Los golpistas hondureños liderados por el general Romeo Vázquez Velásquez y por el diputado Roberto Micheletti, no han logrado quebrar el profundo aislamiento internacional en el que se encuentran inmersos.
En el intento por hacerlo, han levantado una y otra vez la figura del fantasma comunista de Hugo Chávez, el presidente venezolano que se ha transformado en el renovado demonio de la ultraderecha conservadora continental.
Durante los días previos a la visita del derrocado Manuel Zelaya a Washington para reunirse con la OEA y con la secretaria de Estado Hillary Clinton (03-09-09), la campaña verbal de los golpistas multiplicó su intensidad, pero pese a la vieja retórica anticomunista que siempre es bienvenida en la capital de EEUU, el objetivo no pudo ser logrado.
Luego de recibir a Zelaya, el departamento de Estado anunció que suspendería una serie de colaboraciones económicas a Honduras, a la vez que confirmó que no reconocería el proceso electoral organizado por los golpistas que usurparon el poder el 28 de junio.
La noticia sobre esa muestra de repudio al golpe por parte de Washington fue tapa en los diarios y noticieros de todo el mundo. La agencia cubana Prensa Latina destacó que la suspensión de la ayuda no humanitaria a Honduras representaba una mínima parte de los desembolsos de Washington a Tegucigalpa.
Desde la capital del país centroamericano, el ministro de la Presidencia de la dictadura declaró que “la medida es poco amistosa. No la podemos aceptar con alegría. Lamentamos que un gobierno amigo de un país y un pueblo que es amigo haya tomado la decisión de irse por el lado de Chávez”
Estas declaraciones merecieron que la Agencia Francesa de Prensa (AFP) titulara: “EEUU se alió con Chávez al suspender ayuda a Honduras, dice régimen de facto”.
La noticia pareció molestar a la agencia española EFE, que desde el inicio del golpe de Estado no llamó al gobierno de Micheletti como ilegítimo, ni de facto, ni dictadura, sino como “nuevo gobierno”.
En consonancia con esa postura editorial antidemocrática, EFE tituló “EEUU no da tregua a Micheletti: cese de ayuda y rechazo a elecciones”. Pareciera que los golpistas merecen una actitud más indulgente por parte de Washington.
El fantasma de Chávez
El mismo día que Zelaya exponía la situación de su país ante la OEA (02-09-09), la vicecanciller nombrada por los golpistas, Martha Alvarado, declaraba desde Miami -naturalmente rodeada por los congresistas republicanos de reconocido pedigree anticastrista Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart- que su gobierno necesitaba respaldo para ratificar el proceso democrático ante la “embestida política” de Venezuela.
El futuro de los hondureños son las elecciones del 29 de noviembre, que fueron respaldadas por la OEA cuando en 2008 se celebraron los comicios internos de los que emergieron los candidatos actuales, aseguró Alvarado.
"Por lo tanto un lenguaje de la OEA pretendiendo desconocer este proceso que inició hace un año es realmente desconcertante", agregó.
Aparentemente a Alvarado se le pasó por alto el golpe de Estado del 28 de junio de 2009. La OEA respaldó las elecciones en 2008 porque en Honduras gobernaba un presidente elegido por la mayoría.
La funcionaria continuó solicitándole a Washington que ayude a ratificar “el proceso democrático hondureño”, y dijo textualmente: "Esa es la mejor ayuda para un país que se ha levantado para detener esa embestida política dirigida por el presidente Hugo Chávez desde Venezuela y que busca regionalizarse en todo el área centroamericana".
Por supuesto que Chávez no es sólo un comunista injerencista, también es un terrorista, como lo sugiere Alvarado para multiplicar la acusación contra el mandatario venezolano.
Así lo reprodujo EFE:
“La vicecanciller hondureña consideró ‘evidente’ la intervención de Venezuela en los asuntos internos de Honduras, que, según dijo, sufre una ´ provocación permanente´ por parte del Gobierno de Chávez.
Al respecto señaló que "hace tres días se descubrió un coche-bomba con todos los elementos del terrorismo internacional, nunca usado en Honduras".
‘Estamos muy preocupados por la injerencia de todos estos países (que no mencionó) y particularmente de la ayuda del señor Chávez, enfatizó.
’Preferimos estar aislados de la comunidad internacional cinco meses o un año y que EE.UU. no nos ayude, que pasar entre 10 a 20 años bajo un yugo de un régimen comunista, porque sabemos que están empeñados nuestros hijos, nietos y nuestro futuro’, aseveró.”
Alvarado no fue la única funcionaria golpista que intentó asustar a Estados Unidos con el fantasma comunista de Chávez, el citado ministro de la Presidencia Pineda también hizo la apuesta, y la agencia Reuters (que tiene una larga tradición de manipulación informativa para dañar la imagen del mandatario) ofreció una vez más su servicio de plataforma reproductora (01-09-09).
Pineda dijo que Chávez “ se dio cuenta que fracasó, que ya no puede venir a imponer (a Honduras) un presidente que no es el que el pueblo hondureño quiere tener".
Reuters reportó que “Chávez y la comunidad internacional han exhortado a devolverle a Zelaya el poder para que termine su mandato que concluye en enero, pero el Gobierno de facto se resiste y asegura que el derrocado mandatario estaba llevando al país en la misma dirección política de Venezuela.”
A Pineda habría que aclararle que si el pueblo hondureño no quiere tener a Zelaya en la presidencia, existen procesos electorales mediante los cuales el soberano puede elegir a otro mandatario. Es un principio elemental de la democracia que fue violentado justamente por quienes lo derrocaron.
Reuters antepone a Chávez a la comunidad internacional, de esa manera manipula una vez más, legitimando el discurso de los golpistas de que existe una injerencia chavista en Honduras. La gran mayoría de los presidentes de la región han condenado el golpe y han utilizado duros términos para exigir la restitución de Zelaya, no es “Chávez y la comunidad internacional” quienes “han exhortado”; más bien es un pedido unánime de todos los países de la región y del mundo, la restitución del jefe de Estado hondureño.
Dos días después de estas declaraciones y ante las medidas ya citadas adoptadas desde Washington, Pineda ofreció una nueva muestra de la cruzada anticomunista que lidera su gobierno, al asegurar que “EEUU ha decidido condenar al pueblo que lucha contra la expansión marxista en Centroamérica y en América”.
Fuera de cualquier ironía que pudiera haberse deslizado en esta nota, las declaraciones reproducidas con anterioridad son síntomas visibles de una problemática muy grave, que evidencia un discurso y una argumentación que retrotrae a nuestra región a los años más oscuros de las dictaduras militares, que justificaban sus irrupciones violentas con los mismos llamamientos a la democracia y la lucha anticomunista que usted pudo leer en estas líneas.
No hay que perder de vista que en el camino se violentó una vez más la voluntad soberana de un pueblo. Quienes perpetraron el golpe, en todo momento tuvieron la posibilidad de organizarse políticamente para presentar una alternativa política a la de Zelaya y derrotarlo en las urnas. Pero optaron por el golpe de Estado.
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