Los intereses ocultos de los golpistas en relación a las elecciones en Honduras.
Rebelión...12/10/2009
¿Por qué los golpistas están desesperados por las elecciones?
En primer lugar, para el empresariado, hoy más que nunca es necesario un acuerdo para detener las pérdidas que ha implicado el conflicto debido a las interrupciones en la producción por las limitaciones en turnos de trabajo, seguridad; los entorpecimientos en los procedimientos burocráticos; y la caída estrepitosa en el consumo interno y la inversión privada y estatal, congelada a raíz de la crisis fiscal con una caída de alrededor del 40% en los ingresos fiscales. Necesitan que las elecciones garanticen el regreso a la anterior normalidad, en las que pagaban campañas para candidatos y que tenían su retribución en prebendas del estado.
En segundo lugar, para los candidatos y candidatas la realización de las elecciones es su tabla de salvación para salir de los enormes compromisos económicos que tienen para llevar adelante sus campañas. A pesar de la posible pérdida de votos como consecuencia del proceso colectivo de reflexión política que ha implicado el golpe de Estado y la represión político - militar para las masas, las deudas se acumulan y es que el costo de la campaña interna y de la actual campaña es exagerado. La no realización de las elecciones sería su ruina, pudiéndolos llevar a la bancarrota, la pérdida de sus bienes inmuebles y sus ahorros. Y, además no deben de desestimarse las presiones hasta las coerciones brutales de aquellos banqueros, empresarios de diversos “negocios” que han librado fondos para financiar estas campañas y que no estarán dispuestos a perderlos.
En tercer y último lugar, toda una burocracia asentada primordialmente en Tegucigalpa, que ha sabido conseguir trabajo a través de la militancia política, que como ciudadanas y ciudadanos sabemos que no son buenos servidores públicos, muchos de ellos y ellas son paracaidistas. Si no hay elecciones, cómo van a hacer para conseguir trabajo si no hay forma de activar el clientelismo político.
Empresarios, candidatos y burócratas de toda calaña están haciendo la fuerza para volver al sistema que siempre les ha dado de comer, a costa del pueblo, por supuesto.
¿No sería hora de pensar en un sistema electoral que no necesite de enormes cantidades de dinero ni de activistas pagados para poder llevar adelante la elección de nuestros/as representantes?
¿No creen que es hora de democratizar el acceso a la política y de profesionalizar a los servidores públicos?
En primer lugar, para el empresariado, hoy más que nunca es necesario un acuerdo para detener las pérdidas que ha implicado el conflicto debido a las interrupciones en la producción por las limitaciones en turnos de trabajo, seguridad; los entorpecimientos en los procedimientos burocráticos; y la caída estrepitosa en el consumo interno y la inversión privada y estatal, congelada a raíz de la crisis fiscal con una caída de alrededor del 40% en los ingresos fiscales. Necesitan que las elecciones garanticen el regreso a la anterior normalidad, en las que pagaban campañas para candidatos y que tenían su retribución en prebendas del estado.
En segundo lugar, para los candidatos y candidatas la realización de las elecciones es su tabla de salvación para salir de los enormes compromisos económicos que tienen para llevar adelante sus campañas. A pesar de la posible pérdida de votos como consecuencia del proceso colectivo de reflexión política que ha implicado el golpe de Estado y la represión político - militar para las masas, las deudas se acumulan y es que el costo de la campaña interna y de la actual campaña es exagerado. La no realización de las elecciones sería su ruina, pudiéndolos llevar a la bancarrota, la pérdida de sus bienes inmuebles y sus ahorros. Y, además no deben de desestimarse las presiones hasta las coerciones brutales de aquellos banqueros, empresarios de diversos “negocios” que han librado fondos para financiar estas campañas y que no estarán dispuestos a perderlos.
En tercer y último lugar, toda una burocracia asentada primordialmente en Tegucigalpa, que ha sabido conseguir trabajo a través de la militancia política, que como ciudadanas y ciudadanos sabemos que no son buenos servidores públicos, muchos de ellos y ellas son paracaidistas. Si no hay elecciones, cómo van a hacer para conseguir trabajo si no hay forma de activar el clientelismo político.
Empresarios, candidatos y burócratas de toda calaña están haciendo la fuerza para volver al sistema que siempre les ha dado de comer, a costa del pueblo, por supuesto.
¿No sería hora de pensar en un sistema electoral que no necesite de enormes cantidades de dinero ni de activistas pagados para poder llevar adelante la elección de nuestros/as representantes?
¿No creen que es hora de democratizar el acceso a la política y de profesionalizar a los servidores públicos?
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