Hablar de un golpe contra el gobierno de Fernando Lugo en Paraguay no es ninguna novedad ni descubrimiento periodístico, y eso es gracias a algunos senadores opositores que ya hablan abiertamente de la destitución del mandatario.
Clarín publicó el pasado fin de semana las siguientes declaraciones del senador liberal Alfredo Jaeggli, que pertenece a la banca del Partido Liberal:
“Hay una mayoría cómoda en el Congreso de Paraguay para defenestrar a Lugo vía juicio político por inepto y remplazarlo por el vicepresidente Federico Franco”.
El partido liberal es el aparato político que llevó a Lugo al poder, pero es un partido tradicional que muy pronto se ha pasado a la oposición y ahora quiere ubicar a su vicepresidente en el sillón presidencial.
"Tenemos los votos para sacarlo y tenemos que sacarlo en un término no mayor de seis meses. En un plazo superior será más difícil porque tendrá tiempo de fortalecer los movimientos sociales.”
"Si no se va en este plazo, se va a fortalecer tanto que nos va a costar muchísimo sacarlo, va a tener tiempo de terminar de entrenar a movimientos sociales que vendrán a hacernos el 'corralito' como hacen los bolivarianos, para impedirnos entrar al palacio legislativo".
"No lo podemos manejar. Se niega a realizar los cambios liberales que prometió en su campaña electoral. Hace caso omiso a nuestras recomendaciones. Se burla de nosotros y, bueno, tenemos un liberal que puede reemplazarlo y hacer el gobierno que prometimos en las elecciones".
“Lugo quiere imponer en Paraguay el sistema bolivariano de gobernar al estilo Chávez, Morales, Correa y Ortega.”
"La situación política, económica y social se deteriora cada vez más, con la suma de la inseguridad y la incompetencia de los que le rodean".
”Lugo tiene dos alternativas: o renuncia o lo echamos.”
Jaeggli no es cualquier senador, es el Presidente de la comisión bicameral del Congreso que estudia el presupuesto para 2010 (cabe destacar que el senado acaba de reducir el presupuesto social en más de un 50 por ciento, lo que podría considerarse como un verdadero golpe económico contra el gobierno).
Esto se publicó el domingo, el martes siguiente, el diario La Nación editorializó:
“Lo que se dice hoy, en la calle, en Paraguay, es que ya no se discute si se hará o no el juicio político contra Fernando Lugo, sino simplemente cuándo será. Es decir que no le dejan muchas esperanzas al ex obispo cuya gestión amenaza convertir al país en un verdadero caos. Se ha hablado y prometido mucho y no se ha realizado nada, salvo esporádicos intentos de seguir con lo mismo. Ni siquiera supo llevar adelante el negociado de la compra de las tierras de Teixeira, que fue descubierto y detenido en cuestión de días.”
No hace falta aclarar que los medios de comunicación privados apoyan nuevamente el golpismo contra un gobierno progresista en la región, tampoco es ningún descubrimiento.
El mismo día martes pudo verse en las pantallas de Telesur otra declaración muy suelta de cuerpo, esta vez de la senadora Ana María Mendoza de Acha:
“Se tendrían que tratar de visualizar los escenarios que se van a propiciar una vez producida la acefalía, es decir la destitución del Presidente de la República, asumiría el Vicepresidente de la República, y entonces tendríamos que ver cuáles serían los escenarios que se propiciarían”.
La Unasur tiene una buena oportunidad de anticiparse a los hechos y reaccionar preventivamente. Las intenciones de la clase política tradicional paraguaya están a la vista.
Esta vez, la violación de la soberanía popular de los paraguayos, se está cocinando a la vista de todos.
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