Aunque el presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez busca por todos los medios avanzar en la búsqueda de mecanismos diplomáticos para restablecer las relaciones diplomáticas con Ecuador con el propósito de concentrar todas sus energías a satanizar y a convertir en enemigo externo a su homólogo venezolano, Hugo Chávez, el gobierno de Rafael Correa es consciente ahora del riesgo que corre al volver a tratar con el inquilino de la Casa de Nariño.
El experimentado periodista uruguayo-ecuatoriano Kintto Lucas en entrevista con www.cronicon.net alerta sobre las implicaciones políticas que tendría el presidente Correa al restablecer el diálogo con un presidente de la catadura de Uribe Vélez, defensor de la tesis de la extraterritorialidad para atacar a la insurgencia de las FARC en los países vecinos, y por insistir en la necesidad de involucrar a Ecuador en el inveterado conflicto colombiano.
Bogotá viene presionando por restablecer la normalidad de las relaciones con Quito rotas a raíz del bombardeo al campamento del jefe guerrillero Raúl Reyes en territorio ecuatoriano en marzo de 2008, debido en buena medida a la presión que ejercen sobre Uribe varios empresarios colombianos que cuentan con importantes inversiones en Ecuador y quienes han sido un sólido apoyo a su mal denominada política de "Seguridad Democrática".
Pero, además, porque como está en trance de una nueva reelección, el mandatario colombiano necesita consolidar su estrategia política consistente en mostrar que hay necesidad de continuar avanzando en la derrota del grupo guerrillero de las FARC, que lo muestra como el enemigo interno; y estigmatizar aún más al presidente Hugo Chávez, para convertirlo como una amenaza externa.
Lucas opina que ahora el presidente Correa es plenamente consciente de la estratagema que montó Uribe para desprestigiarlo y descalificarlo internacionalmente, porque antes de la violación a la soberanía territorial ecuatoriana por parte de Bogotá, "le faltó reaccionar".
URIBE MINTIÓ
El periodista nacido en la población uruguaya de Salto y radicado en Quito desde 1992, recuerda la treta que montó Uribe Vélez para hacer aparecer el bombardeo al campamento de Reyes como una simple persecución en caliente y minimizar sus efectos.
Y es que, como dice Lucas, Uribe en primera instancia le miente a Correa respecto de las incidencias del bombardeo. Y, posteriormente, va configurando una matriz de desprestigio orquestada desde la Casa de Nariño en Bogotá en coordinación con un sector golpista ecuatoriano liderado por el ex presidente Lucio Gutiérrez, mediante una sucia campaña mediática lanzando todo tipo de mentiras y montajes para desestabilizar al gobierno ecuatoriano.
"Correa fue dándose cuente con el pasar del tiempo" de los alcances y los verdaderos propósitos de Uribe Vélez, quien violó la soberanía ecuatoriana adrede para vincular en forma directa al gobierno de Quito, colige Lucas.
No hay que olvidar que Uribe ha venido haciendo suya la táctica según la cual "es mejor pedir perdón que pedir permiso" y las "disculpas" que presentó recientemente al gobierno del presidente Correa no son más que la consecuencia de los efectos que a corto plazo podría enfrentar Colombia por el rompimiento de relaciones con Ecuador, su tercer socio comercial.
Si bien, como es apenas obvio, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador facilitará las dinámicas comerciales y migratorias entre ambas naciones, el gobierno de Uribe mantiene su postura guerrerista y ahora por simple conveniencia política, quiere mostrar su cara amable al Palacio de Carondelet. Por eso Uribe ha disminuido el tono de los ataques y ha parado los infundios y la elaboración de montajes, como el video que hizo circular profusamente en que el guerrillero conocido con el mote de Mono Jojoy habla se una supuesta financiación de la guerrilla de las FARC a la primera campaña presidencial de Correa.
Sin embargo, no tiene escrúpulo alguno para seguir defendiendo a su ex ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quien tiene una orden de captura en Ecuador y que en forma enfática continúa esbozando la conveniencia del dislate de la extraterritorialidad. Pero al mismo tiempo, insiste en la conveniencia de que tropas norteamericanas ocupen al menos por ahora siete bases militares en Colombia, lo cual como sostiene Lucas constituye "un peligro para toda América Latina, específicamente para Ecuador, Venezuela y Brasil por todo lo que significa la Amazonía".
SE TRATA DE REGIONALIZAR EL CONFLICTO
En esta entrevista, Kintto Lucas hace un pormenorizado análisis de los entretelones de la relación colombo-ecuatoriana, sobre todo, a partir de la puesta en marcha del Plan Colombia.
Este periodista, docente universitario y autor de varios libros, actualmente corresponsal en Quito de Inter Press Service (IPS), se ha destacado por hacerle un seguimiento a fondo a los efectos del conflicto colombiano en Ecuador. En el año 2000 en su trabajo bibliográfico "Plan Colombia. La paz armada", vislumbró lo que se venía.
En efecto, hace casi ya una década, Lucas visualizó que el conflicto colombiano entraría en una fase desconocida, en la que serían común los bombardeos selectivos a los campamentos guerrilleros y, simultáneamente, se involucraría en forma directa a Ecuador en lo que denominó un "Kosovo andino".
Cuando entrevistó al jefe guerrillero Raúl Reyes en un lugar selvático del Putumayo y le planteó la hipótesis de los bombardeos selectivos, éste le manifestó que ello era imposible en una geografía tan tupida como la colombiana. El tiempo le daría la razón. En marzo de 2008, el ataque al campamento del jefe guerrillero confirmó aquel anuncio.
Su último libro "La guerra en casa. De Reyes a la base de Manta", editado en octubre de 2008, aporta información de primera mano sobre las incidencias del conflicto armado colombiano en el último lustro.
En la dedicatoria al autor de esta entrevista, Lucas escribió que las imágenes esbozadas en dicho libro "son parte de una historia a la cual todavía le falta el fin…"
CON EL PLAN COLOMBIA VENÍA TODO
- En su libro "El Plan Colombia, la paz armada", publicado en el año 2000 hizo un análisis premonitorio respecto de lo que iba a suceder en Ecuador a consecuencia del conflicto colombiano. ¿Qué elementos lo llevaron hacer ese análisis clarividente?
- Desde hace nueve años cuando escribí ese libro pudimos analizar que el propio Plan Colombia como se concibió, llevaba a hacer inviable la estrategia del yunque y el martillo. Era imposible porque las Fuerzas Armadas Ecuatorianas, o buena parte de ellas, no se iban a prestar para eso, y por lo tanto era necesario involucrarlas y la forma de hacerlo era justamente vincularlas con las FARC. Pero, además, en ese momento se estaban dando determinados pasos sobre las formas como se trabaja en Israel contra Palestina, lo mismo lo que se vio en Kosovo. Y una operación rápida como las de Kosovo en determinado momento podía darse en Colombia. Era la única manera de golpear a las FARC, dado que tenía una base social importantísima.
Entonces cuál era la fórmula: atacar a las FARC y diezmarla a través de los paramilitares, por un lado, y por otro, involucrar al Ejército ecuatoriano para regionalizar el conflicto. Y para regionalizar el conflicto qué hacen: después de un trabajo de inteligencia localizan y bombardean el campamento de Reyes, pudiéndolo haber hecho perfectamente en territorio colombiano lo hicieron en Ecuador con ese propósito. Utilizaron, repito, las tácticas de la guerra en Kosovo adaptadas obviamente a Suramérica, no iban hacer los grandes bombardeos. Entonces lo mejor era la operación quirúrgica de buscar un campamento y golpear, eso les llevó tiempo pero lo hicieron a través del lapso de un año, además era una forma expedita porque cuando entra el ejército en donde hay población y se encuentra las FARC se habrían producido muchas matanzas.
- ¿Qué papel jugó la base de Manta en el bombardeo al campamento de Raúl Reyes?
- Es que desde el año 2000 con el Plan Colombia venía todo: la estrategia y la base de Manta que se instaló en 1999 pero que empezó a operar en el 2000 y cumplía un papel fundamental con la información que le brindaba a las Fuerzas Armadas Colombianas. Esta base fue determinante para darles las coordenadas del campamento. Antes cómo ubicaban los campamentos guerrilleros, les costaba muchísimo. Y a pesar de la incredulidad de la guerrilla que se sentía tan fuerte y eso fue algo de soberbia, ahora nada es imposible con la tecnología existente.
- ¿Y por qué esa información que los militares norteamericanos obtenían desde la base de Manta no se la pasaron al gobierno ecuatoriano?
- Es que nunca pasaron ninguna información; los militares ecuatorianos nunca participaron en casi nada. ¿Por qué se crea la base de Manta? Con la excusa de combatir el narcotráfico, pero además con el argumento de de que esa base no era norteamericana sino ecuatoriana y en la que simplemente hacían presencia unos instructores norteamericanos que trabajaban en la lucha contra las drogas. Es la misma excusa que ahora utilizan para instalar tropas norteamericanas en las bases de Colombia. Pero ese es un cuento, cuando es evidente que la base de Manta y las siete que se utilizarán en Colombia serán operadas y dirigidas por el Comando Sur. En el caso ecuatoriano cuando los periodistas solicitábamos ingresar a la base de Manta debíamos pedir permiso a la embajada norteamericana y eso va a pasar en Colombia. La base de Manta fue estratégicamente fundamental en el combate contra las FARC.
- ¿El gobierno del presidente Rafael Correa definitivamente desconocía la presencia de Raúl Reyes y su campamento en territorio ecuatoriano?
- Yo creo que no sabía pero hay evidencias en el sentido de que había gente que tenía conocimiento de que estaba cerca un campamento de Reyes. Tengo datos que después se confirmaron en el sentido de que en la zona de Angostura, donde fue el bombardeo, emisarios franceses se iban a reunir con Reyes. Los franceses pensaban que la reunión se iba a dar en territorio colombiano y fueron llamados por el comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo para decirles que cancelen ese encuentro porque había enfrentamientos. Los franceses que coordinaban todo con el gobierno de Colombia no fueron. En el alto gobierno ecuatoriano no se tenía conocimiento de la presencia del campamento guerrillero, además porque los periodistas que en más de una oportunidad entrevistamos a Raúl Reyes lo hicimos en el lado colombiano, nunca hicimos contacto con la guerrilla en el lado de Ecuador. Y en mi caso fui a hablar con Reyes en una zona del Putumayo en donde las FARC ejercían total control, no sé como se encuentra la situación en este momento, pero entonces la guerrilla ejercía como Estado.
- ¿Por qué en su concepto el gobierno colombiano no informó al ecuatoriano de la presencia de Reyes en territorio ecuatoriano para que hubiera adoptados las medidas pertinentes?
- Lo normal hubiera sido que esta situación se manejara a alto nivel pero hay una cosa clara que queda establecida y es que había un seguimiento exhaustivo a Reyes. Si habrían querido pudieron haber bombardeado perfectamente en el lado colombiano. Además el campamento en Angostura era de paso. Sin embargo esperaron un momento coyuntural como la frustrada reunión con los franceses para involucrar al gobierno ecuatoriano, hasta el punto de que el propio Álvaro Uribe le llama a Rafael Correa para decirle que, al parecer, se presentó una persecución en caliente. No obstante que el gobierno de Correa si ha repelido a la guerrilla, el gobierno de Uribe lo que buscaba era involucrarlo en este asunto, eso queda evidente de todo lo que ocurrió a raíz del bombardeo.
- Hay una estrategia coordinada por desprestigiar al gobierno de Rafael Correa por parte de la derecha golpista ecuatoriana encabezada por el ex presidente Lucio Gutiérrez y el gobierno colombiano de Álvaro Uribe, ¿no le parece?
- Lucio Gutiérrez y ciertos medios le hacen el juego al gobierno colombiano. Hay una posición de la derecha en América Latina frente a los gobiernos progresistas y es que no ha logrado posicionar líderes para enfrentarlos con éxito después de más de una década de neoliberalismo, por eso su estrategia es buscar por todos los medios fortalecer al gobierno de Uribe y hacerlo aparecer mediáticamente como "exitoso" entre comillas, puesto que si va de nuevo a la reelección tiene opción de lograrlo. Pero al mismo tiempo está promoviendo formas golpistas. Creo que se está creando una forma de golpes de nuevo tipo, como el de Honduras para echar abajo los proyectos de cambio. Y eso en Ecuador no es inviable y Uribe y toda la derecha latinoamericana juegan a eso. No porque el golpe sea ahora, porque Correa tiene una gran popularidad, pero si se comienza a golpear y a lanzar toda clase de infundios como lo hace el gobierno colombiano al vincular al Presidente ecuatoriano con las FARC, eso termina calando. (Septiembre de 2009)
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