sábado, 8 de agosto de 2009



El espectro radioeléctrico.

Alberto Müller Rojas...08/08/2009


No hay dudas que el espectro radioeléctrico es hoy un factor real de poder. No es sólo un medio para el logro de la comunicación efectiva posibilitadora de la unificación en comunidades de la especie humana. Incluso se pude admitir que las radiocomunicaciones que usan este recurso han sido el factor dominante para la obtención de una organización mundial que ha convertido la pluralidad de pueblos en un todo sistematizado que ha elevado la calidad de la vida. Así, buena parte de los elementos que conforman los flujos internacionales (ideas, transacciones financieras, y hoy hasta afectos) se materializan a través de este espacio intangible, pero físicamente presente en nuestra materialidad. Empero no es un espacio infinito. Más que el espacio físico palpable, su uso esta restringido por la insuficiencia de sus vías para transportar simultáneamente infinidad mensajes. Esto a pesar de que los desarrollos tecnológicos han incrementado sus capacidades de una manera inimaginable. Por ello desde su descubrimiento la organización de su uso, globalmente a través de convenios y tratados interestatales, y localmente mediante regulaciones gubernamentales, ha hecho posible su aplicación constructiva para el logro del ascenso humano.

En este marco la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), sucesora de la Unión Telegráfica Internacional, ha hecho una excelente labor, al distribuir funcionalmente la multitud de canales que configuran este espacio comunicacional y, al lograr acuerdos para su empleo simultáneo por las personas naturales y jurídicas que constituyen la población de los Estados. No obstante, como todo factor real de poder, el espectro radioeléctrico es un objetivo de la acción política y estratégica de los actores sociales que aspiran a la dominación del planeta y su población. Y en ese particular la relación dialéctica se mantiene en los mismos términos en los cuales se desarrolla el debate político. Enfrenta la postura socialista que privilegia un futuro orden social igualitario y libre producto de la racionalidad humana, frente al orden jerarquizado originado por las leyes de la selección natural de las especies. Se pretende sustituir así la negociación explícita para regular el uso de los recursos vitales para la vida humana, por la competencia en un mercado donde el poder puro sería el instrumento de adjudicación de los valores esenciales para la existencia racional.

Por ello el gobierno venezolano debe colocar como “constituyente no negociable” dentro de la transformación socialista requerida, el derecho del gobierno del Estado a la administración del especto radioeléctrico. Y no sería una conducta arbitraria. Una historia de avances de la humanidad, en la cual las telecomunicaciones han tenido un papel dominante, justificaría ésta postura, aunque coyunturalmente ella haya servido a intereses de clase. La mayoría de los especialistas en este campo, desde diversas ópticas científicas, concuerdan en considerar que la privatización de éste recurso desataría un desorden tal que imposibilitaría su empleo en el proceso de impulsar el ascenso humano. Se desataría un mundo hobbesiano de lucha de todos contra todos, como ya en efecto sucede, mediante la apropiación de hecho de los canales radioeléctricos. Parte de la miseria humana existente y el efecto disolvente de las comunidades humanas por la vía de la exclusión social es el resultado de esta perversa conducta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario