Honduras...22/08/2009
Hasta derrotar a los golpistas
SERPALMientras una comisión de la CIDH ( Comisión Interamericana de Derechos Humanos ) recibe decenas de denuncias documentadas sobre los diversos atropellos cometidos a partir del golpe del 28 de junio pasado por las fuerzas armadas y la policía, en la capital y ciudades del interior siguen produciéndose nuevas agresiones, amenazas, secuestros, torturas, palizas o retenciones sin causa. Pero las marchas y las protestas, continúan.
Por la sede provisional de la CIDH en un hotel de la capital, han pasado ciudadanos con huellas de las heridas sufridas durante la represión de las distintas manifestaciones populares que demandan la restitución del orden constitucional y del presidente Manuel Zelaya. También se han aportado horas de filmación y cientos de fotos de los procedimientos represivos, de los asesinados, de los heridos e incluso de los rostros y graduación de algunos de los uniformados que actúan en esas acciones.
El director del Canal 36 de Televisión Cholusat Sur, Esdras Amado López, ha presentado un detallado informe y filmaciones sobre el hostigamiento sufrido por ese medio de comunicación. Denunció también la existencia de un acuerdo de empresas implicadas en el golpe para ahogar financieramente a la televisora con el retiro de publicidad. Entre ellas están el Banco FICONSAH y la compañía de celulares Tigo.
Periodistas, reporteros gráficos y camarógrafos denunciaron haber sido agredidos, apaleados y en muchos casos desprovistos violentamente de sus herramientas de trabajo ( grabadoras, cámaras o filmadoras ). También se quejaron del silencio de muchos medios internacionales que tienen corresponsales en Honduras o información de lo que está sucediendo. Afirman que el pueblo hondureño soporta una doble censura: una es la que internamente aplican de forma voluntaria los medios privados que en su mayoría son cómplices de los golpistas, la coacción policial y militar, y la presión de los anunciantes, en especial las grandes empresas cuyos intereses económicos y de poder coinciden con los objetivos golpistas. La otra, externa, es la de la manipulación o los silencios de las agencias y grandes medios internacionales, muchos de ellos embarcados en una "cruzada" contra los procesos de cambio que intentan los pueblos latinoamericanos por la autodeterminación, la justicia social y el desarrollo independiente.
A la oficina provisional de la Comisión, también llegó Miriam Miranda, dirigente del Frente Nacional contra el golpe de Estado en representación del pueblo garífuna (población negra de la costa caribeña de Honduras) . Informó con datos y documentación sobre las agresiones represivas contra las protestas de la población. Indicó que la policía detiene e interroga a los garífunas que circulan por Tegucigalpa por los motivos de su presencia en la ciudad. Luego les dicen que no tienen permiso para andar por la capital "porque ellos son de la costa". También se presentaron denuncias de diversos profesionales, entre ellos médicos y abogados. El Dr. Edgardo Valeriano mostró a los periodistas las huellas de la brutal paliza que sufrió el miércoles 12: dos heridas en la cabeza y hematomas en la espalda provocados por golpes con una cadena.
Más de un centenar de asesinatos durante el toque de queda
También se ha presentado un detallado informe basado en datos de los organismos de asistencia sanitaria, donde se mencionan datos y circunstancias de más de un centenar de personas asesinadas desde el golpe durante la vigencia del toque de queda. Entre ellos, hay conocidos activistas o dirigentes de los movimientos de resistencia al golpe de estado. En varios de esos casos, hay testimonios de allanamientos de viviendas y secuestro de personas antes de los asesinatos.
Nadie sabe realmente que consecuencias reales tendrán todos estos trámites de denuncia. Que derivación tendrá esta recopilación burocrática y detallada de sucesos que
todo el que haya tenido voluntad ha podido ver en las filmaciones y reportajes de algunas cadenas internacionales como Telesur e incluso la norteamericana CNN que cubrieron en directo innumerables acciones represivas.
El tiempo sigue transcurriendo, y ese es el principal objetivo de los golpistas y de sus cómplices evidentes o encubiertos.
Quieren llegar al 29 de noviembre, fecha prefijada con anterioridad para el proceso electoral ( en el que Zelaya quería introducir la "cuarta urna" para consultar a su pueblo sobre una futura convocatoria de una Asamblea Constituyente ). Así, bajo control de los usurpadores se realizarían las elecciones presidenciales -ya sin la incómoda consulta - y el 27 de enero entregarían el poder a un personaje que garantice la continuidad de los objetivos de la oligarquía hondureña y aleje los riesgos de cambios y transformaciones sociales, políticas y económicas.
Las oligarquías vecinas aplauden y ven a Micheletti como "un ejemplo"
Los "reconocimientos" y apoyos externos para los golpistas son escasos, pero significativos. Además del explícito respaldo de parlamentarios o líderes republicanos de los Estados Unidos situados en el sector más derechista, en el ámbito internacional cuentan con la "comprensión" del actual gobierno de Israel que desde hace años despliega en América Latina una geoestrategia acorde con sus intereses expansionistas y de influencia mundial. Es posible que esa "comprensión" se manifieste también con otro tipo de asistencia más concreta como puede ser la de inteligencia e instrucción en temas represivos.
Pero los golpistas cuentan también con el respaldo de las oligarquías del área centroamericana que no ocultan su simpatía con los "métodos" utilizados por sus colegas hondureños para terminar con la "pesadilla" de este presidente populista que fijaba salarios mínimos, desarrollaba medidas sociales, se vinculaba con el ALBA y pretendía controlar las ganancias de las grandes empresas.
La Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh), invitó a una delegación de empresarios guatemaltecos que gustosamente se prestaron a viajar y salir por los canales de televisión, donde no se limitaron a "reconocer" a los golpistas, sino que hicieron un elogio desvergozado de la "sucesión presidencial", como autodenominan los golpistas a la expulsión en pijama y a punta de fusil del presidente constitucional elegido por el voto popular.
Allí estaban Otto Kushiek, Hans Peter, Roberto Díaz Scharwz, Rodrigo Aparicio y otros representantes del empresariado guatemalteco. Pero fue el primero de ellos Otto Kushiek quien como portavoz del grupo no dudó en "felicitar" a Micheletti" por la "hazaña de deponer al presidente Zelaya". Micheletti, quien cada dia que pasa está más convencido de que ha sido elegido por los dioses, no tuvo rubor en agradecer con esta frase memorable donde reconoció que le movió más el miedo que el coraje: “Yo vi el sufrimiento de los pueblos de Venezuela y Ecuador, no fue tanto el valor sino el miedo de no caer en el sufrimiento de esos pueblos hermanos lo que nos llevó a actuar así y defender nuestra democracia”. Aplausos de los "ministros" y de los visitantes. Ya embalado en el intercambio de flores, el guatemalteco Kushiek calificó la acción golpista como "un ejemplo a seguir", lo que provocó entusiastas aprobaciones de sus colegas guatemaltecos.
Algunos de los "seleccionados" periodistas que pudieron acceder a esta ceremonia de exaltación golpista, tuvo la audacia de preguntar que pasaría si el presidente de Guatemala Alvaro Colom decidiera sumar su país a la Alianza Boliviariana para las Américas ( ALBA ). El empresario Otto Kushiek no tuvo duda en su respuesta: "tenemos un ejemplo de valentía y de coraje del pueblo hondureño que ha sabido defender su Constitución, la libertad, la democracia y a sus instituciones". Los aplausos y las sonrisas suficientes ponían en evidencia la catadura de los personajes participantes. Pero esta es la patética realidad. En las calles, la policía y el ejército seguían apaleando y gaseando a los empecinados ciudadanos hondureños que por más de 50 días siguen rechazando a sus autoelegidos "salvadores".
Mientras gran parte del pueblo hondureño continúa estoicamente su resistencia y sus protestas, el departamento de estado norteamericano anuncia que recibirá una delegación enviada por el presidente de facto, Roberto Micheletti. Continuando su doble juego, fuentes del gobierno de los EEUU afirmaron que recibir a los enviados de los golpistas no supone reconocer a ese gobierno. Pero poco a poco va quedando en evidencia que una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace. Para completar este dramático sainete, vuelve a mencionarse el "Plan Arias", esa trampa urdida para un eventual regreso de Zelaya como títere sin poder real para "legalizar" un proceso electoral ya viciado por la ruptura constitucional, la falta de garantías individuales y la militarización del país.
Honduras, Colombia, indicios de una contraofensiva
El golpe hondureño no puede ya ser interpretado como un acontecimiento exclusivamente local, generado por la propia dinámica del proceso interno. Cada vez resulta más claro que Honduras era uno de los países del ALBA más vulnerable a padecer una interrupción violenta de sus cambios y de la decisión de su gobierno de vincularse a la Alianza Bolivariana. Eso explica que las iniciales condenas unánimes al golpe ( al menos en la retórica ) se vayan atenuando en algunos gobiernos latinoamericanos. Tampoco parece casual que en coincidencia con esta crisis Uribe decida poner al descubierto la negociación secreta que mantenía con Estados Unidos para multiplicar la presencia militar en su país. El Plan Colombia para asistir al gobierno de Bogota en la lucha contra el narcotráfico, se transforma diez años después en la disponibilidad y uso por el ejército norteamericano de siete estratégicas bases con el consiguiente aumento de tropas, personal especializado, tecnología moderna, aviones, barcos y medios terrestres. Y un potencial de control electrónico y militar casi continental, pero con incidencia directa e inmediata sobre los países vecinos, entre ellos Venezuela, Ecuador y Brasil.
Esta perspectiva hace aún más decisivo el proceso hondureño. No solo por la razón que le asiste a ese pueblo hermano que intenta romper con un pasado de oprobio y marginación de sus sectores populares, de terminar con gobiernos autoritarios y dependientes de los Estados Unidos; sino porque este golpe, de prosperar, puede ser el inicio de una contraofensiva de los sectores políticos y sociales desplazados por el voto popular en el continente y que nunca se resignaron a perder el control del país, de esa peculiar forma de democracia donde ellos siempre tuvieron el poder, hicieron las leyes a su medida y contaron con el apoyo de los grandes centros económicos y el control de los medios de comunicación.
Y ello ocurre en una coyuntura internacional muy particular: la de los primeros meses de gobierno de Barack Obama en Estados Unidos, etapa inicial que abrió expectativas de que nuevas y más razonables relaciones eran posibles entre el imperio del norte y los países del sur en proceso de cambios. Probablemente esa era su intención. Pero la maquinaria de poder norteamericana es extensa y tiene raíces conservadoras muy profundas. Hay propuestas e intenciones que encuentran resistencia hasta en su propio partido demócrata. Que decir de los sectores republicanos y de su alas más extremistas. Y el Pentágono. Y los intereses del complejo industrial militar. Y los de las empresas energéticas.
Este es para ellos un buen momento para lanzar esa contraofensiva en A. Latina, en alianza con políticos desplazados y oligarquías locales.
Una etapa donde la imagen presidencial no es la de un cateto pendenciero y bravucón, sino la de alguien que presenta un liderazgo que menciona el reconocimiento de los demás, de los derechos humanos y los de los pueblos. Bajo esos gestos, ese discurso y en definitiva, esa cobertura, se ocultan quienes realmente definen gran parte de la política norteamericana. Que siguen siendo los mismos intereses que generaron invasiones, propiciaron dictaduras, o cambiaron gobiernos a voluntad. Ahora quieren frenar este avance de los pueblos que buscan su propio camino, independencia, justicia y soberanía sobre sus propios recursos.
Tiempos difíciles. Tiempos que plantean una mayor exigencia de acción y organización de los pueblos de nuestra América.
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