuvo problemas para imponer la enmienda a través de esas Mecas de los que ponen primero a Israel, el Senado y el Congreso de EE.UU. – incluso si el secretario del Tesoro de EE.UU., Tim Geithner, se opuso expresamente.
Es posible que la enmienda que acaba de ser aprobada no represente las “sanciones paralizantes” exigidas a gritos por el gobierno israelí. Teherán sentirá la presión – pero no a un nivel intolerable. Sin embargo, solo esos irresponsables en el Congreso de EE.UU. –aborrecidos por la abrumadora mayoría de los estadounidenses, según numerosos sondeos– podrían llegar a creer que podrán sacar los 2,5 millones de barriles al día de Irán del mercado mundial sin consecuencias drásticas para la economía global.
Asia necesitará cada vez más petróleo – y seguirá comprando petróleo de Irán. Y los precios del petróleo seguirán flirteando con la estratósfera.
¿Por qué entonces firmó la enmienda Obama? Para el gobierno de Obama todo depende actualmente del cálculo electoral. Esos dementes terminales del circo presidencial republicano –con la honorable excepción de Ron Paul– pregonan la guerra contra Irán desde el momento en que son elegidos, y sectores sustanciales del electorado estadounidenses son suficientemente despistados para aceptarlo.
Nadie, sin embargo, hace algunos cálculos elementales para concluir que las economías estadounidense y europea, ciertamente no necesitan que el petróleo flirtee con el nivel de 120 dólares si se espera una recuperación mínima.
Muéstrame lo que tienes
Aparte de ese grupo contraproducente de la OTAN en crisis terminal, todos y sus vecinos dejarán de lado la declaración israelí-estadounidense de guerra económica:
  • Rusia ya dijo que la pasará por alto.
  • India ya está pagando por petróleo iraní a través de Halbank en Turquía.
  • Irán negocia activamente la venta de más petróleo a China. Irán es el segundo proveedor por su tamaño de China, solo después de Arabia Saudí. China paga en euros, y pronto pagará en yuan. Para marzo los dos países habrán sellado un acuerdo sobre nuevos precios.
  • Venezuela controla un banco binacional con Irán desde 2009; es cómo pagan a Irán por su negocio en Latinoamérica.
  • Incluso aliados tradicionales de EE.UU. quieren quedarse afuera. Turquía – que importa cerca de un 30% de su petróleo de Irán, buscará una cláusula de escape que exima al importador turco de petróleo, Tupras, de las sanciones estadounidenses.
  • Y Corea del Sur, hará lo mismo, para comprar cerca de 200.000 barriles por día – un 10% de su petróleo– de Irán en 2012.
China, India, Corea del Sur, tienen todos complejos vínculos comerciales en ambas direcciones con Irán (el comercio China-Irán, por ejemplo, es de 30.000 millones de dólares por año, y aumenta). Nada de esto se acabará porque lo diga el eje Washington/Tel Aviv. Por lo tanto se puede esperar una racha de nuevos bancos privados establecidos en todo el mundo en desarrollo con el propósito de comprar petróleo iraní.
Washington no tendrá el valor de tratar de imponer sanciones a bancos chinos porque estén tratando con Irán.
Por otra parte, hay que elogiar el coraje de Teherán. Después de una implacable campaña de asesinatos encubiertos; secuestros de científicos iraníes; ataques a través de la frontera en la provincia Sistan-Baluchistán; sabotaje israelí de su infraestructura, con virus y otros medios; invasión de su territorio por drones espías estadounidenses; interminables amenazas israelíes y republicanas de un inminente ataque de “pavor y conmoción”; y la venta de 60.000 millones de dólares en armas de EE.UU. a Arabia Saudí, Teherán todavía no cede.
Teherán acaba de ensayar –exitosamente– sus propios misiles crucero, precisamente en el estrecho de Ormuz. Entonces, cuando Teherán reacciona ante los continuos actos agresivos de Occidente, es acusado de “actos de provocación”.
El viernes pasado, el consejo de redacción del New York Times se mostró totalmente enamorado con las amenazas del Pentágono contra Irán, mientras pedía “máxima presión económica”.
El resultado final es que los iraníes de a pie sufrirán, afectados por la crisis, y los endeudados europeos de a pie también sufrirán. La economía de EE.UU. también sufrirá. Y cada vez que sienta que Occidente exagera en su histeria, Teherán seguirá reservándose el derecho de provocar un aumento astronómico de los precios del petróleo.
El régimen en Teherán seguirá vendiendo petróleo, seguirá enriqueciendo uranio y, sobre todo, no caerá. Como un misil Hellfire que cae sobre una fiesta pastuna de matrimonio, esas sanciones occidentales fracasarán miserablemente. Pero no sin haber provocado mucho daño colateral, en el propio Occidente.

Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su nuevo libro, recién aparecido, es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). 


Contacto: pepeasia@yahoo.com.


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Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/NA07Ak01.html





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