Objetivo Siria, la joya estratégica que supera a Libia. La escena ya se ha determinado. Las apuestas no podían ser mayores. ¿Libia 2.0 iguala a Siria? Es más como un remix de Libia 2.0. Con la misma justificación de R2P (“responsabilidad de proteger”), protagonizada por civiles bombardeados hacia la “democracia”. Pero sin resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Rusia y China la vetarán). En su lugar brilla Turquía, avivando las llamas de una guerra civil.
La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary “fuimos, vimos, murió” Clinton, preparó la escena en la televisión indonesia hace algunas semanas, cuando profetizó que habrá una “guerra civil” en Siria, con una “oposición bien armada” y financiada, repleta de desertores del ejército.
Ahora depende de OTAN/CCG que todo suceda. OTAN/CCG es evidentemente la simbiosis total entre miembros de la OTAN como Gran Bretaña y Francia y selectas petromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), como Qatar y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
De modo que tomaos la libertad de disfrutar del brillo de otro paraíso de mercenarios.
La guerra de OTAN/CCG
Los libios previamente conocidos como rebeldes, con el consentimiento explícito del presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafa Abdul Jalil, ya han enviado a Siria –a través de Turquía– 600 soldados altamente motivados recién salidos del derrocamiento del régimen de Gadafi, para que combatan junto al Ejército Siria Libre (ESL). Esto ocurrió después de una reunión secreta en Estambul entre el CNT y los “rebeldes” sirios, rebautizados como Consejo Nacional Sirio (CNS).
Los libios de gatillo fácil tienen acceso a numerosas armas saqueadas de los depósitos militares del régimen de Gadafi o “donadas” gentilmente porla OTAN y Qatar. Ya se puede trazar un delicioso paralelo con la Casa de Saud en los años ochenta, que dio luz verde para que los islamistas de la línea dura fueran a combatir en Afganistán en vez de armar líos en casa.
Para el CNT es mejor mantener lejos, en Medio Oriente, a esos guerreros cargados de testosterona y desocupados para que no causen problemas en el Norte de África. En cuanto al miembro de la OTAN, Turquía, a falta de guerra (la culpa es de esos molestos rusos y chinos), la mejor alternativa es echar mano de mercenarios para cumplir la tarea.
La presión es permanente. Diplomáticos en Bruselas confirmaron a Asia Times Online que agentes de OTAN/CCG han establecido un centro de comando en Iskenderun, en la provincia Hatay en Turquía. La crucial ciudad Aleppo, en el noroeste de Siria, se encuentra muy cerca de la frontera turca-siria. El cuento de cobertura para este centro de comando es la preparación de “corredores humanitarios” hacia Siria.
Aunque esos “humanitarios” provienen de los miembros de la OTAN EE.UU., Canadá y Francia, y de los miembros del CCG Arabia Saudí, Qatar y los EAU, su cobertura es que son solo “monitores” inocentes, y no parte de la OTAN. Sobra decir que esos humanitarios son especialistas terrestres, navales, de la fuerza aérea y de ingeniería. Su misión: infiltrar el norte de Siria, especialmente Idlib, Rastan, Homs pero sobre todo la gran presa, Aleppo, la mayor ciudad de Siria, con unos 2,5 millones de habitantes, en su mayoría suníes y kurdos.
Incluso antes de esa noticia de Bruselas, el semanario satírico francés Le Canard Enchaine –así como el periódico turco Milliyet– ya habían revelado que comandos del espionaje francés y del MI6 británicos están entrenando al ESL en técnicas de guerrilla urbana, en Hatay en el sur de Turquía y en Trípoli, en el norte del Líbano. Armas de contrabando –desde fusiles a ametralladoras y lanzagranadas propulsadas por cohetes (RPG)– han entrado en masa.
No es ningún secreto en Siria que bandas armadas –desde salafistas a delincuentes de poca monta– han estado atacando a soldados del ejército, a la policía e incluso a civiles desde las primeras etapas del movimiento de protesta. Cerca de 3.500 personas, una gran cantidad de civiles y más de 1.000 soldados han sido eliminados por esas bandas durante los últimos siete meses.
Y además están los desertores. De modo que cuando el régimen de Assad insiste en que la actual tragedia siria está incitada en gran medida por elementos bien pagados y bien armados –para no hablar de mercenarios– al servicio de potencias extranjeras, esencialmente tiene razón.
En Homs, una fuente local dice a Asia Times Online que en lo que respecta al ESL: “Es obvio que constituye solo una linda cobertura mediática de criminales. Mostraron un vídeo de sí mismos en Baba Amr en el que parecían idiotas totales. Pero sean quienes sean esos muchachos o sujetos, tienen mucho apoyo en la población suní. También, están conectados en la comunidad, rica o pobre. A una mujer cristiana que enseña en una escuela privada en las afueras de Homs que tiene sobre todo alumnos suníes le detuvieron su coche y se lo robó una pandilla. Cuando llegó a Homs hizo algunos llamados telefónicos y le devolvieron su coche. De modo que cualquiera que sea quien robó su coche en las afueras de los límites de la ciudad tenía buenas conexiones con gente de clase media a alta en la ciudad y pudieron devolverle el coche. Esto me habla de la infiltración del dogma de la revolución en Homs. El ‘concepto’ del ESL cuenta probablemente con bastante apoyo, y solo la gente de áreas pobres como Baba Amr, Bayada y Khalidiyya puede apoyar sola al ESL”.
Juntar los votos usuales
Como en el caso de Libia, la Liga Árabe ha cumplido dócilmente su función de felpudo de entrada para OTAN/CCG, al votar por duras sanciones que incluyen la congelación de los activos del gobierno sirio, no más tratos comerciales con el banco central y no más inversiones árabes. En breve: guerra económica. El periódico libanés L'Orient Le Jour lo calificó cortésmente de “eufemismo político”. De los 22 miembros de la Liga, 19 votaron, Siria ya estaba suspendida. Iraq –donde el gobierno es de mayoría chií– y el Líbano –donde Hizbulá forma parte del gobierno– fueron los únicos que se “disociaron” del voto.
Mientras tanto, el repugnante juego oportunista de sillas musicales –versión siria– también está en efecto. El Consejo Nacional Sirio y sus cohortes islamistas ya rechazaron totalmente cualquier diálogo con el régimen de Bashar al-Assad. El secretario general de la Hermandad Musulmana Siria, Riad Chakfi, emuló a un “rebelde libio” e imploró al ejército turco que invadiera el norte de Siria y estableciera una zona tampón. Exiliados sospechosos como el ex vicepresidente Abdelhalim Khaddam –exiliado en París– y otro vicepresidente, Rifaat al-Assad –exiliado en España– están bajo la ilusión de que la Hermandad Musulmana (que sería el poder máximo en la “nueva” Siria) les permitirá ocupar el trono.
Es una estupidez absoluta, porque el nombre del juego en una “nueva” Siria será la Casa de Saud. La Casa de Saud es el vínculo crucial entre la Hermandad Musulmana en Egipto (que está cada vez más cerca de tomar el poder); el partido AKP en Turquía (que es esencialmente una Hermandad Musulmana light)) y la Hermandad Musulmana en Siria. Los saudíes son inversionistas cruciales en Turquía. Se están posicionando como grandes inversionistas en Egipto. Y ansían llegar a ser inversionistas importantes en la “nueva” Siria.
Y luego tenemos la cuestión clave del juego de Turquía. En el expediente sirio, Turquía ya no es un mediador: se ha convertido en un propugnador abierto del cambio de régimen. Olvidad la entente Teherán-Damasco-Ankara, que era una realidad hace poco, en 2010. Olvidad lo del poder blando y la tan publicitada política exterior de “cero problemas con nuestros vecinos”, acuñada por el ministro de Exteriores Ahmet Davutoglu.
El propio Davutoglu anunció las sanciones propias de Turquía contra Siria, una réplica de las de la Liga Árabe, con la congelación de los activos financieros del gobierno y ninguna transacción con el banco central. Davutoglu insiste en que una zona tampón dentro de Siria, a lo largo de la frontera con Turquía “no forma parte de la agenda”, pero es exactamente lo que se proponen esos dudosos “monitores humanitarios” de OTAN/CCG. Desde mediados de noviembre los medios turcos han estado repletos de planes para una zona de exclusión aérea en el norte de Siria y para la antes mencionada zona tampón que llegaría hasta Aleppo.
¿El motivo? Preguntad a la “profeta” Hillary Clinton: fomentar la guerra civil.
Enfrentamiento, al estilo del Club Mediterráneo
En esta demencial carrera para vender el modelo político turco a las partes de mayoría suní del mundo árabe (el CCG todavía no lo acepta), Turquía puede estar cometiendo un grave error de cálculo respecto a sus cruciales relaciones con Rusia e Irán. Casi un 70% de la energía turca se importa de Rusia e Irán. Para no hablar de que Rusia e Irán están furiosos por la entrega de Turquía ante la presión de la OTAN para albergar una estación de radar como parte de la defensa de misiles.
Rusia tiene ideas muy claras respecto al escenario sirio. El ministerio ruso de Exteriores ha sido más que explícito desde hace semanas: “No aceptamos de ninguna manera un escenario de intervención militar en Siria”.
La reunión de la semana pasada de los viceministros de exteriores del grupo de emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en Moscú, fue inequívoca.
El BRICS trazó esencialmente las líneas rojas. Ninguna excusa de una intervención extranjera en Siria, como en hay que excluir “cualquier interferencia externa en los asuntos de Siria que no esté de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas”. Ningún “bombardead Irán”; en su lugar, diálogo y negociaciones. Y ninguna sanción adicional, considerada “contraproducente”. El BRICS ve claramente que el escenario de Libia se transforma lentamente en una guerra modificada OTAN/CCG.
Para poner más salsa a la cosa, el portaaviones Admiral Kuznetsov, equipado con misiles nucleares, junto al destructor Admiral Chabanenko y la fragata Ladny llegarán a la base naval Tartus, en Siria, a mediados de enero, y se encontrarán con otros barcos de la flota rusa en el Mar Negro.
Tartus, que alberga unos 600 militares y técnicos del Ministerio de Defensa de Rusia, es un centro de mantenimiento y reabastecimiento de la flota rusa del Mar Negro. Será excitante observar si los rusos invitan a miembros del Grupo de Ataques del portaaviones George H W Bush –que ahora está en el Mediterráneo Oriental– para un match de voleibol.
Se puede argumentar con razón que las masas de sirios quieren cambiar el régimen de Assad, pero ciertamente no quieren alguna variante de bombardeo humanitario, por no hablar de guerra civil. Vieron el legado de la OTAN en Libia, virtualmente toda la infraestructura del país destruida, ciudades reducidas a polvo, decenas de miles de muertos y heridos, fanáticos vinculados a al Qaida en el poder en Trípoli, odio étnico generalizado. No quieren una nueva masacre. Pero OTAN/CCG sí la quieren.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su nuevo libro, recién aparecido, es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009).
Contacto: pepeasia@yahoo.com.
Copyright 2011 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/ML02Ak01.html