El Pentágono siempre hace planes, pero sobre la base de una poco notada solicitud de financiamiento enviada recientemente al Congreso, la respuesta a esa pregunta parece ser positiva.
Primero, algunos antecedentes: En octubre de 2007, ABC News informó que el Pentágono había solicitado al Congreso 88 millones de dólares en la solicitud de emergencia de financiamiento para la guerra de Iraq/Afganistán para desarrollar una inmensa bomba revienta búnkeres llamado Massive Ordnance Penetrator (MOP). Es una bomba de 13.500 kg hecha para destruir objetivos enterrados a 60 metros bajo tierra. En aquel entonces el Pentágono mencionó una “urgente necesidad operacional” para la nueva arma.
El contralor dijo que el Pentágono planeaba gastar 19,1 millones de dólares para comprar cuatro bombas, 28,3 millones de dólares para acelerar el “desarrollo y prueba” de la bomba y 21 millones para acelerar la integración de la bomba en bombarderos stealth B-2.
“Urgente necesidad operacional”
La notificación estaba incluida dentro de una solicitud de “reprogramación” de 93 páginas que incluye unos cientos de otros ítems mundanos.
¿Por qué ahora? La notificación dice simplemente: “El Departamento tiene una Urgente Necesidad Operacional (UON, por sus siglas en inglés) por la necesidad de atacar duramente objetivos enterrados a profundidad en entornos de alta amenaza. La MOP es el arma preferida para satisfacer los requerimientos de la UNO.” Además señala que la solicitud es apoyada por el Comando Pacífico (que tiene responsabilidad por Corea del Norte) y el Comando Central (que es responsable por Irán).
La solicitud fue silenciosamente aprobada. El viernes, McDonnell Douglas recibió un contrato por 51,9 millones de dólares para suministrar "Massive Penetrator Ordnance Integration" en aviones B-2.
No es el tipo de arma que sería particularmente útil en Iraq o Afganistán, pero es idealmente apropiada para atacar instalaciones nucleares enterradas profundamente como en Natanz o Qom en Irán.
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