Los farsantes | |
VEA....03/11/2009 | |
RECUERDO UNA PELÍCULA que vi hace tiempo con el título de esta columna: Los farsantes. Se trataba, si la memoria no me es infiel, de un grupo que comenzó a moverse con mucha audacia y carencia de escrúpulos en los Estados Unidos. Constituyó varias empresas, se metió en múltiples negocios y se convirtió en poder en una importante ciudad. La clave de su éxito consistió en trabajar en las sobras. En no dar nunca la cara. Operaba con sigilo aprovechando la debilidad de las autoridades y de muchos otros factores. Los farsantes llegaron a controlarlo todo, pero sin ponerse en evidencia. 00000000000000 LOS FARSANTES UTILILIZABAN periodistas, sacerdotes, guías espirituales de la comunidad, en fin, cuanta persona les sirviera para controlar cualquier actividad, ganar dinero y proyectar influencia. Los voceros manipulados por los farsantes hacían denuncias contra la corrupción cuando alguien se les cruzaba en el camino y pretendía competir con ellos. Se valían de los medios para destrozar reputaciones y adelantar campañas contra cualquiera que se les interpusiera. No tenían paz con nadie. ¿A qué viene la imagen desleída en el tiempo de los farsantes? Si mal no recuerdo, el grupo terminó mal: procesado cuando hubo una especie de reacción colectiva en contra y sus integrantes fueron a parar a la cárcel. La conexión con lo que ahora pasa en Venezuela y la historia de los farsantes es emblemática. Ante una medida correcta de Chávez para poner orden en el sistema bancario y corregir vicios que afectan a los depositantes, a los usuarios del sistema, se desató una reacción con la que se pretende descalificar al gobierno y empujar la situación a una nueva aventura desestabilizadora. La ola golpista que comenzó en Honduras con el golpe alevoso contra la democracia, se viene sobre Venezuela apoyada en el narco-presidente Uribe y en la delegación de funciones que Obama hace en el Pentágono para las cosas de la región. El aprovechamiento que grupos desplazados del poder en el país aplica al episodio bancario; la mierda que lanzan sobre el gobierno y, en particular contra el presidente Chávez y su familia; la histeria de Globovisión y de El Nacional, la fiesta que ambos han puesto a raíz de los hechos, es el formato reformulado de lo que ocurrió en el país centroamericano. 000000000000000 LA DEFENSA DEL ORDEN democrático y constitucional venezolano pasa por desenmascarar a los que están detrás del entramado comunicacional y político creado, es decir, los farsantes. Los ladrones del pasado ahora embanderados con la causa de la anticorrupción: los hijos y nietos de los que quebraron bancos a diestra y siniestra y dejaron en la calle a millones de ahorristas y depositantes. Los desfalcadores del Latino y el Comercio y otros tantos. Los que han hecho enormes negocios en el ramo de los seguros e incrementado sus capitales timando a medio mundo con carros a precios inflados, incurriendo en usura y depredando con la venta de artículos importados. 000000000000000 TIENEN NOMBRE Y APELLIDO: son los Zuloaga, los Mezerhane, los Carrero, los Oscar García, los Ravell, etc. Hay que ponerlos en evidencia. Así como hay que actuar en los casos que actualmente ocupan la atención pública, los cuatro bancos intervenidos y los que haya que intervenir. Pero sin perder la perspectiva de que lo que se maneja en el fondo es el tema del poder. Sacar a Chávez aprovechando la crisis como ya lo hicieron hace siete años, o que Chávez se quede. Punto. Lo demás es cuento.- |
jueves, 3 de diciembre de 2009
PIEDRA DE TRANCA.
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